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Los desahucios de vivienda habitual cayeron un 22% en 2019 hasta mínimos desde la crisis

Seis de cada diez ejecuciones corresponden a hipotecas firmadas en los años de la burbuja inmobiliaria.

Madrid, 06 mar. (COLPISA, J. M. Camarero)
El volumen total que representan los nuevos préstamos hipotecarios solo supone una cuarta parte de los que llegaron a concederse en 2006.
El descenso internaual de 2019 es el menor de los tres últimos años.
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Los procesos judiciales abiertos por los bancos ante el impago de las hipotecas que acaban con la intervención de las viviendas habituales -las de primera propiedad, donde las familias tienen fijada su residencia- descendieron un 21,8% el año pasado hasta situarse en los 5.177 casos, lo que supone el registro más bajo desde que comenzó la crisis económica y posterior recesión, según los datos del INE.

El descenso internaual de 2019 es el menor de los tres últimos años, porque el que fue uno de los más graves problemas socioeconómicos de la crisis se está minimizando. Aunque todavía quedan miles de casos pendientes de solucionar, hace seis años (en 2014) se practicaron más de 34.000 ejecuciones hipotecarias sobre vivienda habitual, una cifra que ha ido descendiendo hasta los algo más de 30.000 de 2015, los 21.000 de 2016, los casi 11.000 de 2017 y los poco más de 6.000 de 2018.

Según el año de la firma de la hipoteca, una de cada cuatro ejecuciones realizadas el año pasado correspondía a viviendas del año 2007; el 16,2% a hipotecas constituidas en 2008; y el 13,3% a créditos de 2006. Esto es, el 60% de las intervenciones judiciales por impago tienen que ver con inmuebles adquiridos durante la burbuja inmobiliaria.

Los datos de 2019 ya incorporan los del último trimestre del año, un periodo en el que los embargos sobre vivienda habitual cayeron más de un 45% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, hasta 1.380 casos.

Hay que tener en cuenta que la ejecución hipotecaria es el primer paso que da la entidad financiera cuando un cliente acumula al menos tres meses de impago. Sin embargo, este proceso no tiene por qué acabar en el lanzamiento, que supone la intervención sobre la vivienda para que sus propietarios salgan de la misma, con o sin intervención policial.

A pesar del alivio que supone para las familias la reducción de las ejecuciones sobre vivienda habitual, el registro que incluye todos los inmuebles hipotecados (segundas residencias así como viviendas de empresas) creció un 3,1% hasta los 27.055 casos y lo hizo por primera vez en los cinco últimos años.

La causa se encuentra precisamente en los impagos acumulados por los negocios, algo que viene ocurriendo desde hace dos años. Las ejecuciones de viviendas propiedad de personas jurídicas aumentaron casi un 16% el año pasado.

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