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El reto de medir la calidad del agua

La empresa aragonesa h2ï Analytics lidera un proyecto que emplea herramientas digitales y que busca fomentar la inteligencia estratégica en la industria.

Los profesionales. H2ï Analytics, que lidera una de las cuatro iniciativas que coordina el clúster Zinnae que concluyen este mes, es una compañía que recibió en 2020 el premio al Mejor Proyecto SpinUp de la Universidad de Zaragoza. En la imagen de arriba, Álvaro Marco, Agustín Blas, Manuel Arce, Teresa Blanco y Roberto Casas.
Los profesionales. H2ï Analytics, que lidera una de las cuatro iniciativas que coordina el clúster Zinnae que concluyen este mes, es una compañía que recibió en 2020 el premio al Mejor Proyecto SpinUp de la Universidad de Zaragoza. En la imagen de arriba, Álvaro Marco, Agustín Blas, Manuel Arce, Teresa Blanco y Roberto Casas.
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El desafío. Los eventos de sequía están siempre relacionadas con la calidad del agua, pero la calidad de las mediciones sobre este recurso han estado incompletas, al haberse centrado más en obtener datos cuantitativos. Contar con herramientas como la inteligencia artificial o aquellas vinculadas al internet de las cosas permite ahora intentar resolver este ‘problema’ y conseguir de esa manera hacerse con una información que puede ser muy valiosa para la industria que emplea agua en sus procesos. De esto va el proyecto de investigación Rindia que lidera la empresa aragonesa h2ï Analytics y en la que participan también la compañía vizcaína Anbiotek, Sastesa (Servicio de Aguas y Saneamientos de Teruel), el clúster vasco de medio ambiente Aclima, la Universidad de Zaragoza y el clúster aragonés especializado en la gestión del agua Zinnae. «Tenemos una plataforma, denominada Siwa, que hace previsiones de cantidad de agua utilizando herramientas digitales y el reto que tenemos con este proyecto es conseguir también información sobre la calidad de esa agua», resume Manuel Arce, uno de los fundadores de h2ï, ‘spin off’ de la Universidad de Zaragoza que trabaja en estos temas desde hace dos años. Para hacer frente al desafío se ha hecho uso de los datos abiertos de monitorización de las masas de agua y, además, se ha utilizado la información multiespectral obtenida por los satélites Sentinel para su comparación con mediciones in situ de indicadores ecológicos. Todo ello, según precisan fuentes de Zinnae, se ha unificado en la plataforma de gestión predictiva que incluye criterios de calidad del agua en el origen, así como eventos disruptivos de abastecimiento (escasez y sequía). De esta forma, apuntan desde el clúster para el uso eficiente del agua, «se fomentará la inteligencia estratégica y la capacidad competitiva de las empresas altamente dependientes de los recursos de agua».

El proyecto. Rindia es una de las iniciativas coordinadas por Zinnae que ha recibido subvenciones destinadas a Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI) o clústeres por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que ha podido impulsar estos programas con fondos Next Generation de la Unión Europea. Concluida la primera fase de esta iniciativa, y en función de los datos de medición de calidad que hayan podido ser obtenidos se verá la posibilidad de seguir adelante con una nueva fase, que exploraría la posibilidad de que el proyecto se transforme en un negocio, según apuntó Manuel Arce. En todo caso, a favor de conseguir objetivos, hay tres aspectos emergentes de tecnologías de Big Data que se están demostrando muy útiles. Se trata de la digitalización del ciclo del agua en la industria, ampliándola y reforzándola en los aspectos relativos a la captación de agua bruta (IoT); la incorporación de datos de gobierno abierto procedentes de las redes de oficiales de control de cantidad y calidad del agua, y el análisis avanzado de datos mediante herramientas de inteligencia artificial.

Zinnae y otros proyectos. Rindia es una de las cuatro iniciativas que coordina con el apoyo de fondos a las AEI el clúster Zinnae que están finalizando sus trabajos este mes de agosto Otra de ellas es Bodegas 4.0, que en su primera fase de las tres que lo componen ha analizado los usos y consumos de agua en 2 bodegas diferentes, mediante instalación de sensores, monitorización y talleres ‘lean water’ con el personal. Todo ello les ha permitido proponer más de 50 actividades a desarrollar y 2 planes de acción, implicando tanto a los trabajadores como a los equipos e instalaciones. Otro proyecto más reseñado estos días, denominado S-TraZer, ha desarrollado un sensor pionero para la detección y seguimiento de aditivos o trazadores en fluidos técnicos. Este proceso, en general, se suele realizar a través de diferentes ensayos químicos en laboratorio sobre muestras tomadas periódicamente. La investigación ha logrado implementar un prototipo multifuncional basado en una técnica espectroscópica, que, además de ser específica y mínimamente invasiva, permite realizar la medida en la misma instalación en tiempo real, cuantificar, analizar datos, generar informes, almacenar y seguir los datos en la nube mediante la correspondiente aplicación.

Hidrógeno. El cuarto proyecto que acaba estos días reseñado por Zinnae se denomina BioH2 y consiste en el desarrollo de una tecnología de producción biológica de hidrógeno a partir de agua residual que, mediante la aplicación de la ingeniería y la biotecnología, permite producir este vector energético sin generar gases de efecto invernadero. Joaquín Murría, gerente de Ingeobras, la empresa que lidera la iniciativa, apuntaba a este diario días atrás que de momento es una investigación industrial (el siguiente estadio a la básica). Está por decidir si siguen adelante una fase más, la de un desarrollo que esté más cerca de llegar al mercado.

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