La situación de los repartidores de Glovo continúa en el aire

El recurso interpuesto por la empresa tras la resolución de julio de la Inspección de Trabajo, que sostenía que debían ser considerados como empleados por cuenta ajena y no como autónomos, no se ha resuelto todavía. CC. OO. Aragón ha organizado este jueves una asamblea informativa.

Un grupo de repartidores en la calle Cinco de Marzo de Zaragoza.
Un grupo de repartidores en la calle Cinco de Marzo de Zaragoza.
Aránzazu Navarro

"Los repartidores de Glovo tienen tanto un jefe como unos horarios que cumplir. Pueden, supuestamente, elegir cuándo están disponibles a través de la aplicación, pero necesitan para ello contar con una puntuación de su labor que corre a cargo de la empresa. No deciden el precio del pedido ni tampoco el modo en que se realiza su actividad. En resumen: no son autónomos". Así lo ha afirmado Sonia García, secretaria de Acción Sindical de CC. OO. Aragón, que ha organizado este jueves una asamblea informativa en la que se ha debatido el estado actual de los denominados 'riders' de la plataforma.

La compañía recurrió la decisión de la Inspección de Trabajo en Aragón, pionera el pasado mes de julio en actuar contra Glovo al entender que sus repartidores "deben ser considerados como trabajadores por cuenta ajena, no como autónomos". Por este motivo, el organismo cursó "el alta de oficio en el régimen general de la Seguridad Social de 326 'riders'". Y practicó acta de liquidación exigiendo a la empresa cotizaciones por importe de casi 400.000 euros. "Pero ahora todo está parado", ha lamentado García.

"Esconden situaciones de necesidad"

La sindicalista ha adelantado que su intención es "ponerse en contacto con los 'riders', valorar si es conveniente convocar otra sesión informativa o hablar con ellos en la calle para conocer sus impresiones. No los vamos a organizar, pero deben saber que podemos echarles una mano".

También en la asamblea informativa de este jueves ha querido contar su experiencia un extrabajador de la compañía en Zaragoza, que prefiere permanecer en el anonimato: "Me cesaron por una cláusula del contrato que hablaba de falta de profesionalidad. No me indicaron motivos concretos. Estuve con ellos como autónomo más de seis meses, pero ni la compañía ni mi encargado en la ciudad respondieron a mis correos". Respecto a su salario, ha indicado que "ganaba unos 900 euros al mes" por trabajar "unas seis horas todos los días, de lunes a domingo". En este sentido, García ha recalcado que estas condiciones "esconden las situaciones de necesidad que viven muchísimas personas".

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