ECONOMÍA

Empresario afectado por la escalada de la energía: "Este mes voy a pagar más de factura de gas que de nóminas"

Javier Rigual es el gerente de Lavandería Salduba de Zaragoza y presidente de la patronal del sector en la provincia, una de las actividades que más están notando los precios disparados.

Javier Rigual, fundador de Lavandería Salduba, en las instalaciones de La Muela.
Javier Rigual, de Lavandería Salduba, en las instalaciones en La Muela.
Francisco Jiménez

Los precios de la energía siguen disparados y dañando las cuentas de hogares y empresas. Además de las industrias electrointensivas, que necesitan más energía eléctrica en sus procesos, hay otras en las que la factura del gas tiene mucho peso. El precio desbocado por problemas como el uso de esta fuente de energía a modo de "arma" geoestratégica en la guerra abierta por Rusia en Ucrania está haciendo que algunas compañías lleven meses recibiendo facturas de récord, sobre todo, la última.

El sector de las lavanderías industriales es uno de los que más dependen del gas natural en su actividad. Javier Rigual, propietario de Lavandería Salduba en La Muela (Zaragoza), afirma que la que acaba de recibir, correspondiente al mes de agosto ha superado todos los incrementos de los últimos meses. "Este mes voy a pagar más de factura del gas que de nóminas", asegura, contando las cotizaciones sociales. Ha pasado de afrontar un recibo de 13.600 euros por el consumo de agosto de 2021 a tener en sus manos uno de 82.800 euros por el mismo mes de este año, IVA incluido. En la planta trabajan unas 40 personas. Todas las máquinas funcionan con calor, las lavadoras, secadoras y planchas necesitan lavar a muy altas temperaturas, a través de un circuito cerrado que se calienta con gas natural.

"Las lavanderías están con el agua al cuello con la factura del gas"

El triple del gasto de todo un año

El Gobierno ha aprobado nuevas medidas para tratar de frenar la escalada, como la bajada del 21% al 5% del IVA de las facturas del gas, pero el empresario pide más cambios. "Llevo pagado hasta agosto por encima del triple que en todo el año 2021 y me faltan aún cuatro meses, a este ritmo voy a quintuplicar", calcula sobre el incremento de costes.

Busca fórmulas para afrontar esta etapa de costes por las nubes, pero no le sirve tratar de ganar más clientes. Aunque los encuentre, tendrá que echar cuentas primero porque cuanto más trabajo tenga, más crecerá su factura. "El gasto en gas es proporcional a los kilos lavados. No puedo cubrir esa factura trabajando más. Cuanto más haga, más va a subir la factura", resume.

La situación es similar en todo el sector, del que es portavoz de la patronal zaragozana. "Las lavanderías están con el agua al cuello con la factura del gas", confiesa el también presidente de la Asociación de lavanderías industriales de Zaragoza. "Todo lo que es lavandería industrial dependemos de la luz y el gas", añade. 

Esta situación de costes al alza se produce después de "dos años malísimos con el tema del coronavirus", señala. Así, en 2020 explica que estuvieron "bajo mínimos", teniendo que recurrir a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Reconoce que este verano "se ha trabajado muy bien", aunque todavía no estaban en cifras prepandemia. "Pero con estos precios del gas, estamos muertos", advierte.

Rigual explica que ha puesto todas las medidas que ha podido para reducir su consumo de energía. Cuenta con una instalación de placas solares en su planta del polígono Centrovía, que le ha permitido sujetar la escalada de la factura de luz.

Sin embargo, ajustar el gasto de gas le resulta más complicado. "Son inversiones muy fuertes", afirma, tanto las que tiene que hacer una empresa del sector para ponerse en marcha como para cambiar su fuente de energía. Grandes industrias de otros sectores ya se están planteando cambiar de combustible, como el caso de Industrias Químicas del Ebro (IQE), que estudian volver a utilizar fuel y propano.

El empresario también había pensado entre las alternativas volver al propano, que tiene un precio más bajo y ya se utilizaba en la planta antes de cambiar al gas. La decisión no es fácil porque requeriría una inversión fuerte y "de un combustible vas a depender", indica.  

Rigual añade que hay más costes que han subido este año y por encima del IPC, que en septiembre quedó en el 9% en el dato avanzado. Los productos químicos se habrían incrementado un 30% y el plástico de las bolsas en las que guardan la ropa se habría duplicado, calcula.

Esta semana ha empezado a hacer visitas a clientes, en su mayoría hoteles, para tratar de repercutir parte del incremento en los precios que cobra por su servicio. Su empresa trabaja principalmente lavando ropa de cama. No encuentra otra forma de afrontarlo. Alerta de que esto terminará contribuyendo a la subida de la inflación. "Yo no lo puedo asumir y mi cliente que es el hotel, tampoco y al final tendremos que subir todos los precios", augura.

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