Por
  • Alicia Asín

Privacidad utópica

Si el producto es gratis, el producto eres tú.
Si el producto es gratis, el producto eres tú.
HERALDO

El 15 de mayo me topé con dos noticias interesantes. Por un lado, el anuncio de Google, que se ha sumado a la moda de ‘tu privacidad nos importa’ estrenada por Facebook creando una central de seguridad en Múnich. Por otro, la publicación de un estudio de Kaspersky Labs afirmando que el 44% de los españoles vendería sus datos personales, algo que interpretaban como una relajación de nuestra valoración de los riesgos ‘online’. Visto así, casi se podrían ahorrar las molestias. ¿O no?

Los debates sobre la hipocresía en torno a nuestra privacidad están más que superados y hace tiempo que la mayoría entendemos que intercambiamos ciertos datos por ciertos servicios. También somos conscientes de que la regulación va dos pasos por detrás de las grandes empresas y que ni siquiera las políticas ‘opt-in’ -marcar expresamente que quieres compartir tus datos- frente a las extendidas (y a menudo escondidas en ilegibles términos y condiciones) ‘opt-out’ son la solución.

Entender que nuestros datos son la fuente de negocio de muchas empresas alimenta nuestro escepticismo cuando estas alardean de poner la privacidad de sus usuarios como una prioridad. Ese 44% de personas que venderían sus datos no es que haya relajado sus costumbres, es solo que ha entendido profundamente eso de ‘si el producto es gratis, el producto eres tú’ y ha sacado su lado más pragmático reclamando participar en el negocio con algo más que servicios gratuitos. Desesperanza, evolución, o quizá ambas cosas.

Alicia Asín es cofundadora de Libelium

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