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Créditos ICO en Aragón: "Visto lo visto, los empresarios nunca debieron pedirlos"

La crisis se ha alargado más de lo que pensaban pymes y autónomos y siguen acumulando deuda que puede acabar en embargos o cierres si el Gobierno central no acelera las nuevas facilidades, incluido su 'perdón'.

Imagen de un negocio a la hora del cierre.
Imagen de un negocio a la hora del cierre.
HA Archivo

La cara y la cruz de una ayuda. Los créditos ICO avalados por el Estado, que solicitaron muchos autónomos y pymes para sobrevivir en marzo de 2020 a la pandemia de covid, se han convertido en una carga y amenazan ahora la viabilidad de algunos negocios. La crisis sanitaria y las restricciones para evitar contagios se alargan más de lo esperando y continúa habiendo sectores que no han podido recuperar su actividad al 100%, como la hostelería y el comercio. 

Desde el Gobierno, se empieza a estudiar no solo prórrogas sino incluso el 'perdón' de estas deudas u otras alternativas que eviten que el salvavidas del ICO termine por estrangular a muchas pymes y autónomos.  

"Quienes aceptaron un crédito ICO que estaba avalado por la Administración consiguieron el alivio financiero necesario para poder sobrevivir", reconoce José Antonio Pueyo, presidente de la patronal de comercio zaragozana ECOS. El problema ha sido que en marzo del año pasado, cuando se decretó el confinamiento de la población, no se pensó que la crisis sanitaria se prolongaría tanto tiempo. "La primera impresión fue que la pandemia tendría una duración corta en el tiempo y no ha sido así", lamenta.

Arrepentidos

En ello coincide Luis Femia, desde la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza. "El contexto al comienzo de la crisis era muy diferente. Se recurrió para asumir gastos del día a día. Tener negocios cerrados propició el recurso a ese endeudamiento", señala. Ese planteamiento inicial que entonces "tenía sentido" lo habría perdido un año después cuando la crisis no termina y los negocios están "sobreendeudados". Ahora asegura que habría un "riesgo de insolvencia real" en muchos casos, como alertó el propio Banco de España hace unas semanas pidiendo ayudas directas.

Después de un año de restricciones por la crisis (aforos, horarios, cierres perimetrales, toque de queda...), Pueyo entiende que "visto lo visto, los empresarios nunca debieron pedir créditos ICO porque el horizonte futuro no es halagüeño". Confiesa que muchos de ellos "se arrepienten por lo difícil que va a ser su devolución"

"Si los negocios de hostelería están sometidos a limitaciones desde hace un año no están en condiciones óptimas para devolver esos préstamos"

Por su parte, Femia critica que "el único recurso que se ha planteado ha sido el endeudamiento" y recuerda que los países del entorno han aprobado desde hace tiempo ayudas directas. Mientras la crisis sanitaria obligue a continuar con las restricciones a los negocios serán necesarias facilidades, considera. "Si los negocios de hostelería están sometidos a limitaciones desde hace un año, no están en condiciones óptimas para devolver esos préstamos", reconoce.

Los préstamos se empiezan a convertir en un lastre para muchas empresas. Pueyo sostiene que "tenemos una economía 'gripada' y muchas empresas 'zombies' por la ilusión óptica de ver la cuenta bancaria con números negros, pero con una cuenta de resultados en pérdidas que va a imposibilitar la devolución de estos créditos".

"Tenemos una economía 'gripada' y muchas empresas 'zombies' por la ilusión óptica de ver la cuenta bancaria con números negros, pero con una cuenta de resultados en pérdidas"

"Ya están cansados física, psíquica y económicamente y si no tienen ingresos cómo van a pagar. Porque al final tienen que pagar. Los bancos no perdonan", añade Mayte Mazuelas, presidenta de la organización de autónomos ATA-Aragón. La Junta directiva de la asociación ha reclamado esta semana un "rescate real" del colectivo y defendido que las posibles ayudas directas no serían "ningún regalo" sino una "compensación por sus pérdidas". Ha pedido que lleguen "de manera inmediata".

La alternativa de la condonación, o 'perdón' de la deuda, que defienden también desde UPTA-Aragón, sería una buena opción, pero las organizaciones son conscientes de su elevado coste.

Plan de compensaciones

El presidente de los comerciantes de ECOS plantea que el Gobierno estudie aplazamientos de pago, estudiando caso a caso. "Es injusto que a empresas que se han visto obligadas por normativa a cerrar se les exija la devolución de estos créditos sin compensación alguna por el cierre de actividad", denuncia. Desde los hosteleros, Femia pide que se apruebe "un plan para establecer compensaciones en función de cuál fue el nivel facturación los años anteriores". 

Otra alternativa que propone Pueyo, en las peores situaciones, sería "que se limite el riesgo a los bienes de la empresa, esto es, que no afecte a la persona física". Asegura que "ya tenemos bastantes casos y habrá bastantes casos de embargos de Hacienda y Seguridad Social a personas físicas".

"Ya tenemos bastantes casos y habrá bastantes casos de embargos de Hacienda y Seguridad Social a personas físicas"

"Solo faltaría tener embargos del Estado por la no devolución de créditos ICO", recalca.  Por ello, desde ECOS pide "que no se penalice a estos empresarios que aún en tiempo de pandemia han tenido voluntad de seguir como empresarios endeudándose con ICO". Entre los instrumentos para conseguirlo pide que no haya que recurrir a un concurso de acreedores. "No hace falta aplicar la ley de la segunda oportunidad, hay que aplicar el sentido común y ser sensible hacia personas que no son millonarias, son microempresarios", plantea.

"Ningún negocio por muy potente que sea puede aguantar esta situación un año y en el corto plazo todavía todo es incierto", señala Femia. Critica también que en las medidas que ha adoptado Gobierno y autonomías para frenar los contagios "ha habido mucha improvisación".  Para ATA, la urgencia en adoptar medidas al margen de los créditos ICO "ya no es un problema de financiación, es un problema de solvencia, de supervivencia”.

La situación de las empresas que han pedido créditos varía. "No nos ha ido mal pero hay cansancio por la incertidumbre", reconoce Artemio Echeverribar, de Sugraf. La compañía del sector de la industria gráfica tenía reservas pero solicitaron un préstamo "en previsión de no tocar la caja y la tesorería propia". No se arrepiente de haberlo hecho pero cree que para las empresas "no ha sido la solución". Pide "medidas fiscales más laxas y un plan más potente, no como financiación sino como subvención, al mundo de las empresas". Porque entre las compañías afirma que hay cansancio. Sobre todo, por "la incertidumbre de no saber cuándo va a acabar esto".

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