¿Temen (ahora más) al 'brexit' las empresas aragonesas?

El rechazo del Parlamento británico al acuerdo del Reino Unido y la UE añade incertidumbre a los exportadores de la Comunidad, a los que preocupa “el precipicio de una ruptura caótica”.

Los británicos vuelven a encontrarse en la encrucijada de su relación con la UE
Los británicos vuelven a encontrarse en la encrucijada de su relación con la UE
Pixabay

En su último boletín trimestral de coyuntura, elaborado por la consejería de Economía publicado el pasado mes de diciembre, el Gobierno de Aragón quita hierro a los efectos que tendría la salida del Reino Unido de la Unión Europa. Asegura que no se espera que la comunidad sea una de las regiones más perjudicada por los posibles efectos negativos del ‘brexit’, ya que distintos factores limitarían el impacto. Y entre ellos destaca la menor participación en la economía aragonesa de sectores como el turismo, una menor dependencia de su mercado inmobiliario de las ventas a extranjeros, una exposición inferior a la inmigración proveniente del Reino Unido o un incremento de la diversificación de los mercados exteriores aragoneses en la última década. De hecho, según los datos oficiales, las exportaciones de Aragón al Reino Unido han ido perdiendo fuelle en los últimos diez años. Si en 2007 las ventas a este país ascendías a casi 961 millones de euros, en 2017 la cifra se había desplomado hasta los 755,9 millones de euros, lo que supone un descenso acumulado del 21,3%, que ha sido especialmente acusado desde que los británicos dijeron sí en un referéndum a su divorcio con la UE en 2016.

Pero lo cierto es que el rechazo del Parlamento británico al acuerdo para la salida del Reino Unido de la UE, que había dado cierta tranquilidad a los exportadores españoles, vuelve a despertar el temor entre las empresas aragonesas, preocupadas cada vez más por el incierto escenario al que se enfrentan y por las consecuencias que tendría una ruptura caótica con un mercado que, a pesar del descenso de las ventas, continúa siendo el cuarto cliente más importante de la Comunidad.

“Se veía venir el no al acuerdo”, reconoce José Ignacio Domingo, director gerente de la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón, que reconoce que este paso atrás añade inquietud en las empresas de este sector, para las que el mercado británico es una plaza destacada. “Si hay una salida brusca, la burocracia será mucho más complicada porque el Reino Unido pasará a ser un país tercero”, explica Domingo, que insiste en que la necesidad de realizar más trámites supondrá “dificultades que suponen mayores costes”. A ello habría que sumar la imposición de aranceles (que ahora no existen por ser miembro de un mercado único) que, según los cálculos del Gobierno central, podría llegar a encarecer los productos una media de un 10%, un porcentaje que en algunos casos podría elevarse hasta el 20%.

Además, añade el director de AIAA, “se habla de una posible devaluación de la libra, aunque no se sabe cuánto y cuándo”. Pero esa circunstancia, explica Domingo, supondrá una pérdida de poder adquisitivo de los británicos y “nuestros productos serán más caros”, lo que podría impactar de forma negativa en el volumen y el valor de las ventas. Pese a todo, y ante la diversidad de escenarios que se abren ahora, el representante de esta organización empresarial confía en que el camino no sea “acercarnos al precipicio de un ‘brexit’ duro”, porque además “es difícil prepararse porque las decisiones no están en nuestras manos”, señala Domingo.

"Expectación y cautela"

Campo de Borja exporta 3,5 millones de botellas de sus vinos al mercado británico, “una cantidad muy importante para una denominación de origen como la nuestra”, señala su secretario general, José Ignacio Domingo. Pero, de momento, las bodegas con más volumen de exportación “son muy prudentes” cuando se les pregunta por la inquietud que despierta la salida del Reino Unido de la UE y el rechazo al acuerdo alcanzado con Bruselas. “Están expectantes y son cautelosas en su valoración”, señala el secretario de la D. O., que explica que hasta ahora, y a pesar de los rumores sobre la dureza comercial que puede imponerse en ese destacado mercado, las transacciones se están realizado con normalidad, no se han notado cambios drásticos y “las bodegas no nos trasladan excesiva preocupación”, explica.

La D. O. Cariñena también tiene un destacado volumen de negocio en el Reino Unido. Es su segundo cliente de entre los casi 60 países a los que exporta, por lo que sus bodegas están “lógicamente expectantes” ante los nuevos escenarios que ahora se abren. “Hasta que no tengamos información clara por parte del Ministerio de qué es lo que va a suceder vamos con mucho tiento”, explica Ignacio Casamitjana, presidente del consejo regulador. Casamitjana destaca que, de momento, no hay una postura clara ni decisiones que tomar porque “las relaciones están funcionando como siempre”. Hay que esperar, insiste, para saber cómo va a reaccionar el Reino Unido, aunque se muestra convencido de que lo más lógico sería que haya un aplazamiento de la ruptura que evite una salida el día 29 de marzo y que se renegocie el acuerdo.

No comparte, sin embargo, el argumento de algunos bodegueros que opinión que la conversión del Reino Unido en un país tercero si termina por abandonar la Unión Europea podría ser positivo ya que podrían promocionar los caldos en este país haciendo uso de las subvenciones que la OCM pone a disposición del sector para exportar en países fuera de la frontera de la UE. “El Reino Unido es un mercado muy estable y ni utilizando las subvenciones para hacer campañas y publicidad se conseguiría esa misma estabilidad”, dice Casamitjana, que insiste en que estos programas están bien cuando se quieren abrir nuevos mercados, pero no son tan eficientes cuando ya se está introducido en el país.

Muy crítico se muestra el presidente la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza, Manuel Teruel, que lamenta el “desastre” que originó “un político que decidió cortar la rama estando él encima”. Y desde entonces, “vamos de un desaguisado a otro”, lamenta Teruel, que insiste en que tras el rechazo del Parlamento británico al acuerdo “estamos exactamente igual a como estábamos”. Reconoce, eso sí, que la situación no deja de añadir incertidumbre, pero asegura que no está más preocupado, aunque advierte que si la ruptura con la UE se hace ‘a la brava’ “ya veremos entonces qué consecuencias tiene”. Y señala que desde luego la situación “es mala para todos”, pero especialmente para los británicos.

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