Por
  • Víctor Orcástegui

Ralentización

Una de las oficinas del Instituto Aragonés de Empleo, INAEM.
Una de las oficinas del Instituto Aragonés de Empleo, INAEM.
Aránzazu Navarro

En la misma línea que la última encuesta de población activa, las cifras de los servicios públicos de empleo correspondientes al mes de julio confirmaron la favorable evolución del mercado de trabajo en España: la economía sigue creando puestos de trabajo y, lo que es más significativo, hemos vuelto a los niveles de empleo y de desempleo previos a la crisis que comenzó en 2008. No es que haya que tirar cohetes, nos ha costado diez años volver a donde estábamos; pero, en fin, la recuperación es una realidad esperanzadora. No obstante, no debieran pasar desapercibidas las voces que alertan de que tanto el crecimiento económico como la creación de empleo se están ralentizando, es decir, que mejoramos pero más despacio que hace algunos trimestres. Es difícil que una economía ya desarrollada, como la española, mantenga altas tasas de crecimiento durante mucho tiempo; lo normal es que haya momentos de desaceleración. Pero la nuestra sigue teniendo problemas de fondo que hay que abordar si queremos que la senda del crecimiento sea larga y fructífera. La cuestión es si el Gobierno y, en general, las fuerzas políticas están en disposición de tomárselo en serio y actuar.