Estos son los deseos y las previsiones de las empresas aragonesas para 2022

Soltar algunos lastres de 2021 como el elevado precio de las materias primas y conseguir que se estabilice el coste de la energía son parte de los deseos que las empresas consultadas por HERALDO tienen para 2022, un año en el que prevén resultados similares o leves incrementos respecto al ejercicio finalizado.

Planta de sílice de IQE en el polígono de Malpica.
Planta de sílice de IQE en el polígono de Malpica.
Guillermo Mestre

Con mucha prudencia en las previsiones ante un escenario de gran incertidumbre. Así se asoman la mayoría de las empresas al nuevo año. "En 2021 ha habido muchos aspectos negativos como la subida de los precios de la energía, de las materias primas, del coste de los fletes o la falta de microchips para la automoción, que han limitado la recuperación", asegura Jesús Arnau, director general de CEOE Aragón. La "escalada de la inflación y los últimos coletazos de la pandemia no hacen sino incrementar esta volatilidad y que hablar de pronósticos de cómo evolucionará la economía sea más complicado", añade el representante de la patronal aragonesa. Así, para el año que viene prevé tan solo una décima más que este año de crecimiento en Aragón, el 5%. "El producto interior bruto cayó en 2020 un 11% y 2021 se estima cerrarlo con un crecimiento del 4%. Así que queda mucho para volver a la situación de antes de la pandemia", avisa.

Muy preocupado se muestra también Aurelio López de Hita, presidente de Cepyme Aragón. "Para el primer semestre de 2022 no veo ningún atisbo de mejoría. Confiemos en que en la segunda mitad del año comencemos a ver la luz. Lo que había hecho la economía era reactivarse, que no recuperarse", subraya. "Dije que las previsiones económicas este año irían a la baja y se ha cumplido. La realidad es tozuda, y con el tema sanitario que no acaba de arreglarse, el consumo que se retrae, el coste disparado de la energía y el encarecimiento generalizado, vamos a ver cierres totales o parciales de determinadas empresas y locales que no volverán a abrir", augura.

"Para el primer semestre de 2022 no veo ningún atisbo de mejoría"

"Nuestra expectativa es que a lo largo del 2022 se irán resolviendo algunos de los problemas que nos han pesado este 2021, pero no todos", asegura Jorge Blanchard, director general del grupo Cefa, especializado en proveer de piezas la automoción. "Hay algunos como la energía, que son estructurales, relacionados con el cambio de modelo hacia fuentes más verdes, que conlleva un período de costes elevados", indica. También, "la escasez de semiconductores, que ha hecho que España haya dejado de fabricar en 2021 medio millón de coches, una caída de actividad que afecta también a la de nuestra compañía", destaca. El hecho de que "el tejido empresarial en España haya salido más tocado que en el resto de Europa, y más endeudado" es otro lastre, según Blanchard, "a la capacidad de invertir y crecer". Y por si fuera poco para la industria auxiliar, añade, "la escasa infraestructura de recarga en España hace que el consumidor dilate su decisión de compra de coches electrificados". Pese a todo, Blanchard espera que Cefa crezca un 6% en 2022 y no deje de invertir. El próximo año ampliará las instalaciones de la fábrica de Módulos Ribera Alta para dar cabida a la producción del salpicadero del nuevo T-Cross de Volkswagen en 2023.

Naves de Alliance Healthcare en Villanueva de Gállego.
Naves de Alliance Healthcare en Villanueva de Gállego.
Toni Galán

"El entorno es muy volátil y la predicción no es fácil. Esperamos un año con un mercado parecido al 2021 siempre y cuando la recuperación se vaya consolidando", señala, por su parte, Fernando Gil, director general de BSH Electrodomésticos España. "No aspiramos a crecer mucho en cifra de negocio sino a consolidar posiciones de cuota de mercado y mejorar la rentabilidad, muy dañada por la importante subida de los precios de materiales, energía y costes logísticos". Esto, señala, en relación al mercado nacional "porque en lo relativo a la exportación será muy similar". "De haber tenido más microchips, la fabricación habría podido ser mayor", admite. Y del empleo, dice que aumentará, pero no en las fábricas. "Creceremos en los ‘hubs’ de IT (Innovación Tecnológica) y desarrollo de software y en los centros de atención telefónica a los usuarios, más en áreas de servicios que en fabricación de producto terminado", anticipa Gil.

