Cuba: una economía exhausta por la pandemia, sanciones y un modelo ineficaz

El deterioro de la economía cubana se ha agravado por los efectos de la covid-19 en el sector turístico.

Cuban-Americans attend a demonstration to support the protesters in Cuba
Cuban-Americans attend a demonstration to support the protesters in Cuba
CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH

El deterioro de la economía cubana se ha agravado por los efectos de la covid-19 en el sector turístico, uno de las mayores fuentes de ingresos de un país muy dependiente de esa entrada de divisas y que sigue acusando el incremento de las sanciones de EEUU y el retraso en sus reformas.

El desgaste acumulado de años intentando mantener a flote la precaria economía familiar, reflejo de la economía que se desplomó un 11 % en 2020, fue uno de los catalizadores de las protestas antigubernamentales del pasado domingo en Cuba, las mayores en 27 años.

Todos los indicadores económicos de Cuba, que prevé este año un déficit fiscal equivalente al 18% de su PIB, provienen del Estado y son difíciles de contrastar, ya que la isla no forma parte de organismos internacionales como el Banco Mundial o el FMI.

La isla recibió en 2020 un 90 % menos de visitantes que el año anterior, un desplome no solo en las arcas estatales sino también en el hasta entonces pujante sector privado.

Los envíos de petróleo venezolano subsidiado que La Habana recibe desde hace dos décadas también han caído en picado por la crisis en el país suramericano.

La pandemia sacó a flote los problemas económicos arraigados desde el "periodo especial" de los años 90 cuando el país se quedó sin su principal benefactor económico: la Unión Soviética.

Desde entonces, especialmente en los últimos dos años, han prevalecido los momentos de escasez, siempre bajo las draconianas sanciones de EE.UU, mientras el Gobierno sigue estudiando cómo reanimar el modelo económico centralizado vigente desde hace 60 años con unas reformas aún demasiado lentas, según los expertos.

Cuba estrenó 2021 con la "Tarea Ordenamiento", una de las reformas económicas más complejas, pospuesta durante casi una década.

El "ordenamiento" implementado pese a la pandemia pasó por una unificación monetaria y cambiaria, el incremento de precios, salarios y la reducción de subsidios, y una consecuente devaluación del peso cubano (cup) e inflación disparada.

A juicio del economista cubano Pedro Monreal, a seis meses de implantado, "lejos de unificación monetaria se ha producido una creciente dolarización parcial, hay una disparidad enorme entre la tasa de cambio oficial y la tasa informal, no se contiene la inflación y han crecido los subsidios".

La falta de liquidez estatal marca el panorama y ha provocado que bancos casas de cambio tampoco vendan divisas a la población, mientras en el mercado informal el dólar y el euro han casi triplicado las tasas oficiales.

A ello se suma la decisión de suspender los depósitos de dólares en efectivo, según el Gobierno debido a las fuertes restricciones del embargo para que Cuba ingrese esos billetes en bancos internacionales.

Unos 64.712 turistas extranjeros visitaron Cuba entre enero y abril pasados, apenas el 6 % de los 983.099 que lo hicieron en el mismo período de 2020, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei).

La mayoría fueron rusos, seguidos por cubanos residentes en el exterior, alemanes, españoles y canadienses.

Cuba, que lleva varios días reportando más de 6.000 casos diarios de covid-19, suspendió los vuelos comerciales y chárter en abril de 2020 para frenar la expansión del coronavirus, y en este momento los mantiene reducidos al mínimo para tratar de frenar los contagios.

Antes de la pandemia, el turismo representaba la segunda fuente oficial de ingreso de divisas -solo por detrás de la venta de servicios profesionales al exterior- y aportaba cerca del 10 % del PIB. A falta de datos oficiales, se cree que la primera fuente real de divisas son las remesas.

Cuba aspiraba a recibir en 2020 cerca de 4,5 millones de visitantes internacionales y revertir la bajada de un 9,3 % de 2019.

La mayoría de los hoteles cubanos, todos estatales, opera en régimen mixto de administración con empresas extranjeras entre las que España tiene un peso importante, al controlar el 70 % de las habitaciones de la isla.

Cuba acusa a EE.UU de haber aprovechado la pandemia para aumentar la presión, estrategia que según el Gobierno provocó el último año pérdidas récord de 9.157 millones de dólares, la mayor cifra denunciada desde el inicio de las sanciones hace casi seis décadas.

A ello y la pandemia achaca fundamentalmente Cuba su actual situación de impagos a sus acreedores internacionales, especialmente los clubes de París y Londres con los que alcanzó acuerdos de reestructuración en 2015 que acaban de ser modificados sin que se conozca su contenido.

El acuerdo inicial condonó a la isla 8.500 millones de una deuda total de 11.000 millones con el compromiso de pagar en plazos el resto hasta 2023.

Unas 508 empresas estatales cubanas registran pérdidas desde la "Tarea Ordenamiento", que según el ministro de Economía, Alejandro Gil, mostró la realidad de muchas compañías que ya estaban en números rojos y daban pérdidas al Estado.

Gil aseguró que, por contra, 1.304 compañías estatales han logrado beneficios desde entonces.

Las múltiples tasas de cambio de las dos monedas existentes en Cuba hasta la unificación, el peso cubano CUP y el convertible CUC (paritario al dólar), distorsionaron por años la contabilidad de las compañías estatales al no mostrar su estado real.

El Gobierno insiste en que quiere fortalecer la empresa estatal socialista y otorgarle una "mayor autonomía", aunque pretende "ampliar" el sector privado, cuyo rol reconoció como actor de peso (genera el 30% del empleo) pero al que tiene vetados los sectores estratégicos de la economía.

Otro factor crucial del malestar es la concentración de los alimentos y productos básicos en tiendas de pago exclusivo en divisas pese a que la mayoría de la población cobra sus salarios en pesos cubanos.

Estas tiendas abrieron a finales de 2019 y han ido creciendo y concentrando la escasa oferta como estrategia oficial para recaudar divisas, lo que ha provocado que la población denuncie un "apartheid" entre quienes tienen acceso a moneda fuerte y quienes no.

Cuba importa más del 80 % de los víveres que consume, lo que supone un gasto anual de 2.000 millones, según datos oficiales.

Más de la mitad de la producción agropecuaria está en manos del sector no estatal que cultiva el 66% de la tierra, según el economista Omar Everleny.

La reforma agrícola para aumentar la producción de alimentos, asunto considerado de "seguridad nacional", es parte de las reformas previstas pero ha tardado una década en cuajar y no fue hasta este año cuando se aprobaron 63 medidas que incluyen la autorización a los ganaderos de vender libremente carne de vacuno, leche y derivados siempre que cumplan su cupo con el Estado.

El Gobierno dio luz verde en junio a la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) tanto el sector estatal como en el privado, pero sin acceso a sectores estratégicos como salud, telecomunicaciones, energía, defensa o prensa por motivos económicos o político-ideológicos. 

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