40 aniversario del estatuto de autonomía de aragón

Industria en Aragón: hacia la diversificación de un sector pionero en exportación

El timón de Opel, junto al despegue de la agroindustria, las energías renovables y el sector farmacéutico en la última década, han fortalecido el músculo industrial en la Comunidad.

La llegada de General Motors, determinante para industrializar Aragón.
La llegada de General Motors, determinante para industrializar Aragón.
Archivo HERALDO

La gran fortaleza económica de Aragón, su industria, se forjó sobre todo con el desembarco en 1979 de General Motors en Figueruelas. La construcción de una fábrica de coches, que comenzó su actividad en 1982, supuso el trampolín para desarrollar un gran polo de automoción en la comunidad que sostuvo un importante crecimiento hasta finales de los noventa. Aunque a partir de entonces empezase a caer ligeramente el peso relativo de este sector en el producto interior bruto (PIB), siempre se ha mantenido por encima del promedio español, destaca el catedrático de Historia Económica Luis Germán Zubero.

Junto a la palanca que representó GM, que vino a aliviar la debilidad del pequeño tamaño de la empresa aragonesa, el impulso generado desde años antes por grupos industriales locales como Saica (cuyos orígenes se remontan a 1943), Pikolin (que inició su actividad en 1948), Industrias Químicas del Ebro -con más de 60 años a sus espaldas- o el grupo Samca, que comenzaría con actividades mineras en los años 60, entre otros, han marcado el devenir industrial de una comunidad, caracterizada siempre por "una economía muy abierta al exterior". Y que, según este experto, "en estos últimos años ha sabido complementarse con un fuerte desarrollo de la agroindustria de la mano de firmas como Grupo Jorge, Grupo Costa, Inversalia en Teruel, etc.", lo que ha venido a reforzar a Aragón como una economía con una alta especialización industrial.

"La industria manufacturera supone el 21,7% del VAB (valor añadido bruto) regional mientras que en la española es el 16,1%. Veinte años antes, los porcentajes eran del 26,5% y 20,7%, respectivamente"" recuerda Jaime Sanaú, profesor del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, que explica que el ligero descenso en peso industrial sufrido por Aragón es "una tendencia compartida por las principales economías europeas".

En cualquier caso, este menor peso de la industria en la economía no ha sido freno para el avance en la diversificación productiva y de mercados. Lo que hace cuarenta años fue el monocultivo de la automoción ha ido perdiendo peso en favor de nuevos sectores como el de las energías renovables con apuestas como las de Forestalia, apunta Germán Zubero, así como de una logística volcada en los servicios industriales a la que se ha ido dotando de una buena red de polígonos y un vector de desarrollo fundamental como es el aeropuerto de Zaragoza -decisivo en la instalación de uno de los grandes almacenes de Inditex en Plaza, ahora en ampliación- también el de Teruel y otras infraestructuras básicas como el AVE.

Planta de fabricación de lavadoras de BSH en La Cartuja, en marzo de 2022
Planta de fabricación de lavadoras de BSH en La Cartuja, en marzo de 2022
Guillermo Mestre

Asimismo, recuerda este catedrático, el repunte del sector del porcino -antes solo había granjas- con la aparición de grandes empresas integradoras -"frente a las catalanas y navarras de las que dependíamos antes"- ha fortalecido una industria agroalimentaria cada vez más importante. El impulso a la economía circular por parte de un gran actor de proyección internacional como es Saica ha sido también clave.

La globalización y las exportaciones, aceleradas con la crisis de 2008 han sido consustanciales a la industria, destaca el catedrático emérito de organización de empresas Vicente Salas, que reconoce que aunque este sector haya perdido peso en las últimas décadas "ha sido menos que en el conjunto de España y se ha debido en gran parte a que muchos servicios vinculados a la industria se han externalizado" y pone de ejemplo al Grupo Sesé, creado en 1965, que viene prestando muchas soluciones logísticas a la automoción.

Mientras que las exportaciones de coches suponían en 1995 el 70% del total de Aragón, en el año 2000 eran ya solo el 53% y en 2019 el 34%. "Ha habido una reducción a la mitad en el peso de las exportaciones por parte del sector automovilístico y eso ha sido ocupado por otras industrias", subraya Germán Zubero, aludiendo a las exportaciones de bienes de equipo, electrodomésticos de BSH y otros productos, "del sector de la agroalimentación y de la industria cárnica que tanto ha crecido estos últimos años".

Inauguración de la nueva planta de Saica en El Burgo de Ebro en 2006
Inauguración de la nueva planta de Saica en El Burgo de Ebro en 2006
Guillermo Mestre

Mientras que algunas ramas de la actividad industrial, añade el profesor Sanaú, han mostrado una pendiente claramente descendente como el textil, cuero o calzado, otras como "la industria química y los productos farmacéuticos han seguido una tónica ascendente". Prueba de ello es la construcción de una nueva fábrica de jeringuillas en Empresarium por parte de Beckton Dickinson, cuya primera piedra se puso el pasado noviembre, o la inversión de Teva en el polígono Malpica para nuevas líneas de fabricación.

