El teletrabajo por obligación: "En casa se echa de menos el contacto con los compañeros"

Otra de las consecuencias del estado de alarma ha sido que el teletrabajo se ha tenido que implantar –a marchas forzadas– en muchas empresas. De la noche a la mañana, algunos se han visto trabajando en sus casas y, para colmo, con los niños sin colegio. Es el caso de José Antonio Lozano, empleado de Mapfre. Señala que su trabajo "es el mismo", ya que solo ha cambiado "el lugar" en el que lo desarrolla.

Desde su empresa le facilitaron los mecanismos técnicos para poder hacerlo: "De un día para otro estábamos el 90% de la plantilla trabajando en casa". Sus rutinas son "las mismas de siempre" -hora de levantarse, hora de ponerse a trabajar...-, solo que compartiendo ‘oficina’ con su mujer, que también teletrabaja, y su hijo de 16 años. "Nos hemos repartido las habitaciones, un ordenador fijo, otro portátil y la tablet", señala.

Aunque se comunica con ellos por el correo y el teléfono, con el teletrabajo cree que se pierde el contacto con los compañeros y "el trato humano". "Muchas veces levantabas la cabeza del ordenador y podías consultar una duda mucho más rápido que ahora", señala. Además, también echa en falta esos momentos más distendidos. "De vez en cuando viene bien hacer una broma y echar una risa", dice. Entiende que haya gente que quiera seguir teletrabajando, pero en su caso está "deseando volver a la oficina".

Cree que el hecho de vivir en el mismo lugar en el que se trabaja es "algo claustrofóbico" y le da la sensación de que "no llegas a desconectar nunca". En su caso, la vuelta a la oficina será "paulatina". "Están haciendo plan de incorporación gradual, nos van a pasar un cuestionario de salud y se irá viendo cuándo volvemos cada uno a las oficinas", dice.