Hubo encuentro privado entre el Rey de España, Felipe VI, y el presidente de Aragón, Javier Lambán. Fue un almuerzo en el edificio Pignatelli que duró algo más de hora y media y en el que ambos repasaron la situación de la política nacional, la crisis territorial creada por el desafío independentista catalán y el papel de la Comunidad en el conjunto del Estado. Asimismo, analizaron los problemas más directos que afectan a los aragoneses y la necesidad de inversiones estatales para impulsar proyectos de futuro que puedan revertir las tendencias actuales de despoblación, dispersión y envejecimiento.

La importancia del viaje de Felipe VI a Aragón resalta aún más por el momento político actual, principalmente por el reto lanzado por el nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, que agrava más la confrontación y hace prever un escenario más complicado que el actual en el ámbito nacional y tensiones con Bélgica, a al espera de qué hace Alemania con la euroorden contra Puigdemont. En este contexto, el Rey y el presidente aragonés intercambiaron análisis sobre las consecuencias que tiene para el país y en especial para Aragón, la Comunidad que está resultando más afectada por los efectos colaterales en la economía y en el ámbito socio-cultural, dada la vecindad y los problemas de convivencia surgidos en las zonas limítrofes de los dos territorios.

El almuerzo entre ambos constató el destacado papel de Aragón en defensa del ordenamiento constitucional ante las tensiones separatistas y rupturistas que aumentan en intensidad en las autonomías vecinas: Cataluña, Navarra y País Vasco. Esa posición estratégica y la lealtad demostrada por la Comunidad no ha tenido la misma correspondencia por los distintos gobiernos centrales desde 1979, principalmente en las tres últimas décadas. Asunto que también formó parte del intercambio de opiniones entre el Rey y el presidente del Ejecutivo PSOE-CHA.

En este sentido, Lambán explicó a Felipe VI las apuestas aragonesas por la innovación y la investigación, las energías renovables y la logística, al hilo del acto que el Rey presidió por la mañana en Plaza con motivo del septuagésimo aniversario de Pikolin, un ejemplo de empresa familiar que se ha ido renovando y apostando por el futuro siendo una de las líderes de su sector en España y en Europa.

El presidente también expuso a su Majestad la importancia para la Comunidad de mejorar las infraestructuras para consolidar el desarrollo del sector agroalimentario. Como se ha demostrado con la llegada a Épila de Bon Àrea y la de Pini a Binéfar, que no hubieran sucedido sin comunicaciones adecuadas. Asimismo, solicitó al Rey su apoyo para el centenario de Ordesa y para reunir al Patronato del Archivo de la Corona de Aragón, bloqueados por los gobiernos central y catalán.

En el almuerzo, tanto el Rey como el presidente hablaron del papel histórico jugado por Aragón en la configuración de España como país y en su transformación en un Estado constitucional, democrático y moderno. Como paso previo a los actos que presidió Felipe VI por la tarde en el Salón de la Corona del edifico Pignatelli, donde se conmemoró el 800 aniversario de Casa Ganaderos.