Heraldo del Campo

Pastos

La dureza del clima lleva a una "situación crítica" a la ganadería de alta montaña

Asaja Huesca advierte que la primavera seca, el verano con temperaturas extremas y el adelanto del invierno han dejado a los animales sin pastos y han obligado a los productores a aportarles alimento adicional.

Los ganaderos de extensivo se están viendo obligados a aportar alimentación supletoria ante la falta de pastos.
Los ganaderos de extensivo se están viendo obligados a aportar alimentación supletoria ante la falta de pastos.
Rafael Gobantes

Las adversidades climáticas que lleva soportando Aragón durante todo este año están haciendo mella en los bolsillos de los ganaderos. Y especialmente a los productores de extensivo de alta montaña, que se han visto obligados a llevar ya a sus animales a las cuadras.

Una primavera extremadamente seca, a la siguió un verano con temperaturas superiores a los 40 grados y, ahora, un otoño que parece un invierno demasiado adelantado han impedido no solo que hubiera suficiente pasto para los animales, sino que los ganaderos tampoco pudieran recogerlo para ir alimentando a los animales durante los próximos meses. Un "duro clima" –como lo calificó ayer Asaja Huesca– que está llevando a la ganadería extensiva de alta montaña a una «situación crítica2. Porque, según explicó Ramón Solanilla, responsable de la organización agraria en Sobrarbe, estos pastos, en los que el ganado extensivo se alimenta antes de ser recogido en las explotaciones para el paso del invierno, "son claves para la sostenibilidad económica de este tipo de explotaciones, pues obtienen una alimentación nutritiva a un precio asequible".

Solanilla detalló que, por si no fuera poco, las intensas nevadas caídas en el Pirineo en los últimos días han obligado a las explotaciones que se encuentran a más de 1.000 metros de altura a encuadrar a su ganado y aportarle allí el alimento. "La situación no es habitual porque normalmente el ganado no llega a los establos hasta ya entrado el mes de diciembre", explicó el representantes de la organización agraria, que calcula que esta campaña se incrementará en un 30% el consumo de alimento complementario en estas ganaderías. Este aporte extra se hace con piensos y forrajes o comprando pastos de siega a aquellos que pudieron recogerlos la sequía también ha mermado la cosecha de cereal y ha incrementado el precio de la paja y los forrajes. "El pasado año el kilo de paja se pagaba a cuatro céntimos y este año el precio se sitúa en torno a los ocho céntimos por kilo", matizó.

Ante esta situación, la organización agraria exige medidas de choque, entre las que destacan el aplazamiento de los pagos de los créditos concedidos por la sequía en 2017 y 2018, la rebaja en los módulos de la renta, que se adelante el pago de las ayudas directas de la PAC correspondientes a 2019, pero también las asociadas, las agroambientales y las que reciben las zonas desfavorecidas, así como una rebaja del IVAen el transporte de los forrajes.

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