El ‘Ikea de las taquillas’ con fábrica en Zaragoza

¿Qué industria, hospital, gimnasio o aeropuerto no necesita una taquilla o una cabina de vestuarios? Ese es el nicho de mercado que Alfonso Fernández, Lorena Cucalón y Francisco José Peñas supieron aprovechar para poner en marcha en 2011 la empresa Soluciones Técnicas Fernández Cucalón cuya marca Taquillea crearían unos años más tarde. "Saica, Opel, ABB, pero también Caladero, Fribin o el matadero de Binéfar, al que acabamos de suministrar 1.600 taquillas, son algunos de los clientes que nos han permitido llegar adonde estamos", asegura Alfonso, consejero delegado de la firma aragonesa.

Después de haber trabajado siempre por cuenta ajena, a raíz de la crisis y hace 8 años este trabajador se hizo emprendedor. Al principio distribuía producto en tabiquería, forrados de paredes y equipamiento con montaje incluido y acabó cuatro años más tarde, en 2014, asumiendo todo el proceso íntegro desde el diseño a la producción y la venta. "Fabricamos taquillas en tablero fenólico, inalterable a la humedad, y diseñamos módulos y bisagras de tal forma que el cliente pueda montarlas de forma muy sencilla. Por eso, nos llaman el ‘Ikea de las taquillas’", explica Alfonso, que reconoce que el negocio no sería lo mismo sin la entrega de un equipo totalmente implicado y las ideas aportadas por su hermano Javier Fernández, a quien se le ocurrió montar en 2016 una tienda virtual para vender a través de internet estas taquillas. "Uno de los primeros clientes por esta vía fue Pescanova", indica y ahora el 60% de los pedidos llega así, añade Alfonso. "Servimos a cadenas de gimnasios como McFit o a aeropuertos a través de Aena, a la fábrica de Coca-Cola en Granada o a los estudios de TVE en San Cugat". Tener estocaje, trabajar con un material mucho más competitivo que la tradicional taquilla metálica y el sencillo montaje son tres valores diferenciales que explican el auge de Taquillea.

Un largo aval de proyectos como su participación en la ampliación de las instalaciones de DPZ, la reforma del Centro Cívico Delicias, o actualmente la de los juzgados de la plaza del Pilar corrobora el buen hacer de esta empresa familiar que ha sabido alumbrar un negocio industrial y digital. 'En 2014 optamos por no trabajar tanto con intermediarios y tener nuestro propio taller en Empresarium'. A final de 2017 se les quedó pequeño y se trasladaron a María de Huerva donde han doblado las líneas de producción. Desde 2015 la cifra de negocio no ha parado de crecer de 652.000 euros a 2.250.000 euros del año pasado. 'Hemos registrado crecimientos del 50% y queremos mantener eso', concluyen.