La Mafia refuerza su accionariado y prevé abrir 40 restaurantes más

La cadena de comida italiana incorpora como socio a Reynaldo Benito e impulsa una expansión para llegar a los 100 establecimientos.

Javier Floristán, fundador de La Mafia se sienta a la mesa.
Javier Floristán, fundador de La Mafia se sienta a la mesa.
Oliver Duch

El grupo de restauración zaragozano La Mafia se sienta a la mesa, especializado en comida italiana, refuerza su accionariado para impulsar una expansión en España y Portugal que le permita pasar de los 62 establecimientos que tiene en la actualidad hasta los 100 con los que espera cerrar el ejercicio 2023.

La junta de accionistas de la compañía ha incorporado al empresario aragonés Reynaldo Benito, con larga experiencia en el sector, para apoyar su crecimiento, desechando entre tanto las ofertas recibidas de inversores industriales de ámbito nacional y de empresas de capital riesgo para formar parte de la propiedad.

Benito, propietario y director general de Grupo Cachirulo y propietario de Food and Moments Group, la empresa que explota en régimen de franquicia los Hard Rock Café de Mallorca, Valencia y Málaga, entre otros negocios, se suma a la propiedad de La Mafia con la compra de acciones de otro socio saliente y con la voluntad de ir ampliando su participación, según precisaron a este diario fuentes de la cadena de restaurantes italianos.

La Mafia se sienta a la mesa, que inició su andadura en el año 2000, cuenta con ocho socios, si bien tres de ellos (Javier Floristán –fundador de la cadena–, el empresario Michel Castillo, presidente de Castillo Balduz –que se incorporó en 2010 a título individual– y Reynaldo Benito) controlan la mayoría del accionariado). «Pese a haber recibido propuestas de inversores, al apuesta del grupo es seguir creciendo con tejido aragonés», incidieron desde la cadena.

Javier Floristán creó La Mafia se sienta a la mesa en 2000 con dos socios, Pablo Mariñosa y Eduardo Sorolla y desde el principio confió en el sistema de franquicia para crecer y aprovecharse de las economías de escala. La idea era crear una cadena de restaurantes de tipo medio, con un ambiente muy cuidado, precios asequibles y una buena calidad y variedad de productos. Ofrecer comida italiana ha sido desde entonces su mayor reclamo, aunque siempre han insistido en el concepto de cocina mediterránea, aunque con un nombre que no ofrece dudas sobre su apuesta. Un nombre, por cierto, que les llegó a generar problemas judiciales fuera de España, con pronunciamiento oficial del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por «ofrecer una imagen positiva de una organización criminal». La marca fue declarad nula en la UE, pero puede ser utilizada en España.

El grupo que dirige Floristán, que en la actualidad preside la Asociación de Franquiciadores de Aragón (AFA), cuenta actualmente con 51 establecimientos de La Mafia, 7 con la enseña Ditaly y 4 de Boutique Italian Food. La compañía tiene un obrador en el que elabora pasta y otros productos para los restaurantes ubicado en San Mateo de Gállego, donde trabajan 55 personas. En sus oficinas la empresa cuenta con 30 personas en plantilla. El grupo prevé superar el año actual, sumando a estos empleados con los de los restaurantes, el millar de trabajadores.

La compañía inauguró el pasado jueves un establecimiento de Ditaly en la avenida de la Ilustración de Montecanal, en un evento al que acudieron unos 200 invitados. El restaurante es de un franquiciado que quiere abrir 4 Ditaly en la capital aragonesa.

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