La carne, la fruta y el aceite de oliva encarecen la cesta de la compra

La presión de los precios se traslada a los alimentos con una subida histórica de la inflación, que despide el año disparada en el 6,7%.

Recurso aceite de oliva virgen extra
Recurso aceite de oliva virgen extra
Pixabay

Lo nunca visto. Hay que remontarse hasta marzo de 1992 para encontrar un dato de inflación más elevado que el 6,7% arrojado por el Índice de Precios de Consumo (IPC) adelantado del mes de diciembre.

Aunque este indicador no desglosa aún los componentes que más han pesado en la subida -datos que se conocerán en unos días- el Instituto Nacional de Estadística (INE) sí ha adelantado que el precio de la energía y, en menor medida, el de los alimentos, son los principales factores que han provocado este acelerón. Y las previsiones apuntan a que aún tendrán que pasar unos meses para que el mensaje de una 'inflación transitoria' lanzada por los bancos centrales empiece a ser una realidad.

Hace solo unos días, el director general de economía y estadística del Banco de España, Óscar Arce, advertía de que el alza de precios sigue siendo la gran amenaza para la recuperación a corto y medio plazo por su impacto en el consumo privado.

El experto reconoce que «el dinamismo de la actividad se ha visto moderado» ante la compresión de las rentas de los hogares y empresas por el aumento de costes y de precios.

Los más caros

Con este telón de fondo, parece evidente que las familias seguirán notando la presión por el alza de los precios que en los últimos meses ha comenzado a filtrarse desde la energía hacia los alimentos. Tomando como referencia los datos de cierre de noviembre (últimos públicos disponibles), los aceites y la carne de ovino han sido los productos que experimentaron una mayor subida en 2021.

En concreto, el alza entre enero y noviembre para el aceite de oliva fue de casi el 23%, mientras que el de la carne se acercó al 13,5%.

El precio de la fruta fresca también se disparó casi un 12% en el periodo, mientras que el del agua mineral, los refrescos y los zumos experimentaron un alza del 8,1%.

De las subidas tampoco se libraron huevos y carnes de ave como la de pollo, con subidas del 5,5% y del 4,4%, respectivamente. Y el precio de otros básicos como la leche, el café o las legumbres y hortalizas también subió un 3,5%. Incluso el pan se ha encarecido un 2,6%.

En esta escalada, y según los datos recopilados por el INE a cierre de noviembre, solo tres productos de la cesta de la compra se libraron del repunte generalizado de los precios el pasado año: el pescado fresco y congelado, que se mantuvo estable durante el ejercicio; la carne de porcino, que bajó un 0,4%; y el azúcar, con un descenso del 1,4%.

Marcas y productores

En este complejo entorno, no son pocas las marcas que ya han anunciado un incremento en los precios de sus productos para 2022. No les queda otra para hacer frente a los costes que llegarán con el alza de la luz o la tensión en la cadena de suministros. Solo el coste del transporte marítimo ha aumentado un 328% desde marzo.

Y la inflación de materias primas en lo que va de año acumula una subida del 22,4%», recordaba recientemente Ignacio González, presidente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc).

Con este panorama, y según una encuesta del Banco de España, un 60% de las empresas prevé subir sus precios a lo largo de este año para defender sus márgenes.

Marcas como Freixenet, Kraft Heinz o Heineken han sido las primeras en hacerlo oficial. Y aquí comienza el temido efecto dominó que no solo afectará a los productos que estas compañías venden en supermercados. La espiral alcista se trasladará a grandes clientes de la hostelería para llegar, de nuevo, al bolsillo de los consumidores.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión