Schmitz Cargobull Ibérica eleva a 162 millones sus ventas, el 15% más que antes de la pandemia

El buen ritmo de las obras de la nueva fábrica, en la que la compañía invertirá 19 millones, permitirá hacer el traslado en agosto

Jordi Romero, director general de Schmitz Cargobull, en la fábrica de Figueruelas.
Jordi Romero, director general de Schmitz Cargobull Ibérica, en la fábrica de Figueruelas.
Francisco Jiménez

Pese al impacto que está teniendo la falta de suministro de materiales, el fabricante de semirremolques Schmitz Cargobull Ibérica –inmerso en la construcción de una nueva planta en Figueruelas ya que después de veinte años la que tenían se les había quedado pequeña–, ha cerrado un ejercicio fiscal con crecimiento. La facturación alcanzada ha sido de 162 millones, un 15% más que el año anterior a la pandemia (2018-2019) en el que las ventas sumaron 140 millones. La producción de semirremolques también se incrementó el pasado año y se llegaron a hacer 4.913 vehículos, un 49% más que en 2020 y un 11% más que antes de la covid cuando el ejercicio se cerró con un total de 4.438.

Con 320 personas en plantilla que trabajan en dos turnos, la fábrica de Schmitz Cargobull en Figueruelas representa un 10% del volumen de producción del grupo alemán. Aunque su director general, Jordi Romero, reconoce que sí sufren cuellos de botella en la recepción de materiales básicos como químicos, madera o metal, asegura que se ha podido trabajar de continuo sin tener que parar por problemas de suministro.

«Estamos muy conectados con otras plantas de Alemania que hacen los largueros o los paneles de los semirremolques con lo que la actividad se ha podido mantener», si bien, precisa, «alguna semana de abril sí que hubo que reducir el volumen por falta de madera, un 20%, en una de las líneas, pero hemos aprovechado ese paréntesis para impartir formación», dijo.

Schmitz Cargobull produce unos 60.000 vehículos al año con las ocho plantas que tienen en Europa y que se complementan ya que unas montan las carrocerías y otras producen los componentes, destacó Romero. «El grupo decidió hace meses no trabajar con Rusia y hemos cortado todo suministro que venga de aquel país» señaló. Sin embargo, sí han seguido suministrando semirremolques desde la planta de Figueruelas a Ucrania. «Me sorprendió, pero un cliente de allí nos llamó para decirnos que le enviásemos 50 unidades que le habíamos fabricado. La mitad ya se entregaron y el resto está en proceso. Ves las noticias que son estremecedoras de la guerra, pero te das cuenta de que algunos tienen que seguir trabajando», precisó.

Con planta fotovoltaica

Embarcados en la construcción de una nueva fábrica presupuestada en unos 19 millones, cantidad que espera no sea superior al haber incorporado una planta fotovoltaica que les permitirá cierto ahorro energético, el directivo asegura que hay ya ganas de estrenarla y confía en poder hacerlo después del verano. Aprovecharán el mes de agosto, comentó, que hay menos actividad para realizar parte del traslado, pero advierte de que aún les queda mucho. «El edificio de producción va más adelantado que el de oficinas, pero falta lo más difícil que es incorporar las maquinaria y todo el utillaje». 

La factoría mantendrá sus líneas de producción actuales -lonas correderas, semirremolques frigoríficos, furgones paqueteros- en el nuevo emplazamiento, salvo que con el traslado se abre la posibilidad de incorporar a futuro la fabricación de otros componentes como los paneles para semirremolques frigoríficos y furgones. Están pendientes también de ver si obtienen fondos europeos de la convocatoria Idis-React para la digitalización completa de una de sus líneas de producción.

Nueva fábrica que Schmitz Cargobull está construyendo en Figueurelas.
Nueva fábrica que Schmitz Cargobull está construyendo en Figueurelas.
Francisco Jiménez

Cuando la nueva fábrica esté en marcha, anticipó el directivo, previsiblemente crezcan también en empleo, si bien reconoce la dificultad de encontrar a gente formada y especializada en este sector. 

En cuanto a las expectativas para este año, Romero mostró su confianza en poder mantener el volumen y la facturación, si bien reconoció que será difícil crecer, como vienen haciendo desde 2016 tanto por la limitación que supone la falta de materias primas como por los cuellos de botellas que se originan. Está además el problema añadido, indicó, de no haber podido repercutir al mercado el incremento del sobrecoste que han tenido en energía y suministros. Es la incertidumbre que existe a nivel global, lo que, explicó, les hace ser cautos al entender que muchos clientes también pueden retrasar sus inversiones o decisiones de compra por este motivo.

En cuanto a la salud del sector, Romero indica que sí ha registrado crecimiento y que «Schmitz Cargobull ha crecido algo más que el sector», especialmente en la línea de semirremolques frigoríficos donde son líderes con una cuota de mercado del 25%. La apuesta que hicieron hace unos años por producir también este tipo de vehículos ha dado resultados, concluyó. 

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