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Las empresas de mascarillas aragonesas dibujan su futuro post covid

Compañías textiles, de pañales o prótesis han incorporado los tapabocas como nueva línea de negocio con la llegada de la pandemia. Unas seguirán pero otras ya ven el final de sus proyectos.

Empresas de mascarillas en Aragón.
Empresas de mascarillas en Aragón.
HA

Las mascarillas se convirtieron casi de la noche a la mañana en un bien de primera necesidad para toda la población desde el año pasado. Aunque durante los primeros meses de la pandemia de covid-19 no fueron obligatorias, por los cambios de criterio iniciales sobre si eran necesarias o no, cuando se impusieron como medida de protección básica para frenar los contagios, ya había escasez mundial. 

Esto llevó a compañías que vieron cómo sus mercados caían por la pandemia, a buscar una oportunidad de negocio y cubrir a la vez una necesidad. En Aragón, tras la primera oleada de mascarillas caseras, que se cosían casi en todas las casas, empezaron a hacerse inversiones empresariales para incorporar este producto a la industria existente. A ellas se han ido uniendo empresas creadas específicamente con este fin.

Estas serían algunas de las que trabajan actualmente, con distintos objetivos. Unas tienen pensado mantener la producción de mascarillas aunque dejen de ser obligatorias, pero otras creen que la oportunidad ya está pasando y hay que volver a sus actividades originales, que empiezan a recuperarse.

Mascarillas únicas: fábrica textil de Illueca con una tienda efímera

Tienda Mascarillas Únicas en Zaragoza.
Andrés Gascón y Gastón Cruz, fundadores de la tienda Mascarillas Únicas en Zaragoza.
Guillermo Mestre

La fabricación de mascarillas ha servido para dar un empujón a empresas del textil que pasaban por horas bajas tras la pandemia. Así nació Mascarillas únicas, una tienda efímera o 'pop-up store' en el centro de Zaragoza, donde vender tapabocas higiénicos de tela confeccionados en Illueca. Desde el inicio, sus fundadores contaban con que sería algo coyuntural. Ahora incluso ven cerca el final del proyecto.

"Es algo temporal, que nos está ayudando a evolucionar con la tienda, pero tiene sus días contados. Otro enero como este ya serían muchos gastos", confiesa Gastón Cruz, uno de sus impulsores, cuyo negocio principal es la fabricación de ropa deportiva. No tuvieron que hacer mucha inversión para adaptar la fabricación, pero sí afrontar el coste del alquiler en pleno centro de la capital aragonesa y otros como las licencias. No se arrepienten porque les dio "un buen posicionamiento y publicidad que nos ha permitido llegar a clientes más grandes".

"Ya vemos un final en la mascarilla. Ha sido una cosa que ya está explotada, ahora es residual"

Su actividad principal se empieza a recuperar con la llegada del buen tiempo. "Hubo un buen arranque cuando se puso la tienda en octubre y notamos el bajón después de las Navidades. Ahora con las rebajas hemos vuelto a subir", resume sobre la evolución de la actividad. Pero su pico más alto de trabajo creen que ya lo han pasado. "Hemos llegado a hacer más de 5.000 mascarillas a la semana. Ahora suplimos a la tienda y tenemos pequeños pedidos. Estamos a un 15%", calcula.

En los primeros meses de funcionamiento confeccionaron pedidos de miles de mascarillas, que personalizan, para grandes empresas. "Se han aprovisionado hasta que tengan una reposición", señala. Ahora empezaría a llegar más trabajo para clubes deportivos, que están retomando su actividad.

En el taller de Illueca trabajan 16 personas. "Ya vemos un final en la mascarilla. Ha sido una cosa que ya está explotada, ahora es residual", apunta, a lo que se une que hay mucha más competencia.

Hygiene Care Company: de pañales a mascarillas en Calatayud

Hygiene Care: de los pañales a las mascarillas.
Planta de Hygiene Care en Calatayud.
J. Macipe

Hygiene Care Company, fabricante de pañales instalado en Calatayud en 2015, y desde el año pasado, también de mascarillas higiénicas, piensa mantener esta línea de negocio pasado el pico de la pandemia. "No dejaremos de producir mascarillas cuando no sean obligatorias. La mantendremos como línea de negocio", afirman desde la compañía. Para incorporar esta nueva actividad hicieron una inversión de alrededor de 300.000 euros.

Actualmente su capacidad les permitiría fabricar 2 millones de mascarillas al mes. "Vamos produciendo según la demanda y los pedidos de nuestros clientes", explican sobre la evolución. De momento, esta nueva actividad supone alrededor de 15% de la producción total de la planta.  La plantilla está formada por 15 trabajadores, en un proceso que está muy automatizado.

"La necesidad de mascarillas depende de muchos factores, como el plan de vacunación, y es difícil saber si desaparecerá"

La demanda de pañales se ha mantenido durante la pandemia por ser un producto de primera necesidad. "Tenemos los clientes habituales y hemos conseguido otros tanto a nivel nacional como a internacional", señalan. 

Respecto al futuro, no se atreven a hacer previsiones sobre el final de este nuevo producto esencial. "La necesidad de mascarillas depende de muchos factores, como el plan de vacunación, y es difícil saber si desaparecerá", sostienen.

