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La segunda ola de covid en España remata el final del peor año económico en décadas

Las restricciones y el cierre de negocios han vuelto a frenar el consumo y el inicio de 2021 será más débil de lo previsto.

Bar en León.
La hostelería ha sido uno de los sectores más afectados por las restricciones para controlar la pandemia.
EP

El impacto de la segunda ola del virus en España ya lo están notando en sus cuentas los autónomos cuyos negocios han tenido que cerrar por las restricciones de muchas comunidades autónomas, miles de trabajadores que han vuelto al ERTE -o no han podido salir de él en ningún momento del año- y grandes empresas cuya demanda de productos se ha vuelto a ver alterada como ocurrió en marzo y abril.

Por tanto, tendrá una consecuencia directa en el dato de PIB de final de año. Aunque la ministra de Economía, Nadia Calviño, se esfuerza por apostar por un crecimiento económico en el cuarto trimestre, ya son varios los organismos que reconocen que al rebote del tercero le seguirá una caída. El último ha sido la OCDE, que asegura que España verá caer su PIB en el cuatro trimestre por los rebrotes del coronavirus y las medidas de restricción, y aunque no dan una cifra concreta, alertan de que las consecuencias más duras las sufrirá el turístico y el comercio.

Caída de los servicios

Pero no son los únicos. Aunque Funcas ha revisado ligeramente al alza el dato del PIB para 2020 por la sorpresa positiva del tercer trimestre, actualiza a la baja la previsión para 2021 porque proyectan una caída de octubre a diciembre del 3%. El descenso del sector servicios por las restricciones son la razón fundamental. Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, explica a este periódico que sus indicadores demuestran que el cuatro trimestre cerrará en negativo por las restricciones aplicadas, que han impactado directamente en la hostelería y el pequeño comercio, y por la caída de la demanda por la incertidumbre, un "ahorro precautorio" que "lastra la recuperación".

En este sentido, el dato más actualizado es el índice PMI de la consultora IHS Markit, que indica que el sector servicios sufrió en noviembre la mayor contracción desde mayo por el cierre de negocios en muchas ciudades. Reconocen que esta caída supondrá "una nueva ronda de pérdidas de puestos de trabajo". Las esperanzas siguen puestas en la vacuna, que según este informe ha impulsado la confianza empresarial hasta su nivel de optimismo más alto en casi dos años.

Hay otras predicciones más optimistas, como las obtenidas a través del modelo en tiempo real de la Autoridad Fiscal (Airef), que este mismo viernes actualizaban su previsión de PIB para el cuatro trimestre al 1,1%.

Efectos "transitorios"

De lo que no hay duda es de que la economía española está a punto de cerrar 2020 con la peor recesión en tiempo de paz, con una caída del PIB anual que rondará el 12%. "Afortunadamente, y a diferencia de otras recesiones, sus efectos pueden ser más transitorios y la recuperación más rápida", asegura Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research. Según sus cálculos, tras un descenso del PIB del 22,1% en el primer semestre, después creció un 16,5%, por lo que la actividad se sitúa un 9,1% por debajo de 2019, es decir, se ha recuperado el 60% del PIB perdido entre marzo y abril.

"Afortunadamente, y a diferencia de otras recesiones, sus efectos pueden ser más transitorios y la recuperación más rápida"

Hay factores que hacen pensar que esta segunda ola no está afectando a la economía, ni de lejos, como la primera. Según datos recogidos por el Ministerio de Asuntos Económicos en su boletín semanal de coyuntura económica, el consumo de energía eléctrica o la capacidad productiva de las empresas están prácticamente en niveles precovid, lo que indica un cambio de tendencia, una mayor demanda.

Pero aunque continúa la recuperación, las empresas siguen muy tocadas. Han desaparecido ya 33.000 negocios y las ventas en las grandes empresas no han conseguido remontar. Los datos del ministerio señalan que este indicador sufrió un repunte después del gran desplome de la primera ola (-22,7%), pero sigue en pérdidas respecto al año pasado (-5,8%). El índice de comercio al por menor (venta al consumidor final) se desplomó un 18% en el confinamiento. Se ha ido recuperando, pero aún en el cuarto trimestre la caída será del 2,7%.

