entrevista

Manuel Teruel: "El equilibrio perfecto de la industria se ha roto con la crisis"

El presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza cree que la economía tiene que reordenarse tras la distorsión de las cadenas de valor.

Manuel Teruel, presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza, en la sede de la institución.
Manuel Teruel, presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza, en la sede de la institución.
Francisco Jiménez

La economía, según los últimos datos publicados, se está recuperando.

Yo creo que una cosa es lo macro y otra el resultado individual. En el sector turístico el visitante nacional sustituye al extranjero, pero es imposible recuperar ese 14% de PIB que aportaba. El sector industrial está también en un momento delicado. ¿Por qué? Porque el sector financiero no está acompañando, con tipos de interés tan bajos y el miedo a la morosidad. Y cuando el sistema financiero se contrae automáticamente se reduce la actividad. Y segundo, porque se está produciendo una disfunción en las cadenas de fabricación.

Como en las de automoción.

Sí, pero está ocurriendo a muchos otros niveles. Es como si con la paralización de la economía mundial la secuencia de la cadena de valor se hubiera alterado y ahora tiene que reordenarse. Es decir, las cartas salen desordenadas. Vemos en automoción que por una pieza de un euro se paraliza la fabricación, hay mercancía donde no hay contenedores y contenedores donde no hay mercancía. Está habiendo una distorsión importante de materias primas, me consta que se están abriendo minas que se estaban cerrando y en el momento que irrumpan esas minas se producirá el efecto contrario. Es decir, se tiene que volver a reordenar la economía.

¿Por qué?

Porque tenía una especie de equilibrio perfecto. Volvamos a la automoción: cuando una empresa saca un vehículo al mercado sabe perfectamente de dónde y cómo van a venir las piezas y lo tiene programado para los próximos años. Eso se ha roto y hay que ir improvisando. Hay algún coche que hasta el año que viene no se puede entregar porque le falta una pieza. Ese equilibrio perfecto se ha roto con la crisis. El gran dilema es si vamos a volver a la normalidad de la globalización como la vivíamos o si la economía va a pensar en clave más local, de distancia más cercana, por seguridad.

¿Es de los que piensa que la covid ha frenado la globalización?

Sin lugar a dudas. Yo tengo proyectos en este momento en los cuatro continentes y hay países a los que no puedo ir. En Bélgica o Inglaterra no podemos visitar a nuestros clientes, no nos dan las autorizaciones por el ‘compliance’ de seguridad y de protocolos, eso en sectores estratégicos como el nuclear. Todo esto va a llevar a un cambio de paradigma y de cultura. Lo normal es que con el tiempo se normalice. Yo creo que de esta algunas cosas se van a aprender. Nos precupaba mucho el cambio climático, que va a gran velocidad, más lento y vemos que va más rápido de lo pensado. Sin embargo, en el tema sanitario hemos descubierto que un virus puede desplazarse a cualquier punto del mundo. Y no hablemos de otros problemas como ciberseguridad, que también pueden romper esos paradigmas. Creo que la seguridad y la no rotura de ‘stock’ va a prevalecer en los próximos años sobre lo económico.

El cambio climático y la preocupación por el medio ambiente también causarán cambios.

Seguro que sí, porque muchos sectores se van a resetear. Es decir, vamos a volver a arrancar. Y se va a arrancar orientándolos a sectores que puedan tener una aceptación social más potente.

¿Cómo valora la gestión del Gobierno de la pandemia?

Ha habido mucha precariedad y la oposición tampoco ha aportado soluciones. Creo que se ha perdido una oportunidad histórica en España y en Europa. En España, de que el parlamento hubiese sido ese parlamento de cohesión, responsable, que hubiese aparcado temas de tipo político y hubiese sido capaz de apoyar a un equipo técnico que gestionase la pandemia. Entonces los aciertos hubiesen sido de todos los españoles y las equivocaciones, también. Hoy nos queda la sensación de que lo político se ha impuesto a las necesidades del país.

¿Y la gestión económica?

El tema sanitario ha sido tan potente que la gestión económica no ha tenido fuerza. Tendrían que haberse gestionado en paralelo. Ha habido cosas interesantes, como los créditos ICO, pero a la larga cada empresa se ha tenido que resolver sus problemas. Hay empresas a las que se les han ofrecido ayudas que no les han pagado. Además, la ayuda es poca solución.

¿Y en Aragón?

Ha habido más diálogo y una mayor sensibilidad con el tejido empresarial. En un problema de este tipo, la cercanía ayuda. Hay cosas que también son importantes: hemos tenido a un presidente y a un vicepresidente con enfermedades importantes y han estado dando la cara, desde casa o como podían. Es un detalle que me enorgullece.

¿Es optimista ante los próximos meses?

Yo soy optimista por naturaleza, si no no me levantaría a las 5.30 y a las 7 estaría peleando como un veinteañero. Pero hay una cuestión y es que la sociedad es más débil de lo que parecía y esto ha venido para quedarse, esto no se resuelve en horas. Va a haber que hacer muchísimo esfuerzo para que esta pandemia esté vencida.

¿Tenemos Manuel Teruel para rato, en su empresa, en la Cámara?

En la empresa, hasta que no pase este periodo Manuel Teruel se involucra como el primero. He adquirido más responsabilidad porque el equipo tiene que estar más involucrado y no es nada fácil con todos los proyectos fuera de España pasar este tránsito. En la Cámara, la función del día a día tengo un director general que se llama José Miguel Sánchez que es una máquina de precisión suiza, es un gran director y evidentemente voy a estar arropando a él y a todo su equipo y la Feria creo que es una entidad que puede aportar muchísimo si somos capaces de aprovechar el momento.

¿Seguirá de presidente hasta el final?

Me quedan dos años.

Que piensa agotar.

Cuando dejé la presidencia de la Cámara de España lo normal es que no hubiese seguido en la de Zaragoza, pero en ese momento había que nombrar a un director de la Feria de Zaragoza y hacer un tránsito y entendí que por responsabilidad tenía que seguir. Si no hubiese sido por eso me hubiese retirado.

Los clubs Cámara, el éxito de la última FIMA y Ángel Luengo 

Gran orgullo expresa Manuel Teruel cuando habla del trabajo que se realiza en la Cámara de Comercio de Zaragoza. Tanto el que se hizo en los meses más duros del confinamiento –«se recibieron más de 15.000 consultas directas, personales o en el canal ‘online’», indica– como el que se ha convertido en más habitual, el derivado de las actividades que llevan a cabo los diferentes clubs Cámara, en los que participan ya unas 1.500 empresas. «El Club Cámara Líder, en el que están las que pagan una cantidad mayor y que funciona más por la función de ‘networking’, lo utilizamos como elemento tractor, como un motor», reseña al respecto. Los otros clubs, así como las jornadas ‘Vermú de redacción’ o ‘Lo que dure un jamón’, sirven para conectar a representantes de pymes que se ayudan mutuamente ante la conquista de nuevos mercados u otras acciones comerciales, señala también.

La Cámara de Zaragoza, avanza Manuel Teruel, prepara la celebración de su 135 aniversario, el próximo 23 de septiembre, que coincidirá con la entrega de los premios Basilio Paraíso, «brazo armado» de la institución. Entonces se reconocerán las trayectorias de Miguel Carreras, José Longás y Vicente Salas.

Teruel, por otro lado, valora el papel como motor económico aragonés de la Feria de Zaragoza, que él preside. La pasada celebración del ‘Stock Car’ y la próxima de Figan, apunta, llaman al optimismo tras el parón de la covid, si bien justo antes de desatarse la pandemia (en febrero de 2020) tuvo lugar FIMA (Feria Internacional de Maquinaria Agrícola), que se saldó con gran éxito. Celebrarla fue acertado «sin lugar a dudas», afirma, pese a las dudas generadas tras cancelarse el Mobile Congress de Barcelona. «Hicimos algún muestreo y nos consta que nadie tuvo ningún problema durante la FIMA», asegura.

En el curso de la entrevista el presidente de la Cámara tuvo palabras de elogio al recientemente fallecido Ángel Luengo, que presidía el grupo Samca. «Era el más destacado de los empresarios de Aragón», apunta. «Fue un hombre muy discreto, nunca quiso ningún homenaje, que siempre llevó una vida sencilla y responsable; una persona con claridad de ideas para identificar sectores de futuro y con un gran empuje», destaca.

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