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Los agricultores avisan: si compra aceite de oliva virgen extra a menos de 4,5 euros el litro, probablemente no lo sea

Unos 300 olivareros aragoneses viajarán el jueves a Madrid para participar en la gran movilización convocada por Asaja, COAG y UPA para exigir precios justos y la defensa del olivar tradicional.

Las estimaciones apuntan a que España se encargará de producir las tres cuartas partes del aceite de oliva de Europa y más de la mitad a nivel mundial.
Los agricultores avisan: si compra aceite de oliva virgen extra a menos de 4,5 euros el litro, probablemente no lo sea.

Representantes de las organizaciones agrarias aragonesas UAGA-COAG, David Andreu, Asaja y UPA, Ángel Samper y José Manuel Roche, y de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, José Víctor Nogués, han lanzado un aviso a los consumidores. “Cuidado con el aceite barato. Si compran aceite virgen extra a menos de 4,50 euros el litros, probablemente no lo sea, puede que se trate de un producto con mezcla, con otros aceites de girasol, de palma o de soja”. No han concretado marcas ni establecimientos en los que se encuentran estos productos, han reconocido que tienen “sospechas” e “indicios” y que no pueden probarlo con análisis porque el Ministerio les asegura, para sorpresa del sector, que no cuenta con la tecnología necesaria para detectar dichas trazas. Pero han insistido con contundencia que están seguros de estas “prácticas fraudulentas” que no solo están perjudicando el sector, sino que supone un engaño mayúsculo para el consumidor.

Los sindicalistas justificaron sus sospechas. No ha habido una cosecha excepcional, en el resto del mundo la producción ha sido muy corta, hay un enlace de 800.000 toneladas -el doble de una campaña normal-, las almazaras tienen aceite almacenado desde hace año y medio y el consumo es estable. “No se da ninguna circunstancia para una caída tan abismal del precio”, han señalado, al tiempo que han insistido en que “es una barbaridad que una garrafa de cinco litros de virgen extra esté a la venta por 12 euros, cuando producir cada litro cuesta 2,75 euros”.

Por este y otros motivos, que están poniendo en peligro el sector olivarero, los agricultores aragoneses viajarán a Madrid el próximo jueves, 10 de octubre, para participar en la gran manifestación convocada por COAG, Asaja y UPA, para denunciar la crítica situación que atraviesan más de 250.000 familias en toda España por las pérdidas que están soportando debido a los bajos precios del aceite. Quieren gritar además en la calle la urgencia de poner en marcha medidas que garanticen la supervivencia del olivar tradicional, ese que crea paisaje, mantiene en medio natural y fija población en localidades del medio rural en el que no existe otra alternativa económica. Y quieren denunciar que España, primer productor mundial de este alimento básico de la dieta mediterránea, es el país que soporta los precios más bajos.

Más de 15.000 familias aragonesas

“Estamos organizando el viaje y contratando autobuses para facilitar el desplazamiento de los agricultores aragoneses”, ha señalado hoy Andreu en un rueda de prensa conjunta con el resto de los representantes del sector en la Comunidad, que esperan que hasta la capital española se desplacen unos 300 olivareros de distintas comarcas de la región -en la protesta se prevé una participación de 15.000 personas-. Porque aunque las cifras del olivar en Aragón distan mucho de las andaluzas (principal productor), este sector tiene una gran importancia allí donde está implantado. Ocupa unas 45.000 hectáreas, de las que viven más de 15.000 familias, que producen alrededor de 17.500 toneladas de aceite, de las que 12.000 son virgen extra. Cuenta además con dos denominaciones de origen y 104 almazaras y es la sexta comunidad productora del país. Sus olivares están además situados en el medio rural despoblado, en el que las alternativas laborales son prácticamente nulas.

“Los compañeros andaluces ya han protagonizado dos movilizaciones, una en Jaén y otra Sevilla, con una contundente participación”, ha insistido Andreu, que ha señalado que ante la pasividad del Ministerio de Agricultura y la falta de avances y medidas para frenar esta situación, “no nos ha quedado más remedio que volver a manifestarnos en Madrid”.

Los olivareros españoles acudirán a la capital española con una batería de exigencias, encabezada por la necesidad de arbitrar medidas para conseguir unos precios justos al productor. Y volverán a sacar a la calle la exigencia de que se ponga en marcha el almacenamiento privado de aceite. “Una medida eficaz a corto plazo, que además no le cuesta un euro al Ministerio”, han destacado, pero para la que piden un matiz. Esta figura se pone en marcha, en una cantidad determinada y durante un tiempo limitado, para sacar producto del mercado e intenta que se dinamicen los precios. Pero se recurre a ella cuando el precio ha bajado a un determinado nivel. Y ahí está el problema, porque la cotización establecida para el aceite de oliva, se sitúa en los 1,80 euros el litro, una cifra que se estableció en los años 80 y que poco tiene que ver con el escenario actual en el que los costes de producción se sitúan por encima de los 2,75 euros. Por eso le piden al Ministerio que traslade a Bruselas que se active el almacenamiento cuando el precio de intervención se sitúe en torno a los 2,50 euros, porque actualmente el precio en origen no supera los 2 euros, un 50% menos que el pasado año. “El Ministerio, sin embargo, no hace caso, y no lo entendemos porque esta medida no le supone ningún coste económico ya que dinero lo pone Bruselas”, ha puntualizado Andreu.

“El Ministerio, pero también el Gobierno de Aragón tiene que hacer algo”, ha añadido Samper, que ha lamentado “lo mucho que se les llena la boca a las administraciones hablando de despoblación y de medio rural, pero luego no tienen presupuesto para hacer absolutamente nada”. “Detrás del olivar hay paisaje y población”, ha recordado Nogués, que ha advertido en que en este escenario y ante un mundo global, las cooperativas y las almazaras tienen muy difícil su viabilidad.

Roche ha destacado además que, por si la situación no fuera suficientemente difícil, llega ahora un nuevo ataque al sector: la pretensión de Donald Trump de incrementar hasta el 25% los aranceles para el aceite (y otra larga lista de productos agroalimentarios) que se exportan a Estados Unidos. “Se abre un escenario muy complicado que puede llevarse por delante a sectores que lo están pasando muy mal en estos momentos”, advirtió.

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