economía

Un año con la semana laboral de cuatro días: "Hay menos absentismo, ha crecido la facturación y el compañerismo"

La empresa andaluza de software Delsol se lanzó en enero de 2020 a implantar este modelo, del que hace un balance "100% positivo", aunque requiere una inversión inicial. Aquí cuenta sus resultados con cifras.

Delsol
Presentación para nuevos empleados en la empresa Delsol.
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La posibilidad de que la semana laboral tenga cuatro días en lugar de cinco se ha vuelto a poner sobre la mesa después del anuncio de que el Gobierno ha acogido la iniciativa que lleva planteando Más País, formación liderada por Íñigo Errejón, de reducir la jornada sin rebajar salarios.  Se han previsto 50 millones de euros para ayudar a compensar sueldos a las 200 empresas que participen en el proyecto piloto que servirá de base. Estos días se explica a patronales, sindicatos y organizaciones sociales para recoger más propuestas.

En España, una empresa andaluza lleva más de un año aplicando este modelo.  Delsol, compañía desarrolladora  de software de gestión, empezó a trabajar cuatro días a la semana desde el 1 de enero de 2020 y hace un balance "100% positivo", asegura Ana Arroyo, responsable del departamento de Recursos Humanos de la firma con sede en Mengíbar, un municipio a 20 kilómetros de Jaén. Estos días se han reunido con la formación de Errejón para mostrarle sus resultados.

"Hay menos absentismo, ha crecido la facturación y el compañerismo", han sido algunas de las conclusiones, que ha traducido también en cifras. El cambio requirió antes de comenzar una inversión de unos 420.000 euros para ampliar la plantilla (un 15%, pasando de 166 a 186 personas), darles formación y adquirir más equipos.

"El salario es el mismo", explica, pero "hemos tenido que aumentar un poco las horas diarias". Así, en el horario de invierno trabajan 36 horas a la semana (8,5 horas al día con media hora para descansar si es teletrabajo como ahora y una, en la oficina) y 28 horas en verano con jornada intensiva.

El resultado en cifras

Para la empresa fue un dinero bien invertido porque el absentismo se ha reducido el 30%; la facturación ha crecido cinco puntos por encima de la prevista, con un incremento del 20%, y ha habido "una mejora del índice de compromiso, del rendimiento, el compañerismo y el clima laboral", enumera Arroyo. Actualmente, la firma tiene 192 empleados y factura 11 millones de euros.

Otras consecuencias han sido que se ha mantenido el personal, con "rotación del 0%", además de captar nuevo. El año pasado cuando se difundió su caso en los medios de comunicación "al día siguiente tenía 100 currículums en el correo", confiesa la responsable de RR. HH. 

Fines de semana de tres y cuatro días

En la organización del día a día, el principal cambio se nota en los turnos. Tuvieron que reorganizarlos para que cada trabajador cubriera cuatro jornadas y descansara una, explica Arroyo. En el caso de los departamentos que no tienen un contacto directo con el cliente, como el suyo, trabajan de lunes a jueves y sus fines de semana se convierten en puentes de tres días. O de cuatro, como el último, ya que este lunes fue festivo en la comunidad andaluza. 

Los empleados de atención cliente, comercial y administración trabajan cuatro días entre el lunes y viernes y van rotando el día de descanso. "El cliente no se puede ver perjudicado en ningún sentido", añade. También consiguen esos cuatro días de puente cuanto libran viernes, porque la siguiente semana empiezan con fiesta el lunes. Algunos lo aprovechan para conciliar o mejorar su formación. 

"Al principio nos pareció una locura porque si nos cuesta llegar en cinco días cómo íbamos a condensar el trabajo en cuatro" 

Arroyo recalca que la propuesta surgió de la dirección, que llevaba desde 2019 aplicando medidas para mejorar la conciliación como el aumento de días de permiso retribuido por hospitalización, por maternidad/paternidad, permiso retribuido para acompañar a un hijo al médico y durante toda estancia en el hospital, flexibilidad horaria y teletrabajo.

Además, los trabajadores entran con contrato indefinido, tienen una tarjeta de salud privada para asistencia médica, la empresa paga la comida del comedor (no es retribución en especie) y tiene gimnasio, aunque con la pandemia y el teletrabajo estos dos últimos beneficios no se disfrutan ahora. La plantilla tiene una media de edad de 40 años.

La empresa quiso hacer algo más y que beneficiara no solo a quienes eran padres. "Al principio nos pareció una locura porque si nos cuesta llegar en cinco días cómo íbamos a condensar el trabajo en cuatro", confiesa. Se tomaron medidas como limitar las reuniones a 20 minutos. "El trabajo se sigue sacando. Siempre vas con la lengua afuera, pero antes también", reconoce.

Es consciente de que en la situación actual de crisis económica tras la pandemia resultará más complicado para una compañía empezar de cero un modelo así, pero cree que depende más de su actividad. "Habrá empresas que no lo puedan llevar a cabo porque su negocio no se lo permita, pero nosotros trabajamos todo por internet. Vendemos servicio y este no se ha visto perjudicado", señala. 

"Siempre ha sido muy importante el trabajador, que es el centro", añade. Para Arroyo, "si un trabajador es feliz, es más productivo y va a hacer crecer a la empresa".

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