Salas, nombrado a finales de 2021 doctor ‘honoris causa’ por la Universidad Autónoma de Barcelona, no ve "amenazas singulares" para la industria en Aragón. Más allá del impacto que hayan podido tener las crisis -sobre todo la de 1993, que sí supuso un adelgazamiento del tejido industrial, ya que la de 2008 afectó más a otros sectores- y las interrupciones en la actividad productiva que está ocasionando la actual crisis de suministros y los elevados precios de la energía, este experto solo echa a faltar en estas últimas décadas una mayor apuesta por la I+D+i en las empresas. "BSH es el paradigma", dice, ya que es una de las compañías que más patentes tiene y que ha conseguido localizar en Zaragoza desde 2010, en la fábrica de placas de inducción y hornos de Montañana, el centro de I+D+i que concentra la investigación en inducción para toda Europa y los mercados en que opera. Ojalá, reconoce, más compañías hubieran dedicado más recursos a la innovación, ya que es el conocimiento y los productos de más valor añadido los que marcarán la industria del futuro.

Asimismo, Luis Germán echa en falta haber continuado la estela de creación de centros públicos que favoreciesen la innovación como el ITA (Instituto Tecnológico de Aragón). Nació, recuerda, en 1985 con el Gobierno de Santiago Marraco, pero después "las instituciones perdieron esa aceleración" en investigación aplicada a la industria. "El gasto en I+D+i en Aragón es inferior a la media española", apunta. Igual que ha hecho BSH, "España podría haber aprovechado más ser una potencia en montaje de automóviles para tener centros tecnológicos en esta materia. Eso da fortaleza. No es lo mismo un país como Corea, del tamaño del nuestro con marcas propias, no solo de coches sino de muchos productos, que depender en alto grado de las inversiones extranjeras", señala.

Felipe VI en la inauguración de la nueva planta de Pikolin
Felipe VI en la inauguración de la nueva planta de Pikolin
Guillermo Mestre

Pese a todo, recuerda Jaime Sanaú, la producción manufacturera se ha mantenido en Aragón a lo largo de estas últimas décadas. "En 2020 (en términos reales) es levemente superior a la de 2000, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Industria. "Aún habiendo disminuido la producción a consecuencia de la última crisis financiera internacional de 2008 y de la crisis sanitaria de 2020, en los demás años, se ha sostenido el crecimiento", dice.

En general, la industria ha mantenido su vigor en estos 40 años, pese a alguna deslocalización y desaparición de empresas, pero el reto sigue estando en la innovación. "Crear más marcas, más valor y que no sea solo producir". Ese es el desafío, según Vicente Salas. "Lo era ya hace 40 años y lo es más ahora cuando tenemos todavía más competidores", afirma. Y para eso, es imprescindible contar con capital humano cualificado para dotar de servicios tecnológicos a la industria.

Aunque el empleo industrial en Aragón se ha reducido ya que suponía el 27% en el año 2000 y pasó a menos del 20% en 2010, siguen faltado perfiles cualificados tanto en la industria como en otras actividades económicas tradicionales. En este sentido, Germán Zubero destaca la gran aportación que representó en los años 70 la creación en Zaragoza de dos facultades, la de Ingeniería y de Economía, al ofrecer mano de obra cualificada a las empresas tratando de evidenciar así la necesidad actual de solucionar ese déficit de mandos intermedios que padece la industria, así como de perfiles tecnológicos, para poder mantener la senda del crecimiento. "El tejido educativo ha de adecuarse a las demandas empresariales y esto no se ha conseguido", afirma.

Colocación de la primera piedra de la nueva fábrica de jeringuillas de Becton Dickinson en Zaragoza
Colocación de la primera piedra de la nueva fábrica de jeringuillas de Becton Dickinson en Zaragoza
Oliver Duch

La formación, junto a la innovación, son las claves para mantener el pulso de la industria a futuro, según los expertos consultados por HERALDO, que ponen en valor las inversiones que se siguen produciendo en la comunidad pese a los desequilibrios generados por la pandemia. Un ejemplo claro es la industria de la salud. A los 500 millones para construir la nueva fábrica de Becton Dickinson en Zaragoza -tiene otra planta en Fraga desde hace más de 40 años- con la intención de que esté en funcionamiento antes de 2023, hay que sumar los 100 de ampliación de los laboratorios de Certest Biotec, biotecnológica zaragozana fundada en 2002 especializada en la fabricación de test rápidos y PCR, en San Mateo de Gállego, que recientemente hizo pública la contratación de un banco de inversión japonés para poner en marcha un proceso de venta del que apenas han trascendido detalles.

"Junto a la automoción, la agroindustria y la logística, el sector sanitario, de la mano de las nuevas tecnologías puede convertirse en vector estratégico de crecimiento de Aragón, pero para eso hace falta que concurran más inversiones", decía hace un año Nelson Fernandes, director general de Certest, en línea con la estrategia del Gobierno de Aragón de convertir Zaragoza en polo de desarrollo del sector farmacéutico y de salud al contar con empresas tan importantes como Novaltia, Teva o Alliance Healthcare, entre otras.

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