European Mask Factory: FFP2 en el mercado y FFP3 en desarrollo

European Mask Factory (EMF), fábrica de mascarillas FFP2 en La Muela.
European Mask Factory (EMF), fábrica de mascarillas FFP2 en La Muela.
EMF

Otra compañía que ve recorrido al sector de las mascarillas es la zaragozana European Mask Factory (EMF), fundada el año pasado para especializarse en la fabricación de las del tipo FFP2. "Estamos aumentando capacidad cada mes. En marzo esperamos fabricar 450.000 mascarillas. Y vamos a terminar febrero con unas 300.000", explican desde la planta con sede en La Muela, impulsada por un aragonés afincado en China.

Hasta ahora llevan invertidos 650.000 euros y han creado 22 empleos. Desde la factoría zaragozana salen mascarillas principalmente para Alemania, pero también hacia otros países como Suecia, Luxemburgo, Bélgica, Francia y Grecia. "El mercado español supone aproximadamente un 20% de nuestras ventas", calculan desde la firma.

Sus previsiones son de las más ambiciosas en el incipiente sector en Aragón. "En cuanto a capacidad productiva estamos preparados para aumentar con facilidad hasta los 4,5 millones de unidades al mes. Dependiendo de la demanda iremos ajustando dicha capacidad, así como la plantilla", apuntan. 

"Quedará, a nivel general, un uso personal cuando haya síntomas de gripe, coronavirus u otras afecciones respiratorias"

De momento, no tienen previsto acometer nuevas inversiones a corto plazo. "Dependerá de cómo vaya evolucionando la situación que, por cierto, es sumamente cambiante", dicen, en referencia a la incertidumbre que rodea a la pandemia desde sus inicios.

Desde la compañía son conscientes de que "después de unos años la demanda será menor que ahora", pero no creen que peligre su proyecto porque "siempre se seguirán comprando mascarillas para los mismos usos que se venían utilizando antes de la pandemia". Y auguran que "quedará, a nivel general, un uso personal cuando haya síntomas de gripe, coronavirus u otras afecciones respiratorias".

En ese escenario post pandemia el esfuerzo hecho ahora por las compañías consideran que mejorará el abastecimiento. "La diferencia será que antes el mercado dependía al 100% de la producción de Asia y después podremos suministrar al mercado desde aquí sin dependencia del exterior", señalan.

El reto entonces será mejorar "nuestros sistemas y nuestros costes para poder competir de tú a tú con los fabricantes asiáticos", avanzan. Y quieren seguir ampliando su oferta de mascarillas, para lo que están desarrollando "una mascarilla FFP3 con niveles de protección todavía mayores que la FFP2".

Making Mask: la primera higiénica reutilizable con sello Aenor

Planta de Making Mask en Zaragoza.
Planta de Making Mask en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Making Mask ha sido otra de las compañías que ha nacido para lanzarse a la fabricación de mascarillas, en su caso, higiénicas reutilizables. Han obtenido recientemente la primera homologación de España de Aenor.  En su origen se encuentran varios emprendedores españoles, entre ellos, dos zaragozanos, que venían de la industria y las energías renovables.

En un sector donde la producción se encuentra muy automatizada, se han creado cuatro empleos directos y tres indirectos, según han explicado estas últimas semanas en las que han tenido varias visitas institucionales, incluida la del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón.

La compañía se ha creado con intención de permanecer en el sector y ha contado con una inversión de 500.000 euros. A ella se han sumado 70.000 euros para su último proyecto, la elaboración de ‘sticks’ o monodosis de gel hidroalcohólico que quieren lanzar el próximo mes en envase de plástico biodegradable. De momento, fabrican 20.000 mascarillas al día en un solo turno y tienen capacidad para alcanzar los 2 millones al mes.

La lista de compañías es larga. En Calatayud se encuentra DIMA (Desarrollo e Investigación Médica Aragonesa), que recibió una subvención estatal de 463.917 euros para su proyecto de producción de mascarillas quirúrgicas e hisopos para la toma de muestras. En su caso, esta nueva actividad le ayudó a paliar el desplome de la demanda de implantes médicos para cirugía debido a la paralización de los quirófanos tras la pandemia. La inversión y capacidad está en la media del sector, con unos 600.000 euros y la posibilidad de llegar a 2 millones de unidades al mes.

Muchas vienen del sector textil, el primero que se lanzó con su experiencia a la confección de mascarillas. En Tarazona, Confecciones José Luis Marín, ha sido una de las firmas veteranas que ha buscado reinventarse comprando una máquina para fabricar mascarillas higiénicas. Su actividad principal, la ropa de señora, incluida alta costura, ha pasado por sus peores momentos durante la pandemia. Ha invertido unos 350.000 euros y tiene capacidad para 3 millones de mascarillas en al mes. Trabajan 13 personas. Su objetivo es volver a la confección de ropa en cuanto mejore la situación.

Y la lista sigue con un largo número de las que se ha acercado a las mascarillas como oportunidad, por necesidad o por "seguridad sanitaria", como señalaron en su día desde el fabricante zaragozano de equipos móviles de campaña Arpa, que se ha embarcado en la fabricación de mascarillas FFP2 y FFP3, para lo que ha recibido una subvención de 474.480 euros. La pandemia dirá si de todas ellas surge un sector estable en Aragón o que al menos permita que la comunidad esté mejor preparada para responder ante futuras crisis sanitarias.

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