Joaquín Nieto, director de OIT: "Los sueldos necesitan recuperarse. España se lo puede permitir"

El director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para España asegura que se puede corregir la precariedad en el mercado de trabajo que ha dejado la crisis.

Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT en España.
Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT en España.
Teresa Rodríguez

¿Qué factura le va a pasar al empleo en España la digitalización?

La era digital es una oportunidad para cambiar las condiciones de trabajo a mejor. Es decir, que el deterioro que ha sufrido la calidad del empleo no ha sido por razones tecnológicas sino porque con la crisis se hicieron cambios que no iban a mejorar sino a empeorar las condiciones. En las situaciones de crisis eso suele pasar. Ahora lo que hace falta en primer lugar es que la recuperación económica, que la ha habido, se traduzca en recuperación social antes de que empiece a haber dificultades económicas porque el crecimiento ya se está ralentizando y eso no debería ser excusa para volver a retroceder en las condiciones del empleo.

¿Se podrá recuperar esa gran pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los salarios?

No ha sido tanto el salario nominal, que se ha estancado, sino la gran transformación que ha tenido lugar. Se han perdido empleos con antigüedad y bien remunerados y se han cambiado por empleos sin antigüedad, en condiciones de temporalidad o tiempo parcial peor remunerados. Eso es lo que ha hecho bajar considerablemente la recuperación salarial en su conjunto, pero esto se puede corregir. Los sueldos necesitan recuperarse. Es justo que se recuperen pero además la economía española se lo puede permitir. Ahora mismo el conjunto de la riqueza que produce España en términos de PIB es superior al que producía antes de la crisis.

Sin embargo, la precariedad en el mercado laboral no se detiene

Hay dos líneas de trabajo que pueden detener ese deterioro. Una es cumplir la legislación existente porque a veces no es tanto la legislación la que ha retrocedido como las prácticas incumpliendo la legislación. Y otra es reforzar una legislación protectora de la causalidad a la hora de la contratación indefinida. No tiene sentido que en hospitales donde está clarísimo que es una actividad estable haya esos porcentajes de contratos temporales. Lo mismo en el mundo educativo o en muchos procesos industriales y de servicios. Entonces, reforzar la causalidad sería bueno tanto vigilando los incumplimientos como controlando el trabajo a tiempo parcial. Del 60% de las personas que en España trabajan a tiempo parcial, algo más del 50% lo hace involuntariamente, es decir, que les gustaría tener un contrato con más horas o a tiempo completo. Y sería bueno para la Seguridad Social, que necesita esos ingresos

¿Cree que en España, con una negociación colectiva tan debilitada, se podrá alcanzar esa recuperación social tan necesaria?

Está todo abierto. Hay que mirar con ambición para llegar a acuerdos de mejora que traigan por fin la recuperación social que todavía no ha llegado a España. Ha llegado la económica pero no la social y las organizaciones sociales y los sindicatos en el diálogo político deben defenderlo con ambición porque España se puede permitir una mejora de la situación social y una mejora de las condiciones de trabajo.

¿No debería jugar un papel más activo la OIT para frenar las deslocalizaciones de empresa a países con salarios más bajos?

En un mundo tan globalizado, con un empleo internacionalizado en forma de cadenas mundiales de suministro, donde ya trabaja un tercio de los trabajadores del mundo, efectivamente el rol de la OIT podría ser algo mayor pero nos lo tendrán que otorgar los mandantes, los Gobiernos, las organizaciones empresariales y sindicales. La tendencia debe ir hacia ahí, que haya una regulación mundial y unos mecanismos mundiales multilaterales. Estamos abiertos a que los constituyentes, igual que nos dieron un mandato en 1919, cien años después, en 2019, nos den otro mandato más acorde con los tiempos.

El trabajo decente ya no es solo cosa de la OIT, ¿no?

Así es. Ya no solo está en la agenda de la OIT sino de todas las Naciones Unidas (ONU) porque no vamos a eliminar del mundo el trabajo infantil que afecta a 152 millones de niños o niñas o el trabajo esclavo o forzoso que hacen 25 millones de personas en el mundo sin una acción concertada a nivel global. Otra vía es la de las empresas y los derechos humanos. Cada vez hay una mayor exigencia de que los Estados garanticen y protejan los derechos humanos en el mundo pero que también las empresas los hagan a lo largo de toda la cadena de suministro con la diligencia debida. Y esa es otra agenda importante que se ha abierto a nivel mundial.

¿No debería ser la velocidad de acción mayor para frenar el crecimiento de la desigualdad en España y en otros países?

Efectivamente. La velocidad de los cambios es mucho mayor a la capacidad de acordar acciones en ese nuevo contexto. Este es un asunto sobre el que hay que reflexionar y evidentemente es todo el sistema de Naciones Unidas el que debería disponer de una mayor agilidad y capacidad de intervenir en un mundo global.

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