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La votación de la reforma laboral rompe el bloque de investidura, aunque ERC, Bildu y PNV no se cierran a otros acuerdos

"No se acaba el mundo, mañana tendremos que seguir hablando", subraya Rufián.

El Gobierno de Pedro Sánchez y algunos de sus principales socios coinciden en que el desacuerdo por la reforma laboral, a la que votarán no ERC, EH Bildu o el PNV, no supone un giro en la legislatura ni pone en riesgo la estabilidad del Ejecutivo, que pese a pactar ahora con Ciudadanos seguirá negociando con sus aliados tradicionales.

En los pasillos del Congreso, fuentes del Gobierno han recalcado que la "mayoría progresista" continua y se van a seguir aprobando leyes en el futuro, por lo que la votación de la reforma laboral, que el Gobierno ha amarrado con UPN o con Cs, aunque singular, no va a afectar, y agradecen además el respaldo del partido de Inés Arrimadas.

Ni en el ala socialista del Gobierno, ni tampoco en la de Unidas Podemos ven en estos momentos peligrar la legislatura, tras trabajar, según afirman, de forma coordinada para lograr la convalidación este miércoles del real decreto ley.

Pedro Sánchez fue investido presidente del Gobierno hace dos años con el apoyo del PNV, Más País-Equo, Compromís, el BNG, Nueva Canarias y Teruel Existe, además del PSOE y Unidas Podemos, y superó la votación en segunda vuelta gracias a la abstención de ERC y de Bildu.

Ese bloque se consolidó y amplió en los primeros Presupuestos Generales, pues aunque se descolgó el BNG, tanto ERC como Bildu se sumaron al voto a favor, al igual que e Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y el PDeCAT (la parte de Junts más próxima a la antigua Convergència). Y esa holgada mayoría se repitió en los últimos Presupuestos Generales, los del presente ejercicio, aprobados el pasado diciembre. 

Sigue en directo la votación

PNV, ERC y Bildu optan por el voto en contra

Pero el mapa ha cambiado en esta votación del decreto de la reforma laboral pactada por los agentes sociales, y ello pese a que la vicepresidenta Yolanda Díaz y los portavoces de Unidas Podemos se marcaron como prioridad reeditar la mayoría absoluta y desdeñaba los apoyos ofrecidos por Ciudadanos.

Así, socios tradicionales como el PNV, ERC y Bildu, además del BNG, han optado por el voto en contra al decreto ley defendido por Yolanda Díaz, al igual que los independentistas de Junts y la CUP, que en su caso nunca han querido participar de la gobernabilidad del Estado.

Todas estas formaciones han votado 'No' junto con el PP y Vox mientras que otros partidos que rechazaron el Gobierno de coalición han ayudado con su apoyo a que el decreto no fuera derogado. Es el caso de Ciudadanos, Coalición Canaria y UPN, aunque en este partido la decisión ha provocado una crisis interna.

El Gobierno de coalición ha retenido al menos el apoyo de Más País-Equo, Compromís, PDeCAT, Nueva Canarias, Teruel Existe y el PRC, aunque dirigentes como Íñigo Errejón (Más País) o Joan Baldoví (Compromís) han avisado de que las negociaciones no se deben apurar tanto y que es necesario recuperar el bloque de investidura.

La ministra lamenta que durante las negociaciones con los diputados "solo he escuchado proyectos personales, humo y maquillaje"

En todo caso, los portavoces del PNV, ERC y Bildu vienen asegurando que esta discrepancia es puntual y que seguirán hablando con el Gobierno y negociando próximas iniciativas.

Dos días antes de la votación, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ya dejaba claro que, aunque la reforma laboral haya dejado "heridas", su formación trabajará para "rehacer" ese bloque de izquierdas. 

Mantener la legislatura

"No mantendremos una actitud obstruccionista, ni vamos a tumbar leyes con independencia de su contenido", garantizó Aizpurua, subrayando que la intención de EH Bildu es que la legislatura continúe y lo haga "desde la izquierda y con valentía".

También el PNV limita la discrepancia a la reforma laboral, máxime cuando, en su caso, su principal reclamación se circunscribía a la prevalencia de los convenios autonómicos y de ello culpan fundamentalmente a la CEOE por "tozudez" y "razones simbólicas". Por tanto, la vía del dialogo con el partido nacionalista se mantiene abierta.

Y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, lo ha resumido en el Pleno del Congreso, remarcando que, pese al desacuerdo en este decreto ley, su formación es un "partido serio" y seguirá hablando con el Gobierno lo que reste de legislatura: "No se acaba el mundo, mañana tendremos que seguir hablando porque somos muy conscientes de la alternativa", ha remarcado, en alusión a una posible victoria de PP y Vox.

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