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Sostenibilidad, el gran reto del diseño

El congreso Diseña Forum, organizado por el Centro Aragonés de Diseño Industrial (CADI), ha destacado la importancia de la ecología en las empresas.

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Ropa diseñada por Ecoalf y un terminal ecodiseñado por Circular Design Factory.
Heraldo

Nadie duda hoy de la necesidad de apostar más por actuaciones que sean más amigables con el medio ambiente. La defensa de la ecología ha dejado de ser el sueño de unos pocos para ganar adeptos en todas las esferas de nuestras sociedades, hasta hace muy poco tiempo apenas preocupadas por el deterioro de los bosques o los océanos y que tradicionalmente han justificado el derroche de recursos por un bien supuestamente superior, el del progreso económico. En las empresas este mensaje está calando más que nunca. En todos los sectores de actividad, la defensa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)de la Agenda 2030 de Naciones Unidas se ha convertido en algo más que un idílico objetivo. El cambio climático es una realidad y hay mucho trabajo por hacer para mejorar las cosas.

De este escenario se habló en varias de las ponencias de la sexta edición de Diseña Forum, un encuentro de especialistas congregados por el Centro Aragonés de Diseño Industrial (CADI) que se celebró esta semana, en esta ocasión de modo telemático a causa de la pandemia.

En el ámbito del diseño, pero también en otras áreas de las empresas y en la sociedad en general, la sostenibilidad se ha convertido en un gran reto. «La variable medioambiental está poniendo en cuestión el modelo económico que nos ha sostenido durante años, y esto tiene repercusiones económicas, pero también sociales», apunta Carlos San José, diseñador industrial, fundador de la empresa Circular Design Factory, uno de los ponentes en el último Diseña Forum. «Como diseñador de productos, la variable medioambiental está teniendo más relevancia hoy en mi trabajo, no solo por los usuarios, sino por las empresas, que para ser competitivas tienen que tener ahora este sesgo», afirma.

«Nosotros llevamos trabajando en ecodiseño desde 2009, cuando creamos la empresa Ecoalf, pensando siempre en actuaciones que sigan la economía circular y apostando por el reciclaje», declara por su parte Javier Goyeneche, también ponente en la sexta edición del foro organizado por el CADI. Ecoalf es una marca de moda sostenible, hecha con productos reciclados, que ha demostrado desde hace más de una década que hay consumidores dispuestos a comprar productos en cuya elaboración se han empleado procesos que respetan la protección del medio ambiente. Con 120 trabajadores, la mitad de ellos en su sede central de Madrid y el resto en otras ciudades de España y del extranjero, Ecoalf prevé facturar este año unos 25 millones de euros.

«Los productos realmente sostenibles tienen que serlo desde la primera fase del diseño», destaca Goyeneche, que insiste en que desde que se piensa en un producto hay que saber cuál va a ser su ciclo de vida. El empresario admite que hoy hay más consumidores conscientes de la importancia de la sostenibilidad, pero recuerda que él y su equipo lo han demostrado en un sector como la moda desde 2009.

JavierGoyeneche, fundador de Ecoalf, está convencido de que a los consumidores cada vez les importa más cómo se hace un producto. Hay prendas de ropa que pueden ser parecidas entre sí, y a hay un porcentaje de gente a la que le da igual una marca u otra, pero hay otra a la que le interesa saber qué hay detrás, sostiene. «Los clientes compran las marcas con las que se sienten identificados», asegura.

Referente del ámbito sostenible, el impulsor de Ecoalf basa su política empresarial en la innovación, la investigación, las relaciones humanas y el convencimiento ético de que se pueden conseguir resultados similares en los negocios haciendo las cosas de forma diferente. Hasta ahora la actividad de su compañía ha estado centrada únicamente en el sector textil, pero en breve entrará en el de mobiliario. La empresa aprovechó el confinamiento para hacer mucho I+D, tanto en productos de moda como en el de los muebles, apunta Goyeneche. La empresa se ha visto muy afectada por la covid-19 en sus ventas presenciales, que representan un 25% de su facturación, pero en cambio su negocio ‘online’ se ha disparado.

El fundador de Ecoalf reconoce que los productos reciclables –«que tenían cierta mala prensa hace años», considera– son hoy más aceptados por los consumidores. Incluso más valorados si añaden innovación, tecnología y diseño, asegura. «Es enorme la evolución que se ha dado en ese sentido desde que nosotros empezamos en 2009, y espero que esta pandemia no suponga un freno», señala. «Ahora más que nunca hay que defender un modelo económico que esté en equilibrio con la salud del planeta», afirma.

«De la misma manera que cada vez hay más dirigentes empresariales que son conscientes de que en su actividad hay que contar con prácticas que defiendan la sostenibilidad, la gente en general va asumiendo estos conceptos», coincide en señalar Carlos San José, director de proyectos y fundador de Circular Design Factory, empresa especializada en los ámbitos del ecodiseño y la economía circular cuyo principal objetivo es enriquecer los procesos de diseño mediante la incorporación de nuevas actitudes que favorezcan la reducción de los impactos ambientales asociados a los productos que diseñan. Para que este tipo de postulados ganen más peso, apunta, «hace falta más información para el consumidor, porque el ritmo de crecimiento industrial que tenemos hoy tendría que cambiar para que haya sostenibilidad». El grado de aceleración de esa mentalidad más consciente de la defensa del medio ambiente, sostiene, «dependerá de los consumidores, de los gobiernos, de los medios, y su evolución afectará a los recursos disponibles y a las diferencias sociales».

«En cinco años, las empresas que no sabían de ecodiseño en Europa tendrán que sumarse aunque sea por obligación, porque la UE está imponiendo mecanismos más exigentes», apunta Carlos San José. «Yo sí que he notado, desde la visión de una pyme como la mía, que ha aumentado el número de proyectos sostenibles en todas las actividades industriales», indica.

San José ha colaborado en más de 400 proyectos de diseño de producto, para empresas como ABB Niessen, Alcad, Araven, Ciatesa, Ekasa, Grupo RETA, BSHElectrodomésticos, Grupo Cegasa (Solac), Adequa, Grupo Uralita, Kider, Lacor, Laster, Maier, Owasys, Esmaltaciones San Ignacio, Ecoembes, Riberebro… Esta experiencia le permite constatar cómo se el ecodiseño se va extendiendo, como una suerte de mancha de aceite.

En cuanto a sectores, San José cree que es el de los envases y el embalaje donde quizás se está notando más este cambio de actitud hacia lo más sostenible. No obstante, llama la atención sobre la llamativa apuesta que está viendo en el sector de la automoción. «El mundo del automóvil está inmerso en una gran estrategia, no solo en lo que se refiere a los consumos de carburantes –con el coche eléctrico en la visión de futuro–, sino en la fabricación de todas las partes que componen un vehículo», indica. «Cada vez hay más piezas en los coches que son reciclables, los procesos están cambiando», señala.

El desafío de la sostenibilidad en el diseño es una realidad, constatan Javier Goyeneche y Carlos San José, profesionales experimentados en la materia. Foros como el organizado por el CADI ayudan a hacerle frente.

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