Cogeneración, pendiente de la normativa

Antes de 2025, 17 de las 34 plantas de cogeneración activas en Aragón terminan su vida útil reglamentada y se quedan sin marco regulatorio. Acogen, la asociación española del sector, reclama al Gobierno que desarrolle el reglamento que permita a las empresas decidir ya sobre sus inversiones en este campo.

Central de Aliaga, en Teruel.
Central de Aliaga, en Teruel.

La cogeneración es una tecnología de alta eficiencia energética que permite a las industrias optimizar su competitividad en lo que se refiere a sus costes eléctricos. Numerosas empresas que necesitan grandes cantidades de calor para sus procesos productivos cuentan con plantas propias que generan electricidad y calor a la vez, aprovechando así con mayor eficiencia el combustible que consumen, gas principalmente. En Aragón están activas 34 plantas de cogeneración que suman 424 MW de potencia, instalaciones que dan servicio a industrias de sectores clave para la economía regional como el papelero, la automoción, el químico, el agroalimentario o el de los electrodomésticos.

De estas 34 plantas, 17 terminan antes de 2025 la vida regulada que les permite operar y se quedan sin marco regulatorio, ya que la reforma energética de 2014 dejó pendiente de desarrollar una normativa que el anterior ministro de Energía, Álvaro Nadal, no llegó a sacar adelante y que deja ahora la pelota en el tejado de la titular de la nueva cartera de Transición Ecológica del Gobierno de Pedro Sánchez, Teresa Ribera. El problema es que mientras no se tenga un nuevo reglamento la incertidumbre impide a las empresas decidir sobre importantes inversiones que hay que planear con tiempo. Entre tanto, las plantas que llegan al final de su vida útil regulatoria dejan de percibir la denominada retribución a la operación o ‘prima’ por la energía eléctrica que producen.

La compañía que más cogenera en Aragón es la papelera Saica, que tiene varias plantas y cada una de ellas alcanza su vida regulatoria útil en una fecha distinta. "El plazo de ejecución de las inversiones en la cogeneración-fábrica requiere tomar la decisión tres años antes del final de la vida útil, por lo que urge una solución regulatoria que permita decidir y planificar con antelación la continuidad de las cogeneraciones al alcanzar su vida útil regulada. La ausencia de marco para solucionar la continuidad congela cuantiosas inversiones tanto en cogeneración como en ampliación de industrias", explica José Ignacio Castillo, director de Energía de Saica Paper. "Pero es que además", añade, "se ha podido demostrar que la parada de la cogeneración supondrá un incremento en el coste de la electricidad que tendrán que pagar todos los consumidores; el propio informe de la Comisión de Expertos para la Transición Energética prevé una participación de la cogeneración en el ‘mix’ de la generación eléctrica hasta el año 2030 similar o superior a la actual".

Cogeneración a la espera de normativa

Aragón es una comunidad autónoma muy activa en cogeneración. La producción eléctrica vertida por las plantas instaladas aquí alcanza los 2.488 GWh, con un valor que ronda los 246 millones de euros anuales, según un informe de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen). Y es que "cuando hay producción industrial, hay cogeneración", apunta Javier Rodríguez, director general de esta organización. El sector, con 600 plantas en España, precisa, produce el 11% de la electricidad del país.

Consciente de la importancia que supone para las empresas que cuentan con plantas de cogeneración saber cuál es el marco regulatorio que regirá en los próximos años, Acogen está reclamando a la Administración que acelere el reglamento que permita visibilizar en qué condiciones se llevará a cabo la actividad en el futuro. La asociación solicita la extensión de la vida útil de las cogeneraciones hasta 2030, una medida que –asegura– está en consonancia con los objetivos de eficiencia, reducción de emisiones y competitividad industrial que resulta beneficiosa para todo el país y que cuenta con el apoyo de la cogeneración que brinda la Unión Europea y con el criterio positivo del reciente informe de la Comisión de Expertos para la Transición Energética.

En Aragón están pendientes de la decisión del Gobierno sobre esta regulación varias de las más importantes industrias de la Comunidad. Saica es el primer cogenerador, pero también tienen plantas el fabricante de automóviles Opel, el de electrodomésticos BSH, firmas del sector agroalimentario como Zufrisa, el matadero de Zuera, la piscifactoría de Aliaga y Arroces de Aragón, o firmas como Bieffe Medital y Tereos, entre otros.

Una de las instalaciones afectadas de manera más próxima por la ausencia de regulación completa para las plantas de cogeneración es, precisamente, Opel. Su instalación concluye su periodo de vida útil en poco más de dos años y por ello la compañía quiere tener claro su escenario de futuro. "A pesar de que las diferentes regulaciones no le han favorecido en los últimos años, la cogeneración de Opel España sigue siendo una instalación eficiente, fiable y sostenible", apunta Alejo Catalán, director técnico de la empresa que tiene entre sus responsabilidades lo relacionado con energía y medio ambiente en la factoría de Figueruelas.

"Es una instalación esencial para garantizar los diferentes suministros que los procesos productivos necesitan de forma eficiente y sostenible", ahonda Catalán. "Ahora nos encontramos en una situación en que no solo su vida útil regulatoria finaliza,  también la instalación requiere modernizarse, y el marco regulatorio es uno de los principales factores que influyen decisivamente en una inversión tan significativa. Se precisa estabilidad a largo plazo y una normativa propiciatoria para invertir en estas instalaciones", añade.

Javier Rodríguez, de Acogen, respalda ese mensaje. "La regulación debe llegar de modo urgente, porque las empresas deben programar sus instalaciones, realizar adaptaciones, calcular el alcance de sus inversiones, decisiones todas ellas importantes que además, en muchos casos, dependen de multinacionales", señala.

En la misma cuestión incide José Ignacio Castillo. "En general, la cogeneración tiene una importancia vital para la competitividad de las industrias y su parada supone asumir unos costes energéticos mayores que, además, en el caso de España, son muy elevados; Saica está analizando diferentes escenarios para el caso de que tenga que ir parando sus plantas de cogeneración, si bien eso supondrían una merma competitiva frente a la situación actual y frente a sus competidores europeos, que tienen unos costes energéticos inferiores".

En Acogen piden urgencia al Gobierno, pero confían en que la ministra Ribera –"que es conocedora de la cogeneración y la apoya", afirma Javier Rodríguez– dé una solución próximamente. La renovación de las cogeneraciones es apoyada, recuerda el experto, por Ciudadanos, Podemos y PNV, que han presentado mociones al respecto. "Las industrias que cumplen no tienen más tiempo. Ningún país inteligente cierra sus instalaciones más eficientes y que afectan tanto a su industria", asegura el director general de Acogen.

En Opel lo tienen claro. "La instalación de cogeneración es fundamental para mantener nuestro nivel de competitividad", dice Alejo Catalán. "Para las administraciones debe ser prioritario apoyar a industrias exportadoras como la nuestra", concluye.

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