El coche eléctrico no es para todos los bolsillos

El precio medio de estos vehículos supera los 40.000 euros.

Con el cargador monofase suministrado con el coche se puede cargar tanto a 3,6 kW, como a 7,2 kW en estas estaciones de corriente alterna.
El coche eléctrico no es para todos los bolsillos
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A cierre de agosto, en España, se han vendido 17.816 coches eléctricos puros, sólo un 3% del total de matriculaciones en los ocho primeros meses del ejercicio según Anfac. Un aumento del 47,11% con respecto a 2021 y que eleva el parque eléctrico del país a 95.660 de los más de 25 millones de vehículos matriculados a julio de 2022 en la base de datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Los eléctricos apenas suponen el 0,4% del total, muy lejos de los cinco millones que se marca La Moncloa en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030. "A este ritmo de ventas no alcanzaremos el objetivo de 120.000 ventas necesarias para lograr los hitos de reducción de emisiones estimados en el PNIEC", apuntan fuentes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

"El precio todavía se ve como el principal obstáculo", señala la investigación de la consultora Cox Automotive realizada a los consumidores europeos. Razón que esgrime el 66% de los españoles para no adquirir un coche eléctrico, según el Observatorio Cetelem.

La democratización de estos vehículos alternativos a los motores de combustión aún no es una realidad a pesar de ayudas, subvenciones y campañas para impulsar estas ventas. El último Moves III reduce en hasta 7.000 euros el precio de un eléctrico si, tras la compra, se achatarra un vehículo que tenga más de siete años de antigüedad. En caso de no achatarrar un coche viejo, la ayuda se queda en 4.500 euros.

Sin embargo, el montante total, con el descuento máximo, puede llegar a los 38.000 euros. Aunque hay opciones en el mercado que permiten un desembolso de poco más de 13.000 euros. "Hay que lograr que los planes de ayuda actuales, como es el Plan Moves III, tengan una mayor eficiencia en su gestión y sean más sencillos de solicitud y uso para los usuarios", destaca Anfac. Además, "sería destacable que estas ayudas no fueran imputables en el IRPF de los solicitantes", advierte la patronal.

Coches al alcance de unos pocos

Hasta el pasado mes de julio, la DGT tenía registrados en su base de datos un total de 95.660 vehículos, donde el 5% del total están concentrados en las cuatro ciudades con mayor renta neta por hogar.

Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte, Torrelodones y Majadahonda, todas ellas en Madrid, cuentan con 4.583 coches eléctricos en sus localidades. Cuatro municipios, cuya renta por hogar, duplica y casi triplica la media del país.

De media, los hogares españoles ingresan 30.690 euros al año, según la estadística Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una cifra que varía con el número de personas en el núcleo familiar y, además, la cantidad de hijos económicamente dependientes. Así la cifra puede variar desde los 41.860 euros en hogares sin hijos hasta los 17.082 euros de una persona sola.

Cuentas anuales que, a pesar de las ayudas, no cuadran con la compra de un vehículo eléctrico. "Es necesario centralizar la gestión de estas ayudas y que lleguen a los usuarios mucho más rápido. Hay que lograr que sean ágiles en su aplicación, donde el usuario vea que son herramienta que les ayude a comprar un vehículo electrificado", responden fuentes de Anfac.

La inflación del coche eléctrico

Del mismo modo que los precios de la cesta de la compra se han encarecido, los minerales que permiten que los vehículos eléctricos arranquen también han sufrido la temida subida de la inflación. En los últimos meses el carbonato de litio ha crecido un 431% y el hidróxido de litio por encima del 450%. "Esto es parte de la tormenta perfecta que está atravesando el sector", señalan fuentes del sector.

Las baterías de los coches eléctricos, dependiendo de la edad del vehículo y también del fabricante, tienen unos u otros materiales, aunque los más comunes son el litio, el níquel y el cobalto. La santísima trinidad de la nueva movilidad que, como el resto de materias y productos, ha visto cómo su precio se ha disparado en los últimos meses.

"Solo los costes de los materiales específicos para desarrollar estos vehículos han pasado de 1.950 euros (unos 2.000 dólares al cambio actual) a 4.395 euros (4.500 dólares)", según la consultora AlixPartners. Por su parte, el precio medio de las materias primas para dar vida a los coches eléctricos "casi se ha triplicado", destacan desde la consultora. "Hay que tener en cuenta que la producción de un vehículo electrificado es más costosa que la de uno de combustión. Además de que son vehículos mucho más avanzados tecnológicamente que proporcionan una mayor seguridad, confort y eficiencia", avanza la patronal de fabricantes de automóviles.

En dos años, el coste ha pasado de 3.300 a más de 8.000 euros. Una cifra muy lejana de la marcada por los coches de combustión, que usan el acero como principal componente y cuyo precio está en los 3.225 euros de media en 2022. "La equiparación de precios con los modelos de combustión será cuestión de tiempo", advierten. No obstante, esta cifra es un 106% mayor que la registrada en marzo de 2020, justo antes de la irrupción del coronavirus.

¿Dónde cargo la batería?

Más allá de la inversión inicial a la hora de conseguir las llaves del vehículo hay que sumar otra barrera más: "Hay que estimular el mercado a través de potenciar la red de recarga pública", comentan los portavoces de Anfac.

En la actualidad, España cuenta con 15.772 puntos de recarga públicos distribuidos por toda el territorio. "La demanda está aumentando", señala la patronal, "e insistimos que hay que impulsar la red pública de cargadores".

La alternativa son los privados en los hogares, una tarea compleja y también costosa. En 2020, según los últimos datos disponibles en el Instituto Nacional de Estadística, España contaba con cerca de 2,6 millones de viviendas unifamiliares, 3,4 millones de viviendas adosadas y la amplia mayoría cerca de 13 millones de hogares de un total de 18 millones son pisos.

El precio medio de instalación, sin contar la posterior factura energética, ronda los 500 y 1.100 euros, número que varía según la potencia necesaria y el tipo de vivienda. En el caso de vivir en un piso y disponer de un garaje comunitario, lo más habitual en las ciudades, se deberá informar a la comunidad de vecinos de la instalación del cargador, un paso meramente informativo, ya que, según la Ley de Propiedad Horizontal, no es necesaria la aprobación de la junta.

No obstante, en el caso de que el garaje esté en otro edificio sí que habrá que solicitar primero permiso a la comunidad de propietarios y que aprueben la posibilidad de conectar un punto de recarga a las zonas comunes. En este caso, se trata de un contador secundario enlazado al punto de suministro del garaje y aquí será la comunidad la que luego repercutirá el gasto correspondiente el cargador que hemos asociado a nuestro punto de carga. Además, a mayor distancia, más coste de la obra a llevar a cabo.

Una vez completada la instalación, es hora de calcular el precio de la factura energética y, sobre todo, aumentar la potencia contratada para evitar cortes de luz. El aumento del precio del gas ha elevado la inversión en energía en España y su aumento se nota en las tarifas que las compañías energéticas ofrecen a los clientes. A pesar de ello, recorrer 100 kilómetros con un coche eléctrico cuesta 5,59 euros si se recarga en casa, mientras que en uno de carga rápida aumenta a 6,54 euros. Ambas cifras están muy alejadas de los combustibles tradicionales: 12,18 euros/100 kilómetros con gasolina 95 y 9,53 euros para los diésel, según el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

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