Heraldo del Campo

Entrevista

Constancio Ibáñez: "El futuro de Mercazaragoza no solo necesita 100.000 m2, necesita un millón"

Comenzó su carrera en Mercazaragoza hace 45 años, donde pasó por distintos cargos hasta llegar hace ya 30 a la dirección general. Ahora Constancio Ibáñez se jubila.

El hasta ahora director general de Mercazaragoza, Constancio Ibáñez, en las instalaciones de la empresa pública.
El hasta ahora director general de Mercazaragoza, Constancio Ibáñez, en las instalaciones de la empresa pública.
Francisco Jiménez

Ha llegado el momento del adiós. ¿De qué le cuesta más despedirse?

De la gente. Del grupo de colaboradores directos, del colectivo de la plantilla, de los empresarios que he conocido... Es lo que más echaré de menos.

De todo lo vivido, ¿qué se lleva?

Sobre todo la satisfacción de haber tenido la posibilidad de crear ilusión en un equipo y que este sienta que estamos haciendo algo que vale la pena aunque no sepamos qué reconocimiento tendrá. Porque yo soy de los convencidos de que sin el factor humano es difícil conseguir metas claras y de prosperidad en una empresa.

¿Cómo era el Mercazaragoza que encontró al llegar a la dirección general y cómo es ahora el que traspasa a su sucesor?

Entonces, como ahora, era una empresa llena de proyectos. Los objetivos en aquel momento eran claros: equilibrar la cuenta de explotación del matadero y potenciar los dos mercados (frutas y verduras y el de pescado). Con la aparición de los supermercados y la posible pérdida de cuota en el área de influencia hubo que hacer un análisis en profundidad para decidir si teníamos que seguir como estábamos o entrar en otros proyectos. Fue entonces cuando a Mercazaragoza llegó la Lonja del Ebro, vino la dirección general de Fomento Agroalimentario, las cooperativas.... Se hizo también un potente centro de formación en el que hemos formado a miles de profesionales del sector detallista. Además se consideró oportuno pensar en la incorporación del tren. Para ser honesto, nunca creí que llegaríamos a tener la Terminal Marítima (TMZ) que tenemos ahora. Yo quería una pequeña terminal con un tren, tanto para sacar producto hacia Europa como para tener la posibilidad de abastecer la ciudad sin depender de los camiones, más en ese momento de huelgas y situaciones tensas. En aquel momento nos encontramos con el Puerto de Barcelona que iba pululando por Aragón sin que nadie le hiciera caso y le planteamos la posibilidad de trabajar para crear una gran plataforma de agroalimentación, que ahora habrá que desarrollar sinceramente.

Durante la crisis, la política de ajustes del Gobierno de Aragón se llevó por delante Centrorigen, levantado en terrenos de Mercazaragoza. ¿Hay algún proyecto de futuro para ese centro agroalimentario de negocios?

Tuve un verdadero disgusto cuando el Gobierno decidió sacar la dirección general de Fomento Agroalimentario de Centrorigen y no me pareció nada bien que eliminara los apoyos que había dado a las denominaciones de origen, a las cooperativas y a todo lo que tenía que ver con el mundo de la agroalimentación para que pudieran continuar en el centro de negocios. Decidimos entonces mantenerlo nosotros y lo que hemos hecho es una planta de oficinas para alquiler y otra con salas para realizar eventos. De todas maneras, yo sigo pensando que algún día el Gobierno de Aragón y Mercazaragoza volverán a encontrar la necesidad de trabajar juntos en esta línea, porque creo que, al igual que forma parte del accionariado de la TMZ, también tendría que estar en el de Mercazaragoza.

Se ha desbloqueado la ampliación de 100.000 metros cuadrados. Ha sido un camino largo y tortuoso, ¿se han perdido oportunidades?

Sí, así es. Está ampliación era una demanda que llevamos reclamando desde hace más diez años. En estos momentos hay diseminadas por los distintos polígonos de Zaragoza empresas que han negociado conmigo y a las que no podíamos atender. Ahora las compañías no quieren naves de 1.000 metros, piden 10.000 metros, 50.000 e incluso hay una que nos ha pedido 250.000.

Y a esa última ¿ha sido imposible hacerle hueco?

Todavía no hemos dicho la última palabra. De hecho, en el último consejo de administración ya dejé claro que no solo necesitamos esos 100.000 metros cuadrados, que necesitamos un millón para que las empresas puedan instalarse en Mercazaragoza en los próximos 25 años, porque va a ser tal la diferencia en la distribución alimentaria que tenemos que estudiar en profundidad dónde estamos, a dónde vamos y qué queremos ser.

Queda en el aire un preocupación de los mayoristas: se terminan sus concesiones. ¿Cómo hubiera solucionado usted ese problema?

Desde luego, uno de los objetivos prioritarios ahora es dar una solución a los mayoristas. Si hace dos años la sociedad Mercazaragoza, que ya ha cumplido medio siglo, pasó a ser una sociedad indefinida, es kafkiano que los mayoristas que invierten dinero en sus empresas estén pendientes de una concesión. Hay que buscar la forma legal de solucionarlo y si la ley va contra natura, se quita o se cambia esa norma. La concesión tiene que tener carácter indefinido.

¿El Ayuntamiento comparte este argumento?

El Ayuntamiento está por la prórroga, pero yo creo que se debe intentar por todos los medios buscar una solución indefinida. Pero también hay otro reto fundamental: potenciar el mundo detallista. Se tiene que impulsar desde Mercazaragoza, pero también desde el Ayuntamiento, porque no tiene sentido que en 115 años se hayan puesto en marcha tres mercados municipales y cientos de supermercados. No ha habido el apoyo claro que tienen que tener los detallistas.

El nuevo matadero de porcino se ha paralizado sin fecha. ¿Se va con esa espinita?

Sí. Pero es cierto que en estos momentos se tiene que valorar si se hace la gran infraestructura que se proyectó o una adaptada a las nuevas circunstancias, en las que hay que tener en cuenta la situación de Arento y la presencia de empresas, como Vall Companys, Guissona o Pini, que están invirtiendo en este tipo de instalaciones en Aragón. Hacer un matadero monstruoso y no tener clientes no es operativo. El matadero se hará, pero hay que rediseñarlo y adaptarlo a la realidad actual. 

El gran recorrido de la TMZ y el tren continental

Constancio Ibáñez deja la dirección general de Mercazaragoza, pero seguirá muy presente en uno de sus proyectos estrella. Seguirá como consejero delegado de la Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), que a pesar de su gran desarrollo, «tiene todavía mucho, mucho recorrido», señala. «En 2008 apenas teníamos medio tren, no llenábamos ni uno, el pasado año tuvimos 2.500», explica. «Se han quitado la totalidad de los camiones de la ruta de Barcelona, hay que seguir en la misma línea con la ruta de Valencia cuando se den las condiciones adecuadas y estamos trabajando en este sentido con Tarragona», dice. 

Y si a pesar de su jubilación quiere estar en la primera línea de la TMZ es precisamente por un proyecto concreto. «El gran desarrollo en el que estamos trabajando es el tren continental, que es el que en estos momentos nos interesa desde el punto de vista de agroalimentación». Una línea que conectaría Mercazaragoza y su terminal marítima con Venlo, uno de los centros logísticos más grandes de Europa situado en los Países Bajos y cerca de la frontera con Alemania.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión