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¿De dónde vienen las naranjas que comemos ahora?
Las importaciones permiten que haya cítricos todo el año, aunque los productores españoles se quejan de los desajustes que supone empezar ahora su campaña con fruta todavía de terceros países en los supermercados.
La globalización permite consumir alimentos fuera de temporada, mediante las importaciones de otros países productores. En el caso de la naranja, la fruta del invierno por excelencia, con los primeros fríos se inicia la campaña en los países productores del hemisferio norte, como España, que cada año vende 6,7 millones de toneladas. Desde finales de septiembre se empiezan a recoger los primeros cítricos en las zonas productoras españolas como la Comunidad Valenciana, Cataluña o Murcia, pero todavía no han llegado a la mayoría de las tiendas. Las que se pueden encontrar ahora han viajado más de 10.000 kilómetros.
Actualmente, las naranjas de países del hemisferio sur como Sudáfrica, Argentina y Uruguay, que cubren la falta de producto local en verano, son las que se pueden encontrar con más facilidad, a la espera de hacerse hueco las valencianas. A estas alturas de octubre tiene que empezar a llegar producto nacional a las tiendas, alrededor del 75% a las grandes superficies.
De la valencia late a la navelina
"En estos días, lo que un consumidor puede encontrar en el mercado, ponga lo que ponga, casi con total seguridad son cítricos que vienen de Sudáfrica, Uruguay, Perú, Chile o Argentina", explica Alejandro Marín, delegado de OCU en Zaragoza. Desde el punto de vista del consumidor, recuerda que el etiquetado o cartelería debe indicar la zona de producción y si se trata de productos importados, se debe indicar el país de origen de forma que sea fácilmente legible. "Cualquier práctica que se aleje de lo anterior, debe ser denunciada y sancionada", añade.
"La última variedad en recogerse son las naranjas Valencia late, más para zumo, que aguantan en cámara y se pueden encontrar en las fruterías hasta julio, pero en agosto, septiembre y octubre no hay disponibilidad de naranjas españolas en absoluto", añade Marín, con datos del calendario de recolección de cítricos cultivados en España del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. Las primeras españolas en llegar serán las navelina, que se solapan ahora con las valencia late sudafricanas.
Acuerdos comerciales
La Unión Europea (UE) cuenta con acuerdos comerciales que ordenan la llegada de producto de terceros países, pero los productores españoles vienen quejándose del solape que se da hasta noviembre. "Estamos detectando desde que se firmó el acuerdo comercial entre la UE y el África Meridional en 2016 que hay importaciones masivas de cítricos de Sudáfrica, que se coinciden con el inicio de nuestras campañas", critica Carles Peris, portavoz del sindicato agrario valenciano La Unió.
Antes de dicho acuerdo, la importación terminaba el 15 de octubre y ahora se alarga hasta el 30 de noviembre. Teme que las compras sean mayores cuando, fruto de ese acuerdo que ahora se renegocia, desaparezcan los aranceles en 2025. Actualmente pueden alcanzar los 800.000 millones de kilos.
Reconoce que el problema solo se da al inicio de la campaña porque el exceso de oferta tira de los precios hacia abajo (en origen se paga ahora a 0,15 céntimos el kilo) y se queja de la "competencia desleal" que supone porque "al final es fruta que está producida con estándares diferentes a los nuestros", tanto desde el punto de vista medioambiental como de seguridad alimentaria. Calcula que el coste de producción en España es de 0,32 céntimos, frente a los 0,12 de estos países en desarrollo. El consumidor puede pagar 3 euros el kilo por el incremento que se va produciendo en las distintas fases de la cadena alimentaria.
Desde OCU, que no han detectado problemas desde el punto de vista sanitario, añaden que al entrar en la UE tienen que cumplir la legislación europea respecto a pesticidas. "En teoría los controles sanitarios tienen que asegurar de que se cumplen los niveles de pesticidas que exige la UE, otra cosa es que se hayan utilizado para su cultivo, pero que luego no tenga residuos", apunta.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, en OCU recuerdan que un consumo más responsable requiere "que el consumidor tome un papel activo, que se fije de dónde vienen esas naranjas, y sobre todo trate de comer productos de temporada y proximidad, esta es la opción más respetuosa con nuestro medio ambiente". Advierte de los costes ambientales de traer esa producción. Los productores defienden también el consumo de cercanía y "agriculturas más sostenibles" ya que se trata de productos que en el caso de Sudáfrica recorren más de 11.000 kilómetros.
Desde La Unió aseguran que "no queremos ser proteccionistas, todos queremos estar en todos los mercados del mundo, pero no desestabilizar". Entienden que los acuerdos comerciales traten de favorecer el desarrollo de países con economías más débiles.
El sector español de los cítricos pide que las exportaciones de su competencia en el hemisferio sur se concentren "en verano, cuando no producimos". No es que se queden solos entonces, en invierno ya tienen otros competidores "fuertes" como Egipto, Marruecos y Turquía, con los que comparten producción de temporada. El 93% de su producción se exporta a países de Centroeuropa, siendo Alemania el país que más consume, incluso por encima de España. Francia, Italia, Países Bajos y Reino Unido, pese a una ligera bajada por el 'brexit', son los principales mercados de los cítricos españoles.
Desde el punto de vista nutricional, la OCU recuerda que "consumir productos de proximidad y temporada supone que tienen unas mejores cualidades organolépticas y todos los nutrientes, y se han respetado los ciclos naturales sin depender de invernaderos o conservación en cámaras".
