La industria alimentaria aragonesa urge soluciones al paro del transporte porque la situación es ya "insostenible"
Considera necesario ampliar la protección de las fuerzas de seguridad y garantizar la actividad.
Advierte que la dificultades para mantener la capacidad productiva son cada vez mayores.
La industria alimentaria aragonesa lleva desde el pasado 14 de marzo haciendo frente al impacto que el paro indefinido del transporte está provocando en su actividad. Pero tras once días de huelga la situación se está haciendo ya "insostenible", porque a las dificultades logísticas hay que sumar el incremento constante de los precios energéticos y de las materias primas y la guerra en Ucrania. Lo advirtió ayer la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA), que ha sumado su voz a la de las diferentes organizaciones empresariales que representan los variados sectores que componen la cadena de valor de la agroalimentación para exigir "medidas urgentes e inmediatas" que pongan fin al paro de los transportistas y al disparado incremento de los costes de producción. Urgen, señaló la asociación, actuaciones que garanticen el funcionamiento de la industria alimentaria tanto en lo que a su abastecimiento de materias primas se refiere como a la entrega de alimentos en sus puntos de venta.
"Evidentemente todas las empresas se están resintiendo y aunque todas están trabajando intensamente para asegurar su capacidad productiva las dificultades son cada día mayores y empieza a faltar suministros básicos como el cartón, el vidrio o el plástico. Si no disponen de estos materiales, en unos días van a ver también paralizada su producción", explica Ignacio Domingo, gerente de la AIAA.
Por eso, explicó Domingo, "resulta necesario ampliar la protección de las fuerzas de seguridad y garantizar la actividad de todos los operadores de la cadena agroalimentaria". Porque, como aseguró el gerente de la patronal alimentaria, la principal causa de la falta de transporte es que son muchos los camioneros que no quieren salir a la carretera o realizar cargas en las distintas plataformas o puertos no porque secunden la huelga sino porque tienen miedo a la acción de los piquetes.
De momento -insistió en esta expresión el gerente de la AIAA- las industrias aragonesas no han tenido que parar. No es una cuestión de tamaño, sino de ubicación, porque son las firmas situadas en las zonas más calientes, aquellas en las que los paros tienen mayor incidencia como Andalucía y Galicia, las que están teniendo más afecciones en la actividad, aunque también impacta en las firmas del resto de España que tienen mercados en estos territorios a los que resulta complicado suministrar y de donde es difícil proveerse.
"Si la situación no se reconduce en los próximos días y no se garantiza el transporte de alimentos, se pueden producir en el corto plazo problemas de abastecimiento", advirtió Domingo, que recordó la urgencia de que el Ejecutivo central adopte medidas dirigidas a reducir los elevados costes de producción que las empresas alimentarias vienen soportando desde hace meses, entre ellas la reducción de impuestos que se aplican a los carburantes.
Preocupa cumplir con los pedidos en el mercado interior, pero también el negativo efecto que los problemas causados por la huelga del transporte puedan tener en el exterior, donde la industria alimentaria aragonesa factura unos 2.400 millones de euros.
"La exportación es la otra derivada", señaló Domingo, que destacó que en el momento en el que las empresas tienen que parar procesos productivos dejan de poder cumplir sus compromisos con los clientes. "Y eso es una espiral muy peligrosa".
Domingo quiso, sin embargo, resaltar que, a pesar de las dificultades, las empresas agroalimentarias llevan meses realizando un "un enorme esfuerzo" para contener sus precios, para no alimentar la espiral inflacionista a la que se están viendo abocados sus procesos productivos y para hacer llegar sus productos a los mercados.
