El sector del transporte en Aragón, muy preocupado por la escalada del precio del combustible

El gerente de Fetraz, Fernando Viñas,  asegura que "hay mucha inquietud entre los profesionales" porque el gasoil representa de media más del 30% de la estructura de costes de las empresas

Imagen de archivo de camiones parados tras el corte del túnel del Canfranc
Imagen de archivo de camiones parados tras el corte del túnel del Canfranc
Veronica Lacasa

"No sabemos cuando tendrá fin esta escalada de precios", reconoce Fernando Viñas, gerente de la Fetraz (Federación de Empresas de Transportes de Mercancías de Zaragoza) pero "esta generando mucha preocupación en el sector". El coste del combustible, explica, "representa de media entre el 30% y el 40% de la estructura de costes de una empresa, más incluso que el gasto del personal, con lo que hay una tremenda inquietud entre los profesionales". El sector de transporte de mercancías en la provincia de Zaragoza suma 19.500 empleos.

"Nosotros somos los primeros que no queremos que esté el carburante tan caro. Al revés, queremos que sea un precio razonable para que el consumidor se anime a llenar su depósito", asegura Pilar Soto, presidenta de Aesar (Asociación de estaciones de servicio de Aragón". Al final, reflexiona, "si el combustible está muy caro, afecta a la economía en general, porque luego esa empresa lo tiene que repercutir". El dato de ayer, 10 de octubre, "es bastante alarmante: el precio del barril brent cerró a 84,74 dólares mientras que hace un año en la misma fecha estaba a 56,62 dolares".

Este tremendo incremento lo atribuye Soto a las nuevas sanciones a Irán por parte de Estados Unidos, a la limitación de producción por parte de la OPEP acordada con Rusia hace dos años y que se mantiene y a la grave crisis que sufre Veneuela. "Tener el crudo tan caro es una barbariedad", confiesa. "Si a eso le sumas que el 50% del precio del combustible son impuestos y que desde enero de 2019 se suprimirá el tramo autonómico de la tasa al carburante (4,8%) pero se va a poner el impuesto especial, de cuantía semejante, las perspectivas no son muy optimistas sobre que la situación vaya a mejorar". Al final, reconoce Soto, "no podemos sino asumir lo que el Gobierno decida". Al contrario de lo que se piensa, añade, "nuestro margen es muy pequeño: entre los impuestos y el coste del personal que es del 65%, a veces nos resulta muy difícil competir". En este sentido, reivindica el servicio que prestan las gasolineras con personal propio, las integradas en Aesar. "Generamos entre 1.600 y 1.700 puestos de trabajo" y eso, apostilla, debería tenerse en cuenta.

El descontento de la presidenta de Aesar era similar al que mostraban algunos de los conductores que paraban a repostar en la gasolinera BP de la carretera de Castellón. "Siempre pagamos los mismos", decía  Mohamed Tamer. "Tendrían que abaratar el combustible. No podemos seguir así", añadía otro conductor, José Mª Mur, muy crítico con la demonización del diésel. "Por mucho que lo pongan más caro, te permitirá seguir haciendo más kilómetros que la gasolina. No tiene sentido que nos fuercen al coche eléctrico cuando no hay infraestructura preparada para ello. Debería producirse un cambio gradual y no con calzador".

"No hacen más que subir el precio del combustible para que la gente cambie de coche o no lo utilice", señalaba por su parte otro conductor, Constantín Calistru. "Trabajo para una empresa de transporte y me parece muy mal tanta subida. Quieren reducir el tráfico y que haya menos contaminación, pero esta no es la manera", decía.

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