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Los créditos y las tarjetas se encarecen tras la subida de los tipos de interés

La demanda por este tipo de productos comienza a resentirse tras el incremento de los costes de financiación, según el Banco de España.

El Tribunal Supremo ratifica una sentencia de un juzgado zaragozano y declara nulas las cláusulas de las tarjetas 'revolving'.
El Tribunal Supremo ratifica una sentencia de un juzgado zaragozano y declara nulas las cláusulas de las tarjetas 'revolving'.
Pixabay

Financiar la compra de un automóvil, un electrodoméstico o un viaje es cada vez más caro. Cuesta más pagar a plazos estas adquisiciones, aunque las cuotas de los préstamos o las tarjetas se mantengan intactas. Eso no quiere decir que el cliente no esté asumiendo un coste mayor por la ampliación de los plazos de esa financiación. A medida que los tipos de interés han ido creciendo desde julio (entonces el BCE los incrementó al 0,50%, y en septiembre hasta el 1,25%), los tipos de los créditos al consumo se han movido en paralelo, también al alza.

Al igual que ha ocurrido con el euríbor -el principal indicador que sirve para calcular las cuotas de las hipotecas-, los tipos de interés vinculados a la financiación al consumo van escalando a medida que el BCE actúa, pero también ante cada nueva previsión de que Fráncfort pueda elevar aún más el precio del dinero en las próximas semanas. Hasta el pasado mes de julio, el coste medio de los créditos y préstamos al consumo que se concedían en ese momento se situaba en un 6,82%. Se trata de la referencia más elevada del año, una cota que no se había alcanzado aún en este 2022.

Además, los intereses de estos productos han ido avanzando a lo largo de los meses, desde el 6,10% en el que se encontraban a finales del año pasado. Es decir, el incremento medio ha sido de 0,70 puntos en poco más de medio año. Aún quedan por actualizar las cifras de agosto, el que sería el primer mes tras la inicial subida de tipos del BCE, y un momento en el que los bancos suelen elevar los costes de financiación aprovechando la campaña de compras de verano.

Fue en noviembre del año pasado cuando el coste de los préstamos destinados a las compras se situó en su nivel más bajo de la historia del euro. Entonces, las entidades financieras aplicaban un tipo del 5,6%, lo que incentivaba a la población a endeudarse para realizar cualquier tipo de adquisición.

Un goteo incesante

La diferencia entre aquel mes y el último dato de julio implica un avance de intereses de 1,2 puntos porcentuales. Para un caso práctico, el de la compra de un vehículo de 6.000 euros, la cuota resultante ahora sería de 118 euros (si se financia a cinco años vista) frente a los 115 euros que pagaría si se hubiese comprado a finales del año pasado. Es decir, un gasto extraordinario de unos 37 euros al año y de 186 euros a lo largo de todo el periodo de financiación del producto.

Si se comparan los datos con el resto de Europa, España sigue siendo uno de los países en los que más dinero cuesta financiarse. El interés de los créditos al consumo es un 40% más elevada que en el resto de países de la zona euro. Incluso en grandes potencias como Alemania y Francia, el tipo de interés de este tipo de operaciones es entre un 50% y un 80% más barato que en la banca española. La media europea revela que el tipo de interés TEDR, que equivale a la TAE (tasa anual equivalente) sin incluir comisiones, para los nuevos préstamos de entre uno y cinco años es del 5% en la zona euro, frente al casi 7% español, según los últimos datos disponibles del Banco Central Europeo (BCE).

En el caso de las tarjetas de crédito 'revolving' (las que generan una deuda que se va regenerando a medida que se gasta, aunque la cuota a pagar siempre es la misma), su interés se encuentra ya por encima del 18,22%. Cuando comenzó la guerra, se fijaba en el 18%.

Desde que el Tribunal Supremo anulara los tipos que cobran las entidades con estos productos si son "desorbitados" con respecto a la media que aplican el resto de bancos, los intereses fueron disminuyendo, aunque también como consecuencia de las políticas monetarias del BCE desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, momento que coincidió con el fallo del alto tribunal. En su momento, ese coste medio de las 'revolving' llegó a superar el 21%, aunque poco a poco fue descendiendo hasta el entorno del 18% de este año.

Como consecuencia de estos mayores costes de financiación, la demanda de créditos al consumo comienza a verse resentida entre los ciudadanos. De hecho, en julio se concedieron 2.469 millones de euros a través de estos productos financieros, casi 300 millones menos que dos meses antes, cuando se alcanzó el máximo anual. Sin embargo, en el caso de las tarjetas de crédito a plazo, la demanda se mantiene estable en torno a los 11.400 millones de euros por cada mes del verano, una prueba de que cada vez más ciudadanos optan por financiarse con estos productos, con agilidad para ser aprobados, frente a los créditos que requieren más trámites.

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