Los economistas aragoneses ven el independentismo catalán como el mayor peligro parael crecimiento

Comienzan a detectar que la buena marcha de la economía pierde ritmo y consideran que la escasa calidad de la clase política es un factor de riesgo para la recuperación, a la que ayudaría la rebaja del impuesto de sociedades a un tipo único del 20% y una mayor liberalización del mercado de trabajo.

Preocupaciones de los economistas aragoneses ante problemas políticos de la economía española
Preocupaciones de los economistas aragoneses ante problemas políticos de la economía española
V. M.

Los economistas aragoneses son optimistas con la situación actual, pero menos. La inercia positiva que perciben desde 2015 comienza a perder ritmo y es menor el porcentaje que mantiene las buenas perspectivas para el próximo año. El panorama se vislumbra mejor para Aragón, pero el porcentaje es sensiblemente inferior cuando se trata de hacer estimaciones de la evolución del PIB español el próximo año, para el que detectan un ralentización del crecimiento, y se desploma al 40% los que confían en que la economía europea mantenga su actual tono.

Lo han dicho en la encuesta de coyuntura realizada desde hace 10 años por el Colegio de Economistas de Aragón entre sus 1.367 colegiados y que este viernes ha presentado su decano, Javier Nieto, y la catedrática y miembro de su junta de gobierno, Natividad Blasco. Una encuesta en la que la inmensa mayoría de los economistas aragoneses (un 92%) consideran que el independentismo catalán y la escasa calidad de la clase política española son los problemas más importantes que la economía española tiene a corto y medio plazo. 

Es cierto que las preocupaciones políticas de los economistas han cobrado fuerza este año, pero hay un matiz. Nieto y Blasco han explicado que el estudio se realizó el pasado verano, justo en el momento en el que país vivía uno de sus momentos más convulsos con el conflicto catalán y la moción de censura al entonces presidente Mariano Rajoy. Dicho esto, Blasco ha señalado que el 83% de los encuestados considera que la “tentación populista” es “verdaderamente preocupante” para la economía española. Y aunque el 73% creen que falta liderazgo político de España en Europa, son menos que otros años los que consideran que esta circunstancia puede afectar de manera muy decisiva en la economía.

Les preocupa también cómo impactará en la recuperación los problemas económicos con los que se enfrenta actualmente el país. El futuro del sistema de pensiones se sitúa en el ‘top ten’, en el que también se cuela el entono internacional y especialmente las amenazas que supone las políticas arancelarias de Trump y el proteccionismo global. “Este temor demuestra que están plenamente concienciados con el peso que el mercado exterior tiene en nuestra economía”, ha detallado Blasco, que ha señalado que, por primera vez desde que se realiza esta encuesta, los elevados niveles de deuda pública aparecen tan claramente señalados entre los temores de los economistas aragoneses. Sin embargo, y aunque el 92% lo considera un problema al que hay que dedicar recursos y políticas, los parados de larga duración, se ha reducido el porcentaje de profesionales que considera que pueden ser un riesgo para el incremento del PIB.

Estos profesionales se muestran más optimistas cuando analizan las perspectivas de Aragón, aunque continúan considerando que la dependencia de sectores económicos concretos, la inadecuada dimensión de la empresa aragonesa, el déficit de infraestructuras, el paro de larga duración, y la falta de apoyo al i+D+i conforman el talón de Aquiles de la economía aragonesa. “Es como un mantra que se repite todos los años”, ha reiterado la catedrática de la Universidad de Zaragoza, que ha matizado que, pese a ello, “ya nos vamos creyendo que tenemos una economía más diversificada o que hay más I+D, por lo que este año se ha puesto el foco especialmente en el déficit de infraestructuras”. Y su percepción sobre las empresas en las que estos economistas trabajan evidencian un leve deterioro del crecimiento. Aquellos que están empleados por cuenta ajena, según recoge la encuesta, señalan que los beneficios se mantienen, que no hay una mejora sustancial de las ganancias empresariales y que las inversiones se han frenado ligeramente, pero detectan un aspecto positivo y es que se percibe un aumento de contrataciones fijas en las empresas. Un incremento que, sin embargo, no comparten los profesionales que trabajan como consultores en las empresas.

Recomendaciones

En la encuesta realizada por el Colegio de Economistas de Aragón no solo se analizan los problemas. También se hacen recomendaciones sobre las medidas que, en opinión de este colectivo, contribuirían a mantener el ritmo actual de crecimiento. El 63% considera que influiría de manera muy decisiva la rebaja del impuesto de sociedades a un tipo único del 20% y la mitad de los encuestados insiste en la necesidad de rebajar el techo de gasto púbico. Pierden fuerza medidas defendidas en otras ocasiones como la rebaja del tipo máximo de IRPF, la devalución fiscal o el establecimiento de un impuesto a la banca. Hay también otras recomendaciones como la mejora de la distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades autónomas y son más (ahora un 63% frente al 58% de 2017) los que se muestran partidarios de una mayor liberalización del mercado de trabajo para darle una mayor flexibilidad. “Esto no hace referencia solo a rebajar los costes de los despidos, sino que de lo que se trata es dar herramientas a las empresas para adaptar su plantilla a sus necesidades productivas”, ha explicado el decano, que ha destacado que “la norma es ahora muy prolija y rígida y causa muchos problemas a la empresas y a los economista que trabajamos con ella”. Eso explica también que haya aumentado el porcentaje de encuestados que se muestra ahora más negativo (un 57%) a una derogación de la reforma que en 2017 (45%).

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