Anglicismos

Por qué lo llaman 'hub' si quieren decir centro de negocios

Los anglicismos se han convertido es vocablos habituales en toda conversación, presentación, jornada y curso que se precie, especialmente en el ámbito económico, a pesar de disponer de un rico vocabulario español que permite traducciones mucho más fáciles de entender. 

Los anglicismos se han convertido en vocablos habituales de las conversaciones en español.
Los anglicismos se han convertido en vocablos habituales de las conversaciones en español.
Pixabay

Si un día de estos acude a su empresa y el jefe le recibe con una amable sonrisa acompañada de “Te voy a dar un feed back”, no tema, no está despedido. Solo quiere mantener una conversación para decirle con claridad que esa idea de acudir al 'crowdfunding' para poner en marcha una 'start up' puede resultar un éxito si además encuentra un 'bussines angel' con quien tendrá financiación para demostrar su 'khow how'. Y seguramente esa conversación le resulte de lo más comprensible a pesar de estar plagada de numerosos anglicismos que puede que no aparezcan en el diccionario de español pero con los que ya estamos más que familiarizados (o no) y que entendemos muy bien aunque no sepamos cómo traducirlo mejor.

Estos barbarismos se han colado en nuestras conversaciones cotidianas, especialmente desde la llegada de la tecnología y la utilización del inglés como idioma universal en la red, y no hay curso, jornada, seminario, mesa redonda o presentación en la que estos términos NO se cuelen con la más absoluta naturalidad dando lugar a una especie de espanglish (cada vez más english y menos spanish) que se ha convertido en el idioma oficial de las conversaciones de empresas de todos los sectores, de las reuniones de publicistas o incluso de debates y propuestas de profesionales del sector agrario.

Pero todo tiene su traducción, aunque decirlo en español suponga tener que utilizar más de una palabra y quizás no suene tan moderno. Como muestra, he aquí unos ejemplos.

1.-Hub. Cuando escuche este término tenga en cuenta que sus usos son diversos. Si quien lo verbaliza es un informático esta haciendo referencia a un dispositivo con el se pueden conectar varios aparatos entre sí y hacer que se comuniquen entre ellos. Pero si de ello habla la empresa podría haber utilizado punto de conexión, concentrador o nodo, o simplemente centro de negocios porque a lo que se está refiriendo es a un centro neurálgico en torno al cual se concentra y se mueve un determinado sector.

2.- Coworking. Su traducción literal es cotrabajo, como recomienda utilizar la Fundéu, aunque no parezca una expresión muy técnica, porque en realidad este anglicismo a lo único que hace referencia es a esa forma de trabajo en el que profesionales independientes, emprendedores y pymes de diferentes sectores comparten espacio (físico o virtual) para realizar de forma independiente sus proyecto o, si llega el caso, fomenta los proyectos conjuntos. Un concepto que en el español más castizo sería algo así como compartir gastos en la oficina y estar cerca para poder trabajar juntos si resulta necesario o rentable.

3.- Crowdfunding. Es un término económico que se ha colado en nuestras vidas cotidianas, porque ahora, y aprovechando las redes, cualquier persona puede poner en marcha una campaña de crowdfunding para hacer realidad el sueño de su anciana abuelita, para disponer de un carísimo y necesario tratamiento médico, para lanzar un disco con el que entrar en el panorama musical o para poder comprar vestuario y realizar en un escenario local una obra de teatro. Porque el crowdfunding es financiación, dinero, conseguido eso sí de diversos (y generalmente numerosos) pequeños mecenas. Tiene traducción. Porque si de lo que estamos hablando de pequeñas aportaciones económicas que nos han llegado desde numerosos participantes podemos denominarlo micromecenazgo, financiación popular o microfinanciación popular.

4. Business angel. Leáse (y dígase) padrino inversor o padrino empresarial cuando quiera referirse a esa figura que no solo invierte su dinero en proyectos de riesgo con la esperanza de obtener incentivos fiscales cuantos más, mejor, sino que apuesta por empresas (generalmente emergentesy disruptivas) que necesitan (y casi no encuentran) financiación y para las que se convierten en padrinos de los proyectos, bien por sus aportaciones económicas o bien por sus conocimientos del sector, su experiencia en la actividad…

5.-Elevator pitch. Ahora ya no hay presentaciones o discursos. Ahora lo que se lleva es el elevator pitch. Pero es lo mismo. Su traducción literal es ‘conversación de ascensor’, pero el término no hace referencia a un intercambio banal de ideas. Todo lo contrario. Si se utiliza este anglicismo es para insistir en la brevedad, porque es la última moda para referirse a aquellas exposiciones que tienen que realizarse en apenas unos pocos minutos.

6. Start up. De los elevator pitch saben mucho las start up, ya que lo utilizan constantemente en sus presentaciones. Este barbarismo parece no tener correspondiente en español por lo habitual que se ha convertido en el día a día empresarial. Pero lo hay. Una start up es una empresa. Con características definidas, pero un empresa. Es cierto que el término hace referencia al mundo de la innovación y las nuevas tecnologías, pero indica que se trata de una sociedad que pese a su juventud o su falta de recursos es capaz de conseguir importantes resultados en el mercado. Por eso, puede llamarla empresa emergente o empresa en crecimiento que seguro que le entienden mejor.

7. Greening. El uso de anglicismos también ha echado raíces en el campo. Se lo debe a la Política Agraria Común (PAC) que para complicar aún más su complicada aplicación ha introducido términos que los profesionales agrarios españoles han adoptado en su vocabulario, y un solicitud de las ayudas, con la más absoluta naturalidad. Uno de ellos es el greening, que no es otra cosa que el pago verde, alternativa que utiliza el Ministerio de Agricultura, para referirse a este concepto, que engloba a las ayudas que Bruselas remite a los perceptores por las prácticas beneficiosas para el clima y el medio ambiente. Hay que lo llama ecologización, que es un término quizá un poco raro pero que puede ayudar a evitar confusiones, porque sucede que también en el sector agrario se utiliza el greening con un significado muy distinto: es uno de los nombres con el que se denomina a una enfermedad que afecta a los citricos (naranjos, limoneros y mandarinos), y que también se conoce como  huanglongbing (‘enfermedad del dragón amarillo’ en chino) y por las siglas HLB.

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