Economía

Diseñadores de un anemómetro solar sin cable en Zaragoza

Calypso Instruments exporta desde la capital aragonesa a distintos países el 95% de sus equipos de medición del viento.

El equipo de Calypso Instruments, con Fernando Pascual y Ángel Maza, en lo alto de la escalera.
El equipo de Calypso Instruments, con Fernando Pascual y Ángel Maza, en lo alto de la escalera.
Guillermo Mestre

Es inusual encontrar una empresa que fabrique anemómetros para deportes náuticos en Zaragoza, pero existe. Se llama Calypso Instruments y la crearon dos ingenieros industriales de Barbastro, Ángel Maza y Fernando Pascual, como una ‘spin-off’ de Prodeo Ingeniería, la consultora en la que trabajan y que fundaron en 2006 en Zaragoza, cuando tras haber dirigido empresas para otros decidieron ponerse por su cuenta para aportar soluciones de ingeniería mecánica y eléctrica y de obra civil para plantas industriales.

"Buscábamos un proyecto nuestro para volcar toda esa energía emprendedora. Soy navegante. Me gusta la vela y me dije: ¿cómo puede ser que nadie haya desarrollado un equipo de medición de viento autónomo alimentado por placa solar y sin cable? Se lo planteé a mi socio e hicimos un prototipo y nos fuimos al Salón Náutico de Barcelona a presentarlo en 2013", recuerda Fernando Pascual. "Vimos que gustó y robándole muchas horas de trabajo a la vida lo presentamos también al año siguiente al ‘Mets Marine Equipment Trade Show’ de Amsterdam", una de las ferias más importantes para embarcaciones y equipos marinos. Poco a poco lo fueron desarrollando. Al principio, explica, era un anemómetro mecánico de cazoletas que enviaba los datos por bluetooth. Tras unos años de escasas ventas y mucha investigación dieron con un anemómetro más avanzado, portátil, capaz de realizar la medición de velocidad y dirección de viento por ultrasonidos -sin los problemas de fiabilidad que acechan a los anemómetros por cazoletas-, y de transferir los datos de forma inalámbrica a equipos portátiles.

Haber sido nominados en 2017 al ‘Metstrade Dame Award’, los premios que concede el gran salón de la náutica de Amsterdam, en el que acaban de conseguir este año una mención especial, les animó a seguir adelante y crear un anemómetro mini, sin cable, más manejable al reducir su tamaño y ofrecer similares prestaciones. En la actualidad, comenta Pascual, trabajan también en el desarrollo de una gama cableada de anemómetos para usos profesionales.

Paralelamente, Calypso Instruments ha desarrollado su propia aplicación (‘Anemotracker App’) en la que el usuario puede leer a tiempo real la velocidad y la dirección del viento, así como recopilar información para su análisis posterior. Pero, no solo de la náutica vive Calypso Instruments, sino que han sido desarrolladores también para empresas de agricultura de precisión, de meteorología y proyectos de ‘smart cities’. Los anemómetros para túneles y destinados a construcciones temporales como carpas y usos relacionados con la seguridad medioambiental son otros de los desarrollos de Calypso, firma ubicada en la calle Alfonso Solans, donde se trasladó cuando las oficinas de Prodeo en Don Jaime se les quedaron pequeñas.

Innovación y diversificación

"Estamos muy diversificados", reconoce Pascual. "Medir la velocidad y la dirección del viento es cada vez más importante tanto para las estaciones meteorológicas como para los agricultores a la hora de pulverizar fertilizantes en los campos, la lucha contra incendios, los estudios de los vulcanólogos o las empresas de balística", afirma. Además, están empezando a trabajar para campos de golf. "El anemómetro mini, uno de los más pequeños del mercado con 150 horas de batería, nos abre muchas puertas a empresas especializadas en todo tipo de actividades deportivas al aire libre como el piragüismo o el ‘kitesurf’", indica.

En sus investigaciones, Calypso Instruments, que exporta el 95% de sus equipos de medición del viento, colabora con la Universidad de Zaragoza en lo que es la eficiencia en la gestión de transportes de mercancías. "Estamos desarrollando un anemómetro para la nube que permita a las flotas de vehículo industrial ahorrar en combustible sabiendo de que lado llevan el viento", comenta Pascual, que junto a su socio apuestan por desarrollar a futuro un mapa de vientos en tiempo real que pueda ayudar al diseño de estructuras y edificios más eficientes.

La innovación permanente está en el ADN de Prodeo y Calypso, dos empresas que comparten muchos recursos y tienen el mismo CIF. Emplean a 15 personas aunque cuentan con más colaboradores. "Nos cuesta encontrar gente con perfil internacional. Se nos acaba de incorporar una aragonesa que ha vivido varios años en Londres y EE. UU, pero es difícil dar con programadores y profesionales que hablen varios idiomas. Siempre estamos buscando", confiesa Pascual, que se ha cruzado a vela el Atlántico desde Martinica a las Azores y es miembro del club de vela de La Sotonera.

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