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Dimitris Dimitriadis: “La UE no ha aplicado hasta ahora políticas específicas de apoyo a las pymes”

Ponente en el Comité Económico y Social Europeo (CESE) de un dictamen sobre el euro, pide a los nuevos dirigentes comunitarios acciones para mejorar la economía de la UE.

Dimitriadis, miembro del Consejo Económico y Social Europeo.
Dimitriadis, miembro del Consejo Económico y Social Europeo.
Luis H. Menéndez

Fue presidente del CESE, institución que representa a la sociedad civil europea, entre 2006 y 2008. Dimitris Dimitriadis sigue siendo miembro del organismo, en el subgrupo de los empleadores (los otros representan a los trabajadores y a las ONG, asociaciones de agricultores y sociales). Este veterano emprendedor griego ha sido ponente, con Philip von Brockdorff, del dictamen ‘Hacia una mayor relevancia internacional del euro’, recientemente aprobado. De él habla en la entrevista.

Tener un euro fuerte depende en gran parte de la situación económica de los países que lo utilizan. Después de la crisis financiera algunos países se han recuperado más que otros. ¿No cree que pedir una mayor convergencia es un reto demasiado difícil, teniendo en cuenta la diversidad de los países del euro?

La idea europea y la solidaridad europea, en las que se basa toda la construcción europea, requieren esfuerzos comunes y un fortalecimiento de la comprensión y la cooperación entre los países miembros. Debe haber un panorama claro de las obligaciones y normas que todos deben respetar, con vistas a la unificación monetaria, aduanera y fiscal. Si queremos que las economías de los Estados miembros converjan, cada uno de ellos, dependiendo de cuáles sean los problemas financieros a los que se enfrenta y el estado de su economía, debe asumir sus obligaciones. Los países más prósperos deben ayudar a fortalecer a los más débiles, según unos términos específicos que sean fruto de un diálogo serio.

El CESE sostiene también que resulta clave apoyar la competitividad y la innovación de las pymes. ¿Desdeña entonces la importancia de apoyar a las grandes empresas, que pueden ejercer luego como tractoras de las pymes?

Las pymes representan el 98% de las empresas europeas y desempeñan un importante papel económico y social. Para apoyarlas en el nuevo entorno económico global se necesitan políticas específicas, que la UE no ha aplicado o no ha querido aplicar hasta ahora, debido a su elevado coste. Las grandes empresas no necesitan medidas especiales ni protección. Disponen de sus propios mecanismos, capital, apoyo bancario y organización para hacer frente al entorno competitivo global.

Alerta el CESE de la posibilidad de que tengamos un sistema multipolar basado en más de una moneda clave. ¿Qué hay que hacer para evitarlo?

No existen soluciones fáciles, y el papel de la moneda tampoco viene determinado por una legislación específica. Los mercados internacionales, que son independientes y operan bajo criterios de carácter estrictamente económico, son los que decidirán el futuro de cada moneda.

Defiende el CESE una apuesta diplomática por el euro más efectiva. ¿Es eso posible, teniendo en cuenta las diferencias entre unos países y otros?

El CESE considera que, además del importante papel desempeñado por el BCE a nivel político, la Comisión también debe secundar los esfuerzos de apoyo al euro para que este se convierta en una moneda internacional fuerte. En este momento, Bruselas no cuenta con una política diplomática específica en relación con el euro.

¿Deben liderar esa diplomacia económica Francia y Alemania, al ser considerados los dos países locomotora de Europa?

Estos dos países juntos están llamados a desempeñar un papel muy importante para el apoyo internacional al euro. Siempre han sido y son las fuerzas que han impulsado a la UE en la senda de la unificación. En cualquier caso, hoy se necesita el apoyo de todos los grandes países, como España, los Países Bajos, etc.

El CESE insta a la Comisión a que estudie las posibilidades para crear activos en euros más líquidos y seguros. ¿Cómo debe materializarse esa propuesta?

Esto solo puede suceder si el euro convence a los mercados y a las grandes empresas multinacionales de que constituye realmente una solución alternativa al dólar y empieza a utilizarse como moneda internacional de intercambio y de contratos en sectores económicos clave como la energía, la navegación, el transporte y la construcción.

¿Hasta dónde debe llegar la independencia del Banco Central Europeo para conseguir ese euro fuerte que reclama el CESE?

Gracias al presidente Draghi, el BCE ha adquirido un notable grado de independencia que debe mantenerse en el futuro. Mi opinión personal es que sean las instituciones europeas (el Parlamento, la Comisión y el Consejo) las que dicten las reglas políticas europeas, mientras que el BCE debe mantener la libertad de circulación de capitales.

¿No cree utópico que pueda cumplirse todo lo pide el CESE en el escenario de guerra comercial que Donald Trump está imponiendo? ¿Puede el proteccionismo frustrar los esfuerzos para contar con un euro más fuerte?

Las propuestas del CESE no son utópicas, pero requieren de decisiones políticas serias, solidaridad y coherencia; características que, en la UE actual, desgraciadamente, brillan por su ausencia. Si queremos una moneda seria, necesitamos una política fiscal y monetaria común a nivel europeo, así como unos mercados financieros que funcionen plenamente.

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