Una oportunidad que puede cambiarlo todo

El VII programa Coach de integración laboral de la Fundación Exit ofrece una oportunidad en el entorno laboral a jóvenes en riesgo de exclusión social.

Silvia Rodrigálvarez, de Airtex, con Erick Zeas, uno de los participantes del año pasado.
Silvia Rodrigálvarez, de Airtex, con Erick Zeas, uno de los participantes del año pasado.
Heraldo

“Tenemos que dar un paso adelante, pensar bien en nuestro futuro, en lo que queremos ser”. Así de convencido se expresa a sus 23 años Erick Zeas, uno de los jóvenes que han disfrutado del programa Coach de la Fundación Exit en Zaragoza. La séptima edición de esta iniciativa comenzará el año que viene, pero la esencia no ha cambiado desde su origen: sumar a empresas, centros educativos e instituciones sociales en aras de lograr reducir el elevado porcentaje de abandono escolar prematuro, que en Aragón se sitúa en el 16,4%, cifra que supera ampliamente la media de la UE, del 10,6%. Las compañías interesadas en colaborar de forma voluntaria pueden inscribirse hasta el 15 de enero.

El objetivo del programa es ofrecer a jóvenes en riesgo de exclusión una oportunidad, mostrarles una ventana a través de la cual puedan asomarse al mundo laboral. “No pretendemos encontrarles un empleo, sino motivarles, orientarles en su formación”, comenta el director de Proyectos de la Fundación Exit, Pablo Zimmermann. Las empresas suelen repetir, pero la esperanza de la organización es que el número crezca para así afianzarse en la capital aragonesa, tras lo cual explorarán las posibilidades de Huesca o Teruel. Las cifras son "esperanzadoras": más de un centenar de jóvenes han participado en la iniciativa en ediciones anteriores junto a más de una quincena de empresas con más de 120 voluntarios.

Los participantes, seleccionados en colaboración con centros educativos e instituciones sociales, son alumnos de cursos de formación profesional básica, gente que “se puede comer el mundo, pero su desmotivación o situación personal suponen un problema -insiste Zimmermann-. El mundo empresarial les parece un entorno universitario, de másters… Y eso no es real", advierte en relación al amplio abanico de puestos que ofrece una compañía.

Lejano, inalcanzable

Zeas coincide con Zimmermann. Y narra que, desde su perspectiva, la empresa parecía algo lejano, inalcanzable. Pero ahora, tras haber tenido la oportunidad de conocerla de cerca, ha comprobado que no es así. Ha podido darse cuenta de la importancia capital de la formación, pero también de lo sano que puede ser un ambiente de trabajo positivo, el sentimiento de equipo. Su mentora fue Silvia Rodrigálvarez, del departamento de Recursos Humanos de Airtex. Y con ella estableció en consecuencia un vínculo tanto profesional como personal. “Aprendimos mucho el uno del otro -recalca Rodrigálvarez-. Él me comentó que áreas como el marketing le llamaban especialmente la atención, así que planificamos sesiones especializadas. Antes no tenía nada claro si quería continuar su formación; ahora sí, espero que gracias al programa”.

Zimmermann apostilla que casi todas las empresas que colaboran repiten. Y Rodrigálvarez afirma que su compañía no será una excepción: “Fue nuestra primera vez, pero no será la última. Ya estamos preparando nuestra participación en 2019”. Además de Airtex, el año pasado contaron con empresas e instituciones como Adecco, el Clúster de Automoción, Endesa, Fersa Bearings, la Fundación KPMG, el grupo Rey Ardid, Northgate España e IQE. Y este año el número aumentará, vaticinan desde la Fundación Exit, donde presumen de que, al finalizar el mentorizaje, el 82% de los jóvenes aprueba el curso, mientras que el 75% continúa su formación. Una oportunidad puede cambiarlo todo. 

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