Heraldo del Campo

Entrevista

Juan Carlos Brun: "No pedimos más ayudas, solo que las que hay las cobren los que tienen ganado"

Este agricultor y ganadero de ovino de Teruel ha vuelto a ser elegido por unanimidad presidente del consejo regulador de la Indicación Geográfica Protegida Ternasco de Aragón, cargo que ocupa desde el 2000.

Juan Carlos Brun, ganadero de ovino turolense y presidente de la IGP Ternasco de Aragón.
Juan Carlos Brun, ganadero de ovino turolense y presidente de la IGP Ternasco de Aragón.
Ternasco de Aragón

Juan Carlos Brun es agricultor y ganadero de ovino. Nació en Castelserás (Teruel) y reside en Alcañiz. Es socio de Oviaragón (Grupo Pastores), cooperativa de la que fue consejero durante 24 años, entrando al Consejo Regulador como ganadero en 1992. En la actualidad también es socio y presidente de la Cooperativa de Nuestra Señora de los Pueyos de Alcañiz. Llegó a la presidencia de la IGP Ternasco de Aragón en 2000, cargo en el que ha vuelto a ser reelegido.

Ha vuelto a ser reelegido presidente de la Indicación Geográfica Protegida Ternasco de Aragón, cargo que ocupa desde el año 2000. ¿Pensaba continuar o se lo pidieron?

Me había planteado dejarlo, ya había dicho en alguna ocasión que con 59 o 60 años lo dejaría, pero las empresas que integran la IGP me pidieron continuidad y aquí estoy.

En todos estos años habrá cambiado mucho la IGP.

Sí, pero sobre todo ha cambiado que ahora todo se hace con consenso. Siempre había habido gran nivel de acuerdo, pero había sus más y sus menos y ahora todos, empresas y ganaderos, vamos en la misma dirección, todo va rodado y es una maravilla.

¿En todo este tiempo en el que ha estado en el cargo, le había quedado algo por hacer que podrá llevar a cabo en los próximos cuatro años?

Es complicado. Yo siempre he pensado que el Ternasco de Aragón tenía que ser la punta de lanza del ovino. Siempre he trabajado en ese sentido y creo que lo vamos a conseguir, porque esta ganadería se nos está viendo abajo y queremos que la IGP tiene que estar ahí luchando y aguantando porque si la situación no cambia mucho la continuidad del sector va estar muy complicada.

¿Quiénes son los enemigos?

La PAC es el enemigo número uno del ovino, porque las ayudas que se están pagando no responden a la realidad del sector. No se está abonando al ovino el dinero del ovino. Y no estamos hablando de que venga más dinero, pero si hace 10 o 15 años había un millón de ovejas más y por lo tanto hay ganaderos que ya no están no deberían de percibir esas subvenciones, que tendrían que ir a los que tienen el ganado, a los que continúan con la actividad. Punto, no hay más.

¿El consumidor no es un buen aliado?

Es cierto que durante la pandemia ha habido mayor consumo nacional, porque a pesar del cierre de la hostelería los ciudadanos han cocinado más en sus casa y se han lanzado a consumir productos como el ternasco que antes no cocinaban. Y es una realidad también que en España tenemos muchos consumidores musulmanes que están tirando de la demanda interna porque el cordero es una carne todavía más barata que la ternera, pero es verdad que aunque el consumo de fin de semana y del canal horeca va funcionando, en el día a día todavía el consumo es muy limitado. Al menos las exportaciones están funcionando.

Uno de los problemas del sector es el relevo generacional. ¿Es la falta de rentabilidad o la dureza del trabajo la que no lo hace atractivo para los jóvenes?

Creo que como todos los sectores nos tenemos que modernizar, como hemos hecho algunos con instalaciones que nos permiten ahorrar tiempo de trabajo o contando con varias personas para poder rotar y tener días libres porque este es un trabajo de 365 días. Por eso, habrá que plantearse sistemas de manejo o servicios como la bolsa de pastores que está poniendo en marcha Oviaragón. Todo eso puede hacer al sector más atractivo, pero yo sigo pensando que con los precios actuales del cordero en estos momento, y en mi opinión, este es un sector rentable, pero también creo que los jóvenes no quieren trabajar todos los días del año.

¿Dos años de pandemia han dejado muy tocado al sector?

No, la verdad es que sufrimos mucho al principio porque el precio se hundió y fue una ruina para los que teníamos a punto de sacar los corderos, pero supimos reaccionar, adaptarnos y de hecho las ventas apenas han caído un 1% que, teniendo en cuenta lo que ha sucedido en las comercialización del ovino en general, es una cifra casi inapreciable. Ayudó mucho que la gente estaba en casa, le dio por cocinar ternasco y muchos continuarán porque han visto la facilidad de prepararlo y aprecian aún más sus cualidades.

Y ahora una guerra. ¿Va a afectar al sector ovino y al Ternasco de Aragón?

Tenemos un año complicado. Porque hay sequía y, por lo tanto, podemos tener problemas en los pastos y los precios de los cereales están intocables, pero las cotizaciones del cordero son buenas. La invasión rusa a Ucrania es preocupante, pero el ovino no tiene tanta incertidumbre como puede tener el porcino porque y todo el intensivo, porque nosotros gastamos poco pienso por ser una producción en extensivo.

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