DGA. El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, se ha tomado muy en serio esta suerte de disputa entre comunidades autónomas para hacerse con una factoría de baterías para coches eléctricos. Tras lamentar en un primer momento el anuncio de la ministra de Industria, Reyes Maroto, sobre un proyecto público-privado impulsado por Volkswagen, Seat e Iberdrola que se ubicaría «cerca» de Martorell, el inquilino del Pignatelli vio la luz de nuevo cuando la propia Maroto le dijo que no estaba decidido dónde se instalaría esa fábrica. La ministra reconoció que cuando dijo «cerca» se refería a que sería en España, ya que de momento este tipo de instalaciones solo se hallan en países asiáticos. Entonces Lambán volvió a sacar a relucir las fortalezas aragonesas para hacerse con una iniciativa como esta: el 80% de los vehículos ensamblados en España salen de factorías cerca de Zaragoza, Stellantis (Opel) tiene una planta que fabrica un modelo 100% eléctrico (el Corsa), tenemos centros de formación... En su discurso el presidente ha incluido que «fuimos los primeros en ir a China para atraer fábricas de baterías» (¿dará eso muchos puntos?) y que lo que se han movido él y su equipo no tiene nada que ver con la actitud de los dirigentes de la Generalitat catalana, que ni siquiera -apuntó- estuvieron en la celebración de la planta de Seat con el rey Felipe VI.

Otras comunidades. En esta guerra dialéctica entre dirigentes de diferentes regiones de España se han hecho notar Extremadura (que insiste en recordar que tiene minas de litio, material necesario para las baterías) y de una u otra manera zonas con mucho peso en la industria como el País Vasco, Navarra, Galicia y Valencia. En Cataluña insisten en apuntar que los terrenos que deja libre Nissan son idóneos para un proyecto como este, mientras en el Gobierno Reyes Maroto apunta que la decisión la tomarán todos los socios del proyecto meses después de que Raül Blanco, secretario general de Industria, apuntara la posibilidad de que hubiese más de una fábrica de estas características.

Stellantis. Los fabricantes, mientras tanto, ven las cosas de otra manera, sabedores de que lo importante es tener las factorías de baterías necesarias para el número de coches eléctricos que produzcan. Juan Antonio Muñoz Codina, que ha cedido la dirección de la planta de Figueruelas de Stellantis a Manuel Munárriz pero sigue siendo el referente industrial del grupo en España, recordó hace unos días que la multinacional ya tiene en marcha los proyectos de dos fábricas de baterías en Europa en una ‘joint venture’ con Total, una en Francia y otra en Alemania. Al ser preguntado si vería bien una más en Aragón no quiso ‘mojarse’ y se limitó a señalar que si fuera necesario tener más instalaciones de ese tipo estaría bien contar con una aquí. Mientras tanto, recordó, en la planta zaragozana ya hay un taller de baterías para el Corsa y en breve las carcasas se fabricarán en una planta muy cercana del grupo Proma en Épila.

La cita. En estas estamos y Lambán quiere mantener en alto su reivindicación de Zaragoza como sitio idóneo para atraer la fábrica de baterías. Por ello ha convocado para mañana un encuentro por todo lo alto con todos los agentes del sector del automóvil para vender mejor su idea. Ahí estarán Stellantis, el Clúster del Automóvil, la Fundación Ibercaja con el proyecto Mobility City...Y Reyes Maroto intervendrá de modo telemático.