guerra en ucrania

El sector del automóvil sufre ya las consecuencias del conflicto bélico

a interconexión de las cadenas de suministro de piezas está teniendo afecciones en toda Europa, según destaca el clúster de Aragón.

Un operario en una planta de Mazda en Vladivostok.
Un operario en una planta de Mazda en Vladivostok.
Reuters

Una semana después del inicio de los ataques de Rusia a Ucrania, la industria de la automoción ya está sufriendo sus efectos negativos en toda Europa, de modo más notorio en los países cercanos a la zona de conflicto. La interconexión de las cadenas de suministro de piezas para vehículos está generando un efecto dominó que se está traduciendo en parones de producción de fábricas en un buen número de países, tal y como revela una encuesta realizada entre 137 empresas pertenecientes a los clústeres de automoción españoles, entre ellos el aragonés.

«La interconexión entre los proveedores de piezas es brutal», destacó a este diario ayer David Romeral, gerente del Clúster de Automoción de Aragón (CAAR), que reseñó el papel de Rusia en la industria (es el décimo fabricante mundial, mientras que España es el octavo) y la especialización de Ucrania como productor de cableado, una actividad que en nuestro país se dejó de hacer hace años al trasladarla a Marruecos.

El 89,8% de las empresas que participaron en la encuesta de los clústeres españoles reconocieron estar teniendo estos días problemas en sus importaciones y sus exportaciones. Más del 30% prevé que habrá consecuencias de las sanciones económicas impuestas a Rusia por distintos organismos internacionales. Asimismo, el 17% opina que habrá dificultades en los desplazamientos y el 5,7% se plantea posibles problemas para repatriar a los empleados de las plantas de países vecinos al conflicto en caso de que la situación se agravase. En ese sentido, alguna compañías han expresado su preocupación por el hecho de que hay trabajadores de países del Este que se han sumado al ejército ucraniano para participar en la guerra y han abandonado sus puestos de trabajo.

«El tema es mucho más crítico de lo que pensábamos», apuntó Davir Romeral. «Cuando ocurrió la guerra de Yugoslavia la cadena logística del automóvil no estaba tan interconectada como ahora, y esto ya se nota», añadió.

En Europa del Este la industria de la automoción se ha hecho muy potente en los últimos lustros. Polonia, República Checa y Eslovaquia, países hoy muy cercanos al conflicto bélico, tienen fábricas de ensamblaje de vehículos y de producción de una amplia variedad de componentes. Y eso acaba afectando a empresas repartidas en toda Europa, muchas de ellas ubicadas en España.

«Si la guerra se traslada a otros países limítrofes, la afección sería total, ya que la mayoría de las empresas están presentes en estados de la zona como Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Finlandia, Estonia, Letonia y Moldavia», destaca la encuesta de los clústeres españoles. «Rusia y Ucrania», precisa también, «son piezas clave para el sector, ya que son las principales fuentes de paladio, gas neón y del cableado de catalizadores y semiconductores».

Entre las afecciones concretas destacadas en la encuesta están la decisión de Skoda de limitar la producción en la República Checa; la reducción de producción en Zwickau y Dresde de Volkswagen; la suspensión de la producción de Hyundai en San Petersburgo; la parada de Renault en Moscú; la detención de las exportaciones de Volvo y BMW a Rusia; la decisión de Ford y BMW de suspender la colaboración con socios industriales en Rusia, el parón de la producción de cableado de Sumitono en Ucrania, y la suspensión de todas las actividades comerciales de Daimler Truck en Rusia.

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