"De haber tenido más microchips, la fabricación habría podido ser mayor"

Para Jordi Romero, director general de la planta zaragozana de Schmitz Cargobull, fabricante de lonas y semirremolques frigoríficos también resulta complicado hacer previsiones. "Las tensiones actuales en la cadena de suministro y la incertidumbre de la economía a nivel global lo hacen muy difícil", apunta, si bien confía en que "con la nueva planta que acabaremos de construir en 2022 tras una inversión de 20 millones, se pueda crecer y poder fabricar unidades para otros mercados".

Trabajadoras en MRA, del Grupo Cefa.
Trabajadoras en MRA, del Grupo Cefa.
Guillermo Mestre

Un año de estabilización

"Prevemos que 2022 sea, sobre todo, un ejercicio de estabilización económica generalizada, con cifras más cercanas a las de mantenimiento que a un despegue de la actividad empresarial", opina, por su parte, Javier Casas, director general de Alliance Healthcare (antigua Safa), distribuidora de producto farmacéutico. El año recién estrenado debería contribuir, añade, a "recuperar la confianza y a disipar dudas sobre cómo evolucionará el mercado después de la pandemia". Eso sí, en su caso, esperan un crecimiento en la facturación en torno al 2%.

Las expectativas son distintas para Saica, que con la pandemia ha registrado un gran incremento en la demanda de embalaje y cajas. La previsión para 2022 es "retornar a crecimientos más moderados y previos al 2020-2021". Así, Enrique de Yraolagoitia, director general del grupo, prevé "que el mercado del embalaje cierre este año con un crecimiento cercano a los dos dígitos respecto a 2019".

"Los crecimientos en personal pueden venir por los proyectos en países menos consolidados como Brasil o Sudeste Asiático"

Sin embargo, al igual que otras empresas, Saica ha sufrido la falta de materias primas y el incremento de su precio y, por encima de todo, del de la energía. "No ha quedado otra", confiesa De Yraolagoitia, que "repercutirla en nuestros precios de venta para no dañar el margen de nuestras operaciones". Entre las inversiones de Saica para el nuevo año, anticipa la "búsqueda de ubicación y lanzamiento del proyecto de una segunda planta de fabricación en Estados Unidos" y en Zaragoza terminar a finales del primer trimestre el nuevo centro de I+D+i en el que trabajarán 50 persona".

El consejero delegado de Pikolin, José Antonio González, insiste en que "el próximo año, al igual que los dos últimos, es un ejercicio donde lo fundamental será gestionar la incertidumbre a nivel mundial y estar preparado". Eso sí, piensa que podrán alcanzar un incremento de entre un 4% y un 5% en las ventas, pero "será más en valor que en volumen". Y respecto al empleo, adelanta que van a mantener los mismos niveles que ya tienen en España. "Los crecimientos en personal pueden venir por los proyectos en países menos consolidados como Brasil o Sudeste Asiático", explica.

En la acería Megasa, "lamentablemente al ser empresa electrointensiva, las previsiones no son nada positivas dado que los costes desorbitados de la energía seguirán siendo un grave problema", asegura Eduardo Piñera, gerente de la fábrica del grupo gallego en Zaragoza. Es "imposible repercutir un precio medio del mercado de la energía que ha pasado de los 37 euros megavatio hora el pasado año a superar los más de 200 euros estos últimos meses". Por eso, ya sería bueno para 2022, confiesa, mantenerse así como en que las inversiones anunciadas puedan afrontarse».

Más optimista se muestra Eduardo Villarroya, director general de IQE (Industrias Químicas del Ebro), que espera que, si la pandemia no tuerce las cosas, "2022 pueda ser un buen año para la compañía incluso mejor que el 2021 por la inversión en la planta de Bilbao, superior los 17 millones, que estará a pleno rendimiento en 2022, y la comercialización de productos de valor añadido desarrollado en nuestros laboratorios de I+D". Con todo ello, estima, "IQE podrá elevar la cifra de negocio un 15% o 20%, en parte por el crecimiento orgánico y también por la fuerte repercusión a nuestros clientes en los precios de venta de las subidas de la materia prima y la energía".

Por último, la duda que le asalta al director general de IQE es si al final España sabrá aprovechar la oportunidad de los fondos europeos. "La ocasión es única. Hace días que teníamos que tener un equipo de tecnócratas que canalizaran estos fondos, como lo están haciendo otros países europeos, para orientarlos a la creación de industrias de futuro", apunta.

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