Secador de pelo: cinco usos más allá del baño

Ducharse por la mañana o por la noche es cuestión de gustos, pero no lo es salir a primera hora de la mañana o meterse en la cama con el pelo empapado. El secador, sobre todo cuando bajan las temperaturas y evitar los catarros se convierte en una lucha diaria, es el mejor aliado del cuarto de baño, pues, además de quitar la humedad del pelo, facilita el peinado. Sin embargo, no muchos saben que este pequeño electrodoméstico puede cumplir muchas más funciones dentro del hogar que la asignada, convirtiéndose en uno de los aparatos más versátiles de casa y también en uno de los más efectivos a la hora de limpiar.

Una plancha improvisada. Hay algunas mañanas que el tiempo se echa encima antes de ir a trabajar y, para colmo, la camisa elegida tiene unas arrugas lo suficientemente visibles como para tener que montar la tabla de planchar y ponerse manos a la obra. Este es el momento perfecto para darle otro uso al secador y usarlo para eliminar los pliegues de la ropa: solo hay que aplicar agua sobre la zona y aplicar aire caliente.  Un plumero eléctrico. Algunas veces ni con el mejor de los paños se puede quitar el polvo de las esquinas o las zonas más ocultas de los muebles. En estos casos, el secador puede ser una gran opción, pues, al aplicarle aire frío a estas zonas, se puede conseguir que el polvo se desplace hacia zonas fáciles de barrer y fregar.  Un aliado contra la cera. Las velas aromáticas, además de perfumar el hogar, ayudan a crear ambientes y, ya de paso, a ahorrar algo en la factura de la luz. Sin embargo, la cera que desprenden es capaz de estropear cualquier superficie, ya que si se queda muy adherida y se intenta rascar para quitarla, lo único que se va a conseguir es rayar el mueble o el suelo. Para evitar este disgusto, lo mejor es aplicar calor con el secador sobre la zona hasta que la cera se ponga blanda y poderla retirar así con un paño sin mucho esfuerzo.  Adiós a los dibujos en las paredes. Aquellos que conviven con niños de entre dos y seis años sabrán, de primera mano, que las paredes de casa se les asemejan muchas veces como el mejor lienzo en el que plasmar sus obras de arte. Lo peor es que estos dibujos son muy difíciles de quitar sin dañar la pintura y dejar un borrón de por vida. No obstante, con el secador de pelo se pueden minimizar los resultados, ya que si se aplica calor sobre el grafiti y después de pasa una toallita húmeda, el dibujo acabará siendo una sombra fácil de disimular.  Herramienta pastelera. Hay veces que, aunque se haya embadurnado de mantequilla y harina el molde del bizcocho para que no se pegase, a la hora de sacarlo, este postre se resiste y acaba rompiéndose en varios trozos difíciles de presentar con orgullo. Pero, si a la base del recipiente se le aplica calor durante unos minutos, después de haber pasado un cuchillo por el borde para separar los laterales, el bizcocho saldrá entero y perfecto para convidar a cualquier invitado.