Una de cada seis familias españolas cayó en la pobreza durante la crisis y no se ha recuperado

La clase media se ha polarizado y tiene actualmente diez puntos menos de la renta nacional en comparación con la que ostentaba en el año 2010.

Campaña de recogida de alimentos en Zaragoza para las familias más desfavorecidas
Campaña de recogida de alimentos en Zaragoza para las familias más desfavorecidas
Oliver Duch

La desigualdad entre pobres y ricos es cada vez más evidente, una polarización que se agudiza en España y castiga principalmente a mujeres y niñas, dos de los colectivos más vulnerables. Los ricos siguen siendo ricos y los pobres tienen muy difícil salir de esa pobreza en España a lo largo de su vida, más tras la crisis. Éstas son dos de las principales conclusiones que se extraen del informe publicado este domingo por Oxfam Intermón bajo el título ‘Desigualdad 1-Igualdad de Oportunidades 0. La inmovilidad social y la condena de l pobreza’, que se presenta en el Foro Económico Mundial en Davos, que reúne de nuevo en Suiza a las élites políticas y empresariales.

Y es que en España la desigualdad se disparó a raíz de la última crisis, hasta tal punto que no se ha conseguido revertir pese a la recuperación (cuando se encadenan ya cuatro años consecutivos de fuerte crecimiento del PIB, con alzas cercanas o superiores al 3%, algo que nos sitúa e la cabeza de Europa). Pero esto ha tenido un precio alto: el adelgazamiento de las clases medias. De hecho, se estima que uno de cada seis hogares de clase media cayó en la pobreza durante la crisis y no se ha recuperado, pese a la actual situación de crecimiento, según resalta el mencionado informe. De esta forma, la clase media española tiene hoy 10 puntos menos de la renta nacional en comparación con la que ostentaba en el año 2000.

Los datos no dan lugar a la esperanza: en España la pobreza aumentó durante la crisis cuatro veces más de lo que se ha reducido con la recuperación, algo que es fiel reflejo de la grave desigualdad que vive el planeta. Desde el inicio de la recuperación, el crecimiento económico ha beneficiado desproporcionadamente a las rentas altas. Así, el año pasado aumentaron en 16.500 los hogares en los que no entró ningún tipo de ingreso, alcanzando los 617.000. Mientras los ultramillonarios –personas cuyos activos netos equivalen o superan los 40 millones de euros– aumentaron en un 4%, llegando a la cifra récord de 1.690 personas.

"Esta alarmante crisis global de desigualdad es el reflejo del fracaso del sistema económico actual", advierte el director general de Oxfam Intermón, José María Vera, quien alerta de que "los Gobiernos deben actuar inmediatamente para lograr cambios reales y un futuro digno para todas las personas y no solo para una minoría privilegiada".

Cuatro generaciones

No se trata de un hecho baladí. Cuanto más desigual es una sociedad, más condicionado estará el futuro de niños y niñas por el nivel de ingresos del hogar en el que nacieron y menos igualdad de oportunidades habrá entre unos y otros. Si no se reducen los actuales niveles de inequidad, la OCDE estima que en España se necesitarán 120 años, cuatro generaciones, para que una familia del 10% más pobre alcance los ingresos medios. En esta línea, el informe detalla cómo la pobreza y la riqueza en España se heredan. Si se nace en una familia de ingresos altos se ganará un 40% más que si se crece en un hogar con ingresos bajos. Además, el sistema educativo es ahora más inequitativo que antes de la crisis. De todas las personas que abandonan prematuramente sus estudios, una de cada dos pertenece al 20% de hogares con menos ingresos.

Hasta tal punto afecta esta desigualdad –señala– que, por ejemplo, si vives en un barrio rico de Barcelona tu esperanza de vida será de 11 años más que si tu casa está en un barrio pobre. En Madrid, esta diferencia alcanzaría los 7 años. "En España y en el mundo el sistema no solo no es capaz de reducir la pobreza, sino que ahora es más aguda", resalta Vera.

El estudio hace hincapié además en que en España tampoco hay un sistema fiscal progresivo, de forma que se recauda poco y mal para poder contar con un sistema de protección social eficaz contra la pobreza. La presión fiscal sobre el PIB es del 34,5%, 6,9 puntos inferior a la media de la zona euro, según señala a esto se le añade otros dos enemigos para la desigualdad: la precariedad laboral y un sistema de protección "ineficaz, que no garantizan una vida digna a las personas más vulnerables" Así, el 13% de los trabajadores vive por debajo del umbral de la pobreza.

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