Sensores de Libelium en el proyecto Tutankhamon

Investigadores de Suiza y Canadá monitorizan la estabilidad de una grieta sobre la tumba de reyes del antiguo Egipto con herramientas de, entre otros, la firma aragonesa.

Imágenes de un documental de National Geographic sobre el trabajo de arqueólogos en Egipto. Arriba, la tumba de Tutankhamon. Abajo, sensores de Libelium.
Imágenes de un documental de National Geographic sobre el trabajo de arqueólogos en Egipto. Arriba, la tumba de Tutankhamon. Abajo, sensores de Libelium.
National Geographic

Egipto es el país con más tesoros arquitectónicos de la tierra. Así lo afirma, nada más comenzar, un documental de National Geographic que invita a saber cómo el trabajo de unos arquélogos «revelará secretos encontrados que podrían reescribir la historia antigua». El documental explica después la labor de Aliaa Ismail, egiptóloga nacida en El Cairo, y de otros profesionales para saber cómo pudo ser la vida del denominado ‘rey niño’, Tutankhamon, cuya tumba fue descubierta en 1922 por el británico Howard Carter. «Aliaa utilizará la última tecnología para revelar la información sobre su tumba y los motivos por los que estuvo oculta durante 3.000 años», se dice en el documental. Entre esa tecnología está, con otras, la de la empresa aragonesa Libelium. Sus sensores pueden verse en el trabajo ‘Tesoros perdidos de Egipto 1’, de National Geographic.

Fuentes de la compañía creada por Alicia Asín y David Gascón explican que en el proyecto Tutankhamon trabajaron un equipo de miembros de la Universidad de Zúrich (Suiza), de la Universidad de York (Canadá) y de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, que monitorizaron la estabilidad de una grieta sobre la tumba de la XVIII dinastía egipcia. «Para medir las propiedades del macizo rocoso que lo compone así como las condiciones ambientales del área, los investigadores desarrollaron un modelo numérico con diferentes herramientas de software y hardware entre las que se encontraban algunos sensores de Libelium (estación meteorológica, sensor de luminosidad y un instrumento para medir la apertura de la grieta)», indican.

Los resultados, señalan desde Libelium, mostraron que las variaciones en las condiciones climáticas pueden provocar la degradación del estado de la tumba. «Esta investigación ayuda a comprender y predecir la relación entre los cambios climáticos y el comportamiento de las inestabilidades potenciales en el Valle de los Reyes», apuntan fuentes de la firma aragonesa en referencia a la necrópolis del antiguo Egipto donde se encuentran las tumbas de la mayoría de los faraones, entre ellas la de Tutankhamon. La comprensión obtenida con los trabajos en los que ha contribuido la tecnología de Libelium, añade, «no solo servirá para la preservación de este emplazamiento histórico sino que podría aplicarse a la preservación de otros patrimonios».

Otros proyectos singulares

Creada en 2006 y especializada en el ‘Internet de las Cosas’, Libelium lleva años trabajando en proyectos singulares como el de Egipto. Uno de ellos tiene que ver con la protección de las belugas, cetáceos que habitan en el Océano Ártico y las áreas costeras de Canadá, Alaska, Rusia y Groenlandia. Sensores de la compañía recogieron entonces información útil para garantizar la estancia de los cetáceos en la zona. En países como Nicaragua, Vietnam o Irán, entre otros, la firma zaragozana ha participado también en proyectos reseñables.

En la actualidad, Libelium está desplegando un proyecto de monitorización de las condiciones ambientales en unas minas de Sudáfrica. En España, según apuntan desde la empresa, «empieza a funcionar nuestra estrategia de reorientación hacia grandes proyectos». De hecho, precisan, «una importante cadena hotelera internacional ha instalado más de un centenar de nodos de parking inteligente en uno de sus edificios en Madrid para optimizar las plazas de una sede que se encuentra en pleno centro de la ciudad». Además, destacan también, una cadena de distribución de bricolaje está utilizando la tecnología de ‘trackeo’ de dispositivos móviles para conocer el comportamiento de los consumidores dentro de sus tiendas. «Así pueden establecer patrones de consumo que les ayudan a organizar mejor la oferta, a planificar los equipos de trabajo necesarios en cada sección y en función del análisis de la demanda en fechas anteriores», señalan. El proyecto se inició en uno de los centros comerciales de Tarragona y se está extendiendo a diez ubicaciones más en diferentes capitales de España para después exportarlo a otros países europeos.

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