ARAGÓN

Las pacas de paja o los huesos de melocotón, opciones como biocombustible en Aragón

El hueso de aceitunas y las cáscaras de las almendras son las agrobiomasas más utilizadas en la Comunidad aragonesa, tal y como se puede observar en el inventario del proyecto Agrobioheat.

Foto de archivo de una paca de paja.
Foto de archivo de una paca de paja.
Heraldo.es

“El hueso de aceitunas, el rey de las agrobiomasas en España”. Así lo ha calificado la Asociación española de valorización energética de la biomasa (Avebiom), tras la presentación del observatorio del proyecto Agrobioheat, que ha inventariado 1.017 referencias relacionadas con el uso energético de agrobiomasas en Europa. “Mientras que el hueso de aceituna es muy utilizado en la franja mediterránea, la paja es muy popular en países del centro y norte del continente”. Sin embargo, este observatorio ha dejado al descubierto que en Aragón no solo el hueso de aceituna es muy usado, sino que también tienen una gran relevancia las cáscaras de las almendras.

El proyecto, que tiene como objetivo lograr “un despliegue masivo de soluciones de calefacción de agrobiomasa mejoradas y listas para su comercialización en Europa”, ha conseguido inventariar 25 referencias relacionadas con el uso energético de agrobiomasas en Aragón, de las cerca de 800 que se han contabilizado en resto de España. Una recopilación que ha sido recogida por Avebiom y por la Fundación Circe y que se seguirá, a lo largo de los próximos meses, actualizando con nuevos ejemplos de buenas prácticas.

Y así ya lo está consiguiendo, pues no todo han sido huesos de aceituna, cáscaras de frutos secos o sarmientos. En el proyecto se han recogido ejemplos de empresas en Aragón que usan pacas de paja o que comercializan huesos de melocotón o harina de granilla de uva. Opciones que no son tan comunes como por ejemplo utilizar huesos de aceituna como biocombustible, que es algo que para las almazaras resulta habitual.

La paja, una opción para la que se necesita espacio

El Hotel Spa Aguas de los Mallos, ubicado en la localidad de Murillo de Gállego, es una de las empresas que usa pacas de paja. “La viabilidad del negocio muchas veces depende de los costes, y más en un hotel en el que contamos con un spa. Por los que nos propusimos buscar alternativas”, explica Marta Castán, gerente del hotel. “El pellet es lo más habitual, pero nosotros tenemos fincas agrícolas y aunque vendemos parte de la paja, no toda la que se genera. Por lo que era una forma de utilizar algo que terminaría desechándose”. Y desde hace un par de años cuentan con esta caldera que les permite utilizar la paja “tal cual sale del campo”.

Y es que esta opción, la del uso de pacas de paja, que en España no es tan común, sí es muy frecuente en países del norte de Europa. Concretamente, tal y como se señala en la guía El uso de paja para producción de energía, publicada recientemente por el clúster danés de la industria alimentaria y de los recursos biomásicos, en Dinamarca la paja se utiliza no solo en plantas agrícolas, sino también incluso en plantas de calefacción urbanas.

Eso sí, para que resulte viable se necesita contar con bastante espacio. “La paja no puede estar a la intemperie, para utilizarla necesitas que esté seca”, indica Castán. “Así que como mínimo necesitas ya un espacio donde la vayas a guardar, donde hacer acopio. Y que este espacio esté cerca de la caldera, ya que para moverlas se necesita maquinaria”.

Huesos de melocotón o harina de granilla de uva

Solo lo comercializan, pero la Cooperativa Los Monegros cuenta con huesos de melocotón o harina de granilla de uva entre sus opciones de agrobiomasa desde hace seis años, aunque reconocen que no suele destinarse a consumo doméstico, sino que se utiliza más en la industria. “Los productores de zumo y mermeladas son los que nos proveen de huesos de melocotón”, explica Josete Servera, responsable de agrobiomasa de la cooperativa. “Se secan al sol, y en cinco o seis días se puede utilizar este subproducto”.

“Sin embargo, el proceso de la harina de granilla de uva es más largo”, apunta el mismo. “Se hace el vino, se lleva a la alcoholera, de las pepitas de las uvas se extrae aceite para hacer salsas y el resto, lo que queda, es esta harina”.

 

 

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