Funcas prevé que Aragón crezca un 3,3% y la tasa de paro baje al 9,4% en 2022
La economía aragonesa crecerá por debajo de la media nacional, junto a Extremadura, Cantabria y las Castillas.
La economía aragonesa crecerá este año un 3,3%, por debajo de la previsión para la media nacional, del 4,2%, y entre las comunidades con menos aumento del PIB junto a Cantabria, Extremadura, Castilla y León y Castilla-La Mancha, según las previsiones de Funcas para las comunidades autónomas, que prevé que la tasa de desempleo media anual caiga hasta el 9,4% en Aragón.
Todas las comunidades autónomas continuarán este año la senda de recuperación iniciada el anterior, aunque, salvo Canarias, frenarán su ritmo de crecimiento.
En el caso de Aragón, Funcas prevé que el PIB recupere un 3,3%, que se suma al avance del 3,8% que habría registrado en 2021.
El crecimiento inferior a la media nacional se debe tanto al reducido efecto rebote del turismo, que ya se había recuperado prácticamente en 2021, como al elevado peso del sector del automóvil -uno de los que más acusa las crisis de suministros-, su alto consumo energético y la inflación superior a la media.
Pese a ello, Funcas, que recuerda que la economía aragonesa se contrajo un 8,5%, prevé que la tasa de paro media anual caiga al 9,4%, un "muy buen resultado en relación con otras comunidades autónomas".
Las regiones que más crecerán serán nuevamente Baleares y Canarias, pero seguirán siendo las que más lejos estén de los niveles de PIB previos a la pandemia.
En general, las regiones con escasa importancia del turismo exterior, un sector industrial débil y un peso elevado de la agricultura fueron las que sufrieron una menor caída del PIB en 2020 y por tanto las que están registrando un menor efecto rebote posterior, afirma Funcas en un comunicado.
Añade además, que el rango de posibles resultados es mucho más amplio de lo habitual dada la gran incertidumbre derivada de los riesgos geopolíticos, que pueden condicionar factores como la llegada de turistas internacionales o la magnitud del impacto del sobre ahorro sobre las decisiones de gasto de los consumidores, y que tampoco hay certeza en cuanto a la cuantía de las inversiones financiadas por los fondos europeos e, incluso, sobre su efecto multiplicador.
La evolución del precio de los productos energéticos y otras materias primas es también otra incertidumbre.
