Opel, los 160 años de una marca con historia

La marca alemana Opel cumple 160 años con una larga historia detrás no exenta de desvelos, desafíos y logros, en la que ha habido largos periodos tanto de éxitos como de fracasos, en años más recientes dentro de un grupo estadounidense (General Motors) y uno francés (PSA) antes de la integración de este último con el consorcio de Fiaty Chrysler para configurar Stellantis.

Adam Opel es el nombre del fundador de una compañía que inició su andadura en 1862 como fabricante de máquinas de coser en su casa de Rüsselsheim, cerca de Fráncfort. Un año después, la empresa ya tenía una sede propia, a la que Georg, hermano de Adam, enviaba suministros desde París. El negocio fue muy bien y en 1868 la ‘start up’ de la época contaba ya con un edificio de dos plantas en el que ya trabajaban unas 40 personas. Ese año el joven emprendedor, ya con 31 años, se casó con Sofía, compañera de vida en la familia y en el impulso de una compañía que en 1886 ya había fabricado 18.000 máquinas de coser.

La revolución industrial abrió un nuevo escenario de oportunidades para Adam Opel. Ya en 1884 el inquieto empresario constató en un viaje a París el futuro que tenía el floreciente negocio de las bicicletas como medio de transporte de un número creciente de ciudadanos. Entre 1886 y 1887, la compañía alemana ensamblaba sus propias bicis y en 1890 ya había vendido 2.200 unidades.

Los historiadores de Opel que han publicado en días pasados la evolución de sus primeras décadas de andadura reseñan que en esos años Adam, Sofía y sus cinco hijos se convirtieron en los mejores embajadores de la marca, que participaba en numerosas carreras en su país. "En 1920 Opel se convirtió en el mayor fabricante de bicicletas del mundo, con 15.000 vendedores de un artículo que desde 1923 se producía en serie en Rüsselsheim, de donde salía uno cada seis segundos", precisan.

Un paso decisivo en la historia de Opel fue al salto a la producción de automóviles tras ser consciente del exceso de capacidad en el mercado de las bicicletas. En 1899, cuatro años después del fallecimiento de Adam, sus cinco hijos -Carl, Wilhelm, Heinrich, Fritz y Ludwig- iniciaron la fabricación de coches.

Los hermanos Opel transformaron la nave construida por su padre en Rüsselsheim en una planta de montaje de automóviles y contrataron a un famoso inventor alemán de la época, Friedrich Lutzmann, para desarrollar coches que alcanzaron en un primer momento los 20 kilómetros por hora como máxima velocidad y, ya a principios de 1900, ganaron carreras en Alemania, Francia y Bélgica antes de dar el salto a Estados Unidos.

En 1923, la familia Opel tuvo que cerrar temporalmente su fábrica por una crisis económica, pero dos de los hermanos (Wilhelm y Fritz) viajaron a Estados Unidos y de ahí regresaron a Alemania con los nuevos métodos de ensamblaje que estaba aplicando ya la norteamericana Ford. La compañía creció entonces de modo notorio. En 1928 salió a Bolsa con el nombre de Adam Opel AG y, un año después, la corporación estadounidense General Motors compró un 80% de la propiedad. En 1931, finalmente, la GM se hizo con el 100% de Opel.

A partir de ahí modelos de marca se fueron produciendo en distintos puntos de Europa, en España desde 1982, año en el que la fábrica zaragozana de Figueruelas comenzó a ensamblar el Corsa, un modelo que con el tiempo se ha convertido en un superventas y que en la actualidad -en su sexta generación- cuenta también con una versión eléctrica. Esta, de hecho, está participando en certámenes internacionales. En 2020 ya se hizo con el primer título FIA E-Rally Regularity Cup (Campeonato FIA de vehículos eléctricos y nuevas energías).

Opel fue la referencia alemana del grupo PSA y hoy lo sigue siendo en Stellantis, con apuestas crecientes en vehículos electrificados.