Las compras se frenan

Los expertos coinciden en que la recuperación que se experimentó en el tercer trimestre se debió al crecimiento de la demanda privada, pero el consumo presenta alteraciones en función de las restricciones de la pandemia. Y el actual freno del consumo se refleja en el gasto con tarjeta, que ha caído un 6% en noviembre en comparación con el mismo mes del año pasado. Este descenso contrasta con el incremento medio del 0,6% de octubre, según los datos de BBVA, cuando aún varias comunidades no habían impuesto medidas de restricción a la actividad. El socavón de noviembre rompe la tendencia alcista que registraba el uso de tarjetas tanto en comercios como online desde los meses de verano.

En noviembre, como en marzo, el ritmo del consumo va estrechamente ligado a las restricciones. Así, las compras con tarjeta aumentaron en 17 provincias (42 en octubre) y descendieron en 35 (10 en octubre). El crecimiento sobrepasó el 5% interanual en Ceuta, Melilla, Madrid y Guadalajara. Por el contrario, Granada, Gerona, León y Baleares cayeron más del 25%.

Alimentación, libros, salud y equipamiento del hogar consiguieron sostener el gasto presencial. El incremento de las compras virtuales fue generalizado.

Por sectores, en alimentación, libros, salud y equipamiento del hogar consiguieron sostener el gasto presencial. El incremento de las compras virtuales fue generalizado, con la excepción de algunas actividades de consumo social, como alojamiento, viajes, belleza y ocio. Con estos datos de cierre de noviembre, Banco Santander estima que el pago con tarjeta de débito ha aumentado un 4% este año en volumen y un 13% en número de operaciones. Y en el caso del pago con los móviles, hay un incremento del 80% en los meses de verano con respecto al mismo periodo de 2019.

Tras analizar este comportamiento con las tarjetas, Toni Roldán, director de EsadePol, considera que "el escenario más realista actualmente es de una caída del PIB en el cuarto trimestre cercana al 3%", al contrario de lo que anticipaba Calviño. "Todo dependerá de la campaña de Navidad", sostiene este experto, ya que aún queda todo un mes de diciembre, en el que muchos negocios facturan hasta una tercera parte de lo que venden todo el año, en apenas 30 días.

De cara a la recuperación, las perspectivas de EsadeEcPol anticipa que la economía subirá la mitad de lo que espera el Gobierno para 2021: más cerca de un 5% que de un 10%. Pero Roldán admite que España no tardará tanto en salir de esta crisis como lo que ocurrió con la de 2008 "incluso en los escenarios más pesimistas". Pero advierte: "saldremos con unas cuentas públicas más frágiles por el aumento de la deuda pública y del gasto en pensiones, que irá en aumento".

Este experto echa de menos "reformas ambiciosas por parte del Gobierno en varios ámbitos, sobre todo en lo que se refiere al capital humano y las instituciones que son las claves del crecimiento económico en el largo plazo. Poner más dinero en cosas que no funcionan, no servirá de nada", apunta. Y anticipa que los sectores más golpeados por el coronavirus "perderán algo de peso en el PIB y el empleo, pero no está nada claro que esos factores productivos vayan a recolocarse en otros sectores de mucho valor añadido como para poder hablar de un cambio de modelo".

El BCE dará más estímulos este jueves para evitar la recesión

Si algo ha diferenciado esta crisis del coronavirus de la de 2008 ha sido la rápida intervención del Banco Central Europeo (BCE) para actuar como escudo ante una recesión que, sin sus medidas, podría ser mucho peor para la zona euro. Por eso, en su reunión del próximo jueves, la institución sacará toda la artillería en forma de estímulos monetarios. Lo hará al percatarse de que muchos países se están adentrando en una doble recesión tras el socavón del primer trimestre del año, tal y como recogen las actas de su anterior encuentro de octubre, publicadas la última semana. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, volverá a lanzar estímulos millonarios a la espera de la recuperación de 2021. Este paraguas monetario irá dirigido fundamentalmente a los Estados, a través de la deuda pública, y a los bancos.

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