ECONOMÍA

Gerard García, emprendedor: "Me sorprende que amigos con carrera no tienen ni idea de economía"

El fundador de la plataforma Deale, surgida el año pasado para poner en contacto pymes en venta e inversores, ha contado recientemente a estudiantes del Instituto Goya y universitarios la importancia de la educación financiera.

Gerard García, emprendedor, en el Espacio Joven de la Fundación Ibercaja, en Zaragoza.
Gerard García, emprendedor, en el Espacio Joven de la Fundación Ibercaja, en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Gerard García (Sabadell, 1994) tenía espíritu de emprendedor desde que estudiaba Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad de Barcelona. Después de pasar por varias compañías como la tecnológica Cover Wallet y la firma de gestión activa y banca de inversión Arcano Partners, fundó el año pasado Deale, una plataforma en internet para poner en contacto a pymes en venta y potenciales inversores. Es miembro del Círculo de Economía, donde es uno de los socios más jóvenes.

Hace unos días habló con estudiantes del Instituto Goya y universitarios de Zaragoza para explicarles la importancia de la educación financiera. ¿Cómo lo descubrió usted, porque la economía no suele ser una materia que atraiga?

El primer germen fue que siempre me ha sorprendido que amigos con buenas carreras, como Medicina, no tienen ni idea de economía. El segundo, que conocí a una ‘start up’ de educación financiera.

Pero trabaja en el campo de las fusiones y adquisiciones de empresas. ¿Les habla también de algo tan complejo?

Sí. Primero les explico por qué es importante la educación financiera y cómo me ha ayudado a mi y partiendo de esa base les digo cómo ha sido emprender en primera persona.

¿Cómo le ayudó?

En el 2012 con la crisis en mi casa entró en concurso de acreedores el negocio familiar.

Entonces, vivió la economía de guerra en casa.

Sí, sí. De guerra total. A veces alguien me pregunta dónde creo que ha cambiado más mi mentalidad y digo que en casa, al ver a mis padres trabajar 24 horas al día, sábados y domingos.

Ha terminado creando el año pasado la plataforma Deale para poner en contacto pymes en venta con compradores. ¿Qué le decidió a emprender?

Durante la carrera de Administración y Dirección de Empresas (ADE) trabajé el primer año en una empresa industrial y el segundo en una gestora de fondos.

¿De prácticas?

No. Yo hice la carrera en tres años. Me aburría en clase y pensé qué hacer por la tarde. Mandaba cartas a empresas diciendo que tenía 18 años, quería trabajar, no quería cobrar, solo ver cómo funcionaban por dentro.

¿Y le contestaban?

Sí. La mayoría, curiosos, y siempre había un ‘no’, pero creo que algo que me caracteriza es que me da igual el ‘no’. Si quiero algo, lo voy a intentar. Una empresa que me dijo que sí y pude ver las dinámicas de la compañía por dentro y luego estuve en otras.

Ser tan proactivo a los 18 años no es frecuente. ¿Ha sido siempre inquieto?

Sí. Siempre he sido de hacer muchas cosas, absorber, tomar mis propias decisiones y ser crítico. Por ejemplo, yo no soy nada independentista y mis padres, sí.

¿Y llevaban bien la convivencia?

Sí. Lo más curioso es que mis abuelos paternos son de Murcia, mi abuela materna de Soria y mi abuelo materno de Lérida.Mis padres son nacidos en Cataluña, pero no somos catalanes de séptima generación (bromea).

Da idea de su carácter. ¿Por qué una plataforma de fusiones y adquisiciones?

Yo era muy curioso en tecnología, había trabajado en la firma Arcano Partners y me sorprendió que había pymes que pedían ayuda para buscar un inversor, pero eran demasiado pequeñas para la compañía. Luego estuve en la tecnológica Cover Wallet, que digitalizaba la compra de seguros para pymes y pensé digitalizar partes del proceso de fusiones y adquisiciones que son muy manuales como las preguntas y respuestas al comprador y vendedor. El paso determinante fue que llegó el covid y me quedé cinco meses encerrado en un apartamento de 22 metros cuadrados en Nueva York.

Eso sí que era un minipiso.

Sí. Una habitación que era todo: dormitorio, baño, comedor... Y el alquiler, unos 2.600 dólares. Teletrabajaba mucho, pero tenía mucho tiempo libre para pensar al estar en casa. Empecé a aterrizar esta idea y en verano volví a España. En cinco meses hemos hecho más de 350 ‘matches’.

¿Hay empresas aragonesas en venta?

Entre 20 y 40 con una media de 9 millones de facturación y 35 empleados, de alimentación y servicios. Siempre es por falta de relevo generacional y porque no saben por dónde empezar a conectar con inversores.

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