economía

Los precios se disparan y amenazan con empobrecer a hogares y empresas

El último dato de Aragón sitúa el IPC en el 8,5%, la segunda comunidad con mayor incremento. Los expertos coinciden en que los efectos negativos dependerán de la intensidad y duración del conflicto entre Rusia y Ucrania.

Productos en una cadena de supermercados.
Productos en una cadena de supermercados.
EFE

La inflación continúa encareciendo la cesta de la compra. El dato provisional de febrero señaló que los precios subieron un 7,4%  en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el definitivo, publicado este viernes, ha sido incluso mayor, con un 7,6%. Aragón ha pasado del 6,6% en enero al 8,5%, la segunda tasa más alta del país y casi un punto más que la media nacional. Las alzas de precios han sido constantes durante todo 2021, antes de la invasión rusa de Ucrania. El avance del Índice de Precios al Consumo (IPC) había comenzado con la salida de la pandemia de covid-19 , en el primer impulso de la demanda de bienes hacia la ansiada recuperación, con desajustes en las cadenas de suministro.

La incertidumbre añadida por una guerra a las puertas de la Unión Europea ha contribuido a desestabilizar la economía. Gobierno y oposición no se ponen de acuerdo sobre los factores determinantes del desboque de los precios. El presidente Pedro Sánchez ha culpado a Vladimir Putin por iniciar la guerra, mientras desde la oposición, el PP le ha tachado de recurrir a "excusas de mal pagador". 

Escalada de la luz, los cereales y el aceite

En la práctica, lo que los ciudadanos y las empresas notan es que se han disparado los precios de la luz, algunos productos como los cereales y el aceite, y desde las asociaciones de consumidores se alerta de que lo harán también más bienes de la cesta de la compra. Sin duda, la mayor escalada que notan los bolsillos es la de la gasolina, con el carburante llegando a los dos euros el litro.

"Hay una tendencia de aumento de los precios previa. A finales de año ya era superior al 6% y esto se ve muy agravado por la guerra y los mercados energéticos", señala Eduardo Bandrés, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza. Destaca que es una inflación que se ha generado por un problema de oferta, no porque ya se hubiera recuperado la demanda de bienes tras el parón de la crisis sanitaria.

"Lo bueno es que suban los precios porque hay demanda, gasto, inversión, porque el dinero circula, no porque se incrementan los precios energéticos y las materias primas", pone como ejemplos Jorge Torres, profesor y economista. El año pasado se sumó la crisis de suministros, por el atasco post-covid, que sigue coleando con la falta de semiconductores todavía en algunas fábricas como la de Opel Stellantis en Figueruelas, que ha anunciado tres días de paro en la línea del Corsa. Los precios de la energía llevan meses altos, además de las materias primas. "Si hay menos oferta, los precios van a subir", añade.

Una inflación alta termina perjudicando a la economía. "Todas las instituciones económicas relacionadas con la planificación, y cuadros provisionales macroeconómicos señalan ya graves impactos en la recuperación económica europea, española y en particular aragonesa", señala Luis Ferruz, economista y escritor. El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha destacado este jueves los efectos sociales y económicos en la comunidad de la guerra en Ucrania.

"Hay que modificar el mecanismo marginalista de fijación de precios donde la última oferta que se realiza, la más cara, marca el precio para todos"

En Aragón la guerra tiene afecciones especialmente en el sector primario. "El sector agroalimentario y ganadero tiene una dependencia muy importante de materias primas que vienen de estos países", señala Bandrés y alerta sobre el aumento de los costes de producción. Ferruz añade la repercusión en sectores "especialmente sensibles a la situación como, en general, la agricultura y el cereal proveniente de Ucrania, así como las empresas y sectores intensivos en energía en su estructura de costes". Algunas compañías aragonesas ya han tomado la decisión de parar la producción al no poder asumir la subida de gastos como la electricidad.

La energía es uno de los componentes para calcular el IPC y se encuentra disparado desde hace meses. Bandrés pide ante situaciones "excepcionales" como la actual medidas que también lo sean, como que la UE decida por fin "modificar el mecanismo marginalista de fijación de precios donde la última oferta que se realiza, la más cara, marca el precio para todos". Esto está haciendo que el gas dispare al factura de la luz y esté "castigando a las empresas y hogares de manera desproporcionada".

Más difícil es paliar la escalada de los carburantes. "El de los hidrocarburos es uno de los mercados más especulativos que hay", afirma Torres. Por su parte, Bandrés no cree que "que haya necesariamente un componente especulativo, pero sí de tensión en el mercado". A él contribuye la reducción de la cantidad de petróleo en el mercado derivado del conflicto con Rusia y las sanciones impuestas. 

El riesgo de la "estanflación"

Para Ferruz, en la situación actual se unen las previsiones de crecimiento y de recuperación "a la baja" con la inflación, la energía y la incertidumbre "al alza", lo que se refleja "no solo en el presente, sino también en los mercados a futuro". 

"La cuantificación y repercusión de los efectos negativos que ya están apareciendo dependerá de la intensidad y duración del conflicto"

Considera que "la cuantificación y repercusión de los efectos negativos que ya están apareciendo dependerá de la intensidad y duración del conflicto". No cree que la política monetaria pueda ayudar. "Poco puede hacer ya en estos momentos", señala, y confía más en una política fiscal "bien modulada y consensuada", así como las "ayudas a empresas, sectores y hogares más vulnerables va a cobrar mucha relevancia".

Torres también comienza a ver riesgo de "estanflación", es decir, de que los precios sigan subiendo pero el crecimiento baje. Bandrés considera que todavía no se llegado a esta situación, porque las previsiones de la economía para este año siguen siendo de avances, tanto en España como en la UE. Toma como referencia que el Banco Central Europeo (BCE) considera que en el escenario más negativo el crecimiento europeo será del 2,3% y en España se puede situar en el 4,5%. "Si no hay estancamiento no hay estanflación", matiza. Recuerda que el término se acuñó durante las crisis del petróleo de los años 70 cuando "la economía no crecía y había inflación". Por el momento, no ve este frenazo "ni en el escenario más negativo".

No se atreven a hacer previsiones sobre la evolución de los precios, porque el escenario es cambiante. Bandrés recuerda que el BCE incluye en sus previsiones dos puntos más de subida del IPC, que crezca hasta junio y luego se mantenga, aunque sea en valores altos. Torres cree que la inflación elevada "no es transitoria", aunque asegura que en una situación como la actual es difícil elaborar estimaciones. "Nadie tenemos la bola de cristal, hay muchas variables que no están controladas", señala.

Ferruz considera que "como mínimo hasta el verano las expectativas son de altos precios, influyendo sobre todo el coste de la energía". De ahí que tema que "tanto empresas como particulares nos vamos a empobrecer". Las compañías tendrán "complicado" transmitir toda la inflación de costes a los precios y los consumidores "cubrirse de las repercusiones de la inflación vía sueldos y en su caso rentas diversas". 

La subida salarial media de los convenios se sitúa en el 2,2% a nivel nacional. "La inflación de precios en la energía y en alimentos va a ser especialmente dura de asimilar en hogares con rentas más bajas, por la repercusión mayor que en otro tipo de hogares en el presupuesto de gastos, por lo que será necesario aplicar políticas sociales solidarias de redistribución de rentas", apunta el economista.

Mal momento para una subida de los tipos de interés

En lo que coinciden los tres economistas es en que si se mantiene la inflación elevada y el BCE decide empezar a subir los tipos de interés para tratar de controlarla, no será beneficioso para la economía española. Resultará "perjudicial para la recuperación económica, especialmente en países como España, donde aún no se han recuperado niveles de antes de la pandemia", indica Bandrés. "No es posible atajar la inflación con subidas de tipos de interés si no hay crecimiento ya que se puede generar más inflación", añade Ferruz. En este sentido, Torres cree que la economía española es todavía "vulnerable", al no haberse recuperado aún de la pandemia cuando se inició el conflicto bélico.

A la hora de adoptar medidas urgentes Ferruz pide "atajar una posible escalada bélica en lo militar y una recesión en el plano económico y financiero". Plantea incluso "repensar" a nivel de toda Europa los fondos Next Generation, que estaban aprobados "inicial y fundamentalmente en otro contexto muy diferente al actual, en un marco de fuerte recuperación". Ahora "hay que partir de otro escenario diferente, peor y con mucha más incertidumbre", confiesa.

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