economía

Empleadas de las tiendas de Pili Carrera: "Lo único que pedimos es que nos den los papeles para poder apuntarnos al paro"

El cierre de la firma de moda infantil ha dejado en medio de dos concursos de acreedores al personal de los comercios, contratado a través de otra sociedad, también en quiebra.

Tienda de Pili Carrera en Zaragoza.
Tienda de Pili Carrera en Zaragoza.
Heraldo.es

La quiebra de la emblemática empresa textil Pili Carrera ha dejado en una situación complicada a las empleadas de las tiendas que tenía repartidas por España, incluida una en el centro de Zaragoza. La matriz solicitó el concurso de acreedores antes de la llegada de la pandemia de covid-19 y logró superarlo, por lo que trataba de empezar una nueva etapa cuando la crisis sanitaria supuso un golpe de gracia. Terminó presentando otro este año y cerrando en febrero sus tiendas. La firma gallega de moda infantil está especializada en ropa infantil de ceremonia, que han vestido los hijos de varios monarcas europeos, incluidos los españoles.

Las empleadas de los comercios están contratadas a través de otra sociedad, Da Freixa, que también solicitó en su día el concurso de acreedores. Los procesos se siguen en juzgados de dos ciudades distintas. Pili Carrera, fundada en 1963, tiene su sede en Mos, en Pontevedra, mientras Da Freixa se encuentra en Vigo. Para las empleadas, unas 30 en España, de las que tres son zaragozanas, resulta complicado seguir el juicio desde la distancia, además de que su relación laboral con la firma es diferente.

"Sigo dada de alta en la Seguridad Social de una sociedad que está cerrada y me deben tres nóminas", cuenta una de las zaragozanas, que se plantea denunciar a la empresa para poder pedir la baja. Todas prefieren no dar su nombre, pero quieren que se conozca su situación para que se trate de resolver. "Lo único que pedimos es que nos den los papeles para poder apuntarnos al paro y buscar un trabajo", cuenta.

Más de un año en ERTE

"Nadie nos comunica nada. Se presentaron en un principio los papeles en el juzgado de Vigo, pero están paralizados. Estamos sin papeles para poder presentarlos al paro, ni para el Fogasa y percibir la liquidación", relata sobre su situación, en la que están aquéllas a las que la empresa sacó del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que presentó en marzo de 2020 por la pandemia. Sus otras dos compañeras se encuentran en el grupo de las que siguen de ERTE, que se ha prorrogado hasta octubre, por lo que cobran del desempleo. El abogado de la empresa les ha trasladado que el retraso se podría deber al hecho de que haya dos concursos en dos ciudades que se tratan de coordinar.

"Mientras esté cobrando y no me den de baja ni hagan cosas raras, aunque quiera hacer algo, no puedo", explica otra. Lleva más de un año en el desempleo. "Con la pandemia ha ido todo peor. Iba de vez en cuando a dar vuelta a la tienda y veía que no se vendía", recuerda sobre la marcha de los establecimientos desde el año pasado. La empresa ya venía de una etapa de caída de ventas. Con la pandemia "al no haber ceremonias y fiestas estaba todo muy parado", lamenta.

Ahora, lo que desearía es "que me sacaran del ERTE y me paguen aunque no sea lo mismo". Ambas llevan trabajando en este establecimiento casi las dos décadas que había cumplido la tienda zaragozana antes del cierre en febrero.

Atados "de pies y manos"

La situación que viven no es infrecuente entre los empleados afectados por un concurso de acreedores. "Lamentablemente, hay muchos trabajadores en una situación económica difícil porque están atados de pies y manos para ir a percibir la prestación hasta que no resuelva el juzgado", reconocen desde CC. OO. Aragón. En los casos en los que la empresa se liquida sin patrimonio termina pagando el Estado a través del Fogasa, el fondo de garantía salarial, adscrito al Ministerio de Trabajo

Si siguen dados de alta, una vez que les deben tres nóminas, "independiente de que estén en concurso o no puede pedir la extinción del contrato por el artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores (ET)", apunta Miguel Ángel Palazón, abogado zaragozano experto en derecho concursal. Una opción que plantean también desde CC. OO. como salida para resolver su situación. Tendrá que echar cuentas para ver si pierden dinero.

En estos casos se recoge que el Fogasa pague una indemnización por despido improcedente, con unos topes. "Es importante que continúen yendo al puesto de trabajo porque si no habría un incumplimiento por parte del trabajador", apunta Palazón. Caben también excepciones.

Para los afectados por un ERTE no hay salida legal rápida y tendrán que esperar a que se resuelva el concurso. "No se produce ningún tipo de incumplimiento si están cobrando", apunta el abogado. En estos casos, recuerda que aunque termine produciéndose el despido de un trabajador en ERTE, la empresa no tiene que devolver los beneficios sociales que obtuvo, si hubo, ya que está exenta en el caso de preconcurso o concurso de acreedores. En todo caso "sería la empresa la que tiene que devolver el dinero, no los trabajadores", aclaran desde el sindicato.

 